Capítulo 20: Kemy Utsushimi

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Ingresó contento y emocionado, los guardias ya lo conocían por lo que lo dejaron entrar saludándolo con el debido respeto que el esposo del director de gestión se merece.

Llegó al ascensor con la carriola topándose con cierta bella chica a su lado.

—Oh, ¿Eres nuevo?

—¿Eh?— Se giró, la chica lo veía de forma amable —N-no...

—Soy Kemy Utsushimi— Se presentó cordialmente, tendiendo su mano —Te ves joven así que asumo que también haces tus prácticas, ¿De qué universidad vienes?

—Ah...— Rascó su mejilla nervioso, sin saber cómo responder a la pregunta, le daba vergüenza decir que no estaba en la universidad o tenía estudios superiores y que venía a traerle el almuerzo a quien fue su profesor pero ahora es su esposo porque se dedica únicamente a la casa y su cachorro.

—No te vi antes, ¿Es tu primer día?

—No, vengo siempre a esta hora...

—Oh, también vas al piso de gerencia— Comentó viendo que las puertas se abrían en el piso veintitrés —¿Quién es tu jefe? Debes ser un asistente o secretario, ¿Quién es tu superior? ¿Cómo obtuviste el permiso para traer a tu cachorro?

—En realidad... Solo vengo a...

—Joven Todoroki— Iida Tenya, el asistente personal de Shōto se acercó, dándole una exagerada reverencia—Finalmente llega, el señor Todoroki lo espera para comer— Explicó con mucha formalidad, luego se giró a la rubia —Kemy, está esperando los informes del vicepresidente adjunto.

—Los estoy llevando, tranquilo. Ve a almorzar— Calmó al mayor, que asintió retirándose.

Ambos empezaron a caminar.

—¿Joven Todoroki? Pensé que el jefe era el hijo menor, supongo que ni Enji-san salvó su matrimonio de los hijos ilegítimos. Qué decepción— Suspiró Kemy perdiendo el interés en él y acelerando el paso.

Izuku se detuvo y frunció el ceño, no le había gustado que dijera eso de su suegro.

—Enji-san no es así— Defendió algo molesto.

—Tú eres la prueba andante de ello, sino ¿Por qué llevarías su apellido? No me sorprendería que ese niño que tienes en el coche también sea un bastardo ilegítimo— Con una sonrisa burlona ingresó a la oficina del bicolor.

—¿Qué es lo que le ocurre?— Se preguntó a sí mismo tocando la puerta antes de ingresar con la carriola.

—Tanto Iida como yo te hemos dicho que toques la puerta y esperes la indicación para pasar— Izuku ladeó su cabeza al oír el regaño que Shōto le daba a la muchacha.

—Sí, ya lo sé, Shōto-kun, es que a veces suelo olvidarme, además tampoco es para tanto— Jugueteó con su propio cabello.

A Izuku le enfadó ese coqueteo tan descarado además de la confianza con la que ella le hablaba al alfa, su alfa.

¡Lo llamaba por su nombre! Él apenas empezó a hacerlo hasta tiempo después de estar juntos.

—Shōto-sensei— Llamó la atención del mayor, que borró la expresión frustrada al instante —Perdón por tardar, hubo demasiado tráfico y Kacchan solo pudo hacerme el alcance hasta unas cuadras cerca— Le tendió la lonchera al mayor, acercándose para saludarlo con un beso, marcando su territorio ante la rubia.

—Descuida, Izuku...— Acarició su mejilla —Hola, campeón— Picó la nariz del pequeño, que sonrió antre el tacto, luego redirigió su atención a la mujer, que los miraba confundida —Kemy, tu hora de almuerzo ya pasó, ¿Verdad?

—Sí, comí hace una hora— Respondió.

—Bien, por favor, haz un resumen del informe que trajiste.

Ella asintió yendo a sentarse frente al escritorio de Shōto empezando a hacer su trabajo.

—Amor, comamos— Tomó la mano de Izuku guiándolo a los muebles y mesa de centro que estaban a un lado para poder almorzar.

Kemy levantó la vista anonadada, ¿Ese chiquillo era el omega del director?

Lo confirmó en cuanto vio que el anillo en la mano de Izuku era exactamente igual al de Shōto, y por supuesto, llevaba también el anillo del linaje Todoroki.

No se lo creería de no ser porque veía al menor alimentar al mayor, ambos con una gran sonrisa o compartiendo besos y caricias como si ella no estuviera presente.

Entonces ella también sonrió, si ese mocoso había logrado estar con él, ¿Por qué ella no?

Ella era más sensual, más atractiva, más erótica. Él... Bueno, era hermoso, sí, pero sus rasgos eran aniñados aun, solo entonces se preguntó qué edad tendría el niño, y encima tenían un cachorro, uno que estaba fuera de los medios.

De hecho, tanto el pecoso como el bebé eran un secreto para el exterior, eso solo podría significar que tal y como ella lo pensó, se trataba de un bastardo.

Lo bueno es que el chico no parecía ser un soplón así que dudaba que le dijera algo acerca de cómo lo trató.

Ahora sabiendo lo bajos que eran los estándares de su jefe, estaba segura de que se lo ganaría al instante.

No sabía que te necesitaba. [Tododeku]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora