¡Somos legales!

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Silencio... en un amplio cuarto reinaba el silencio, que a ratos era interrumpido por el sonido del tamborileo de los dedos de una hermosa mujer. Qué estaba sentada en un gran sillón de cuero negro, con una pierna sobre la otra tal como una reina en su trono.

¡Tic! ¡Tic! ¡Tic! ¡Tic! ¡Tic!

Ella tenía puesto un hermoso vestido rojo acampanado que le quedaba por encima de la rodilla, a su vez este era complementado por unas elegantes zapatillas de color negro y un bolso de cuero.

Además, tenía como decoración para su look un maquillaje exquisito en tonos mates, su cabello estaba suelto y ondulado en ondas, en su cuello y manos llevaba joyas carísimas de las más exclusivas empresas de joyería del país y llevaba puesto unas grandes gafas de sol que cubrían la mitad de su rostro, dejando a la vista solo sus seductores labios rojos capaces de seducir hasta al más... un momento ¡¿Soo Youngmi y tu traje de villana?! ¡El capítulo ya empezó!

Una perezosa Soo Youngmi que yacía sentada en un sillon con los pies sobre el, levantó la cabeza levemente por unos segundos antes de volver a bajarla y concentrarse en devorar con sus palillos la gran fuente de fideos que tenía en la mano.

¿Qué pasó con su atuendo de villana? Se lo quitó y ya ¿Era eso un pecado? ¡Hmp! El pecado fue gastar tanto en tanta porquería.

Incómodo... ¿Tacones de quince centímetros? ¡Ja! ¡Como si tuviera pies de goma! Además, el maquillaje era demasiado cargado, casi sentía como si tuviera otra capa de piel en la cara y esas pestañas eran lo peor ¡Eran tan largas que parecían de vaca! Y con esos lentes de sol veía como si estuviera en una película en blanco y negro de los años 50 ¡Qué horrible! Por un momento me sentí como la vieja de Jin Zen... en serio, casi creí ver mi piel arrugándose como una pasa...

¿Y el vestido?

Oh... eso ¿Acaso estás loca? Usar un vestido acampanado con este viento...no, definitivamente no ¿Y si el viento me levanta la falda? ¿Y si alguien me saca una fotografía y la pública en Weibo? ¡Ay sería mi fin! En el mejor de los casos madre Soo me secuestraría y me tiraría a un pozo si eso pasará, o aún peor ¡Me desheredaría! Y... perdería toda mi futura fortuna por un simple vestido. ¡No lo vale! ¡Definitivamente no lo vale!

Soo Youngmi tembló y negó con la cabeza, pues aún recordaba claramente como madre Soo la había literalmente secuestrado a ella ¡Su propia hija! ¡Ya ni el bastardo fue tan despiadado!

Así que si era capaz de hacer eso...no quería ni imaginarse lo que le haría si alguna foto indecente de ella se llegaba a filtrar en Internet. Después de todo en la novela madre Soo era el personaje más conservador y con el pensamiento más arraigado a la antigua, aún recordaba las muchas veces en las que había reprendido duramente a la villana por ser una mala esposa y "obligar" a su esposo a tener una amante.

Porque efectivamente, madre Soo era de ese tipo de personas que tenían ese horrible pensamiento retorcido que culpaba a la esposa cuando su esposo la engañaba, porque supuestamente de seguro no supieron "satisfacerlo" correctamente, por lo que el hombre optó por tener una amante para llenar ese "vacío" que ellas dejaron por su incompetencia.

Vacío... ¡Hmp! El único vacío que tienen ese tipo de hombres es en sus huecas cabezas y tal vez en su ropa interior... pero bueno, volviendo al tema ese vestido rojo era demasiado ajustado y...me...me apretaba demasiado... en...en mi pancita...

Soo Youngmi parpadeó inocentemente y se tocó suavemente el vientre abultado por los miles de platillos deliciosos que había probado en los muchos viajes de negocios a los que había ido por obligación de su familia y pensó ¡No era su culpa estar así! ¡No debieron llevarla a hoteles con buffet de barra libre! ¡Fue una trampa de las envidiosas mujeres que estaban celosas de su belleza! ¡Hmp! ¡Viejas brujas! Lo sabía, se aprovecharon de su ingenuidad y la llevaron a famosos restaurantes para que ella engordara, lo peor, era que aun sabiendo sus negras intenciones ella no cambiaría nunca lo que había hecho, después de todo la vida solo era una, je, je, je, o en su caso dos, así que ¡A disfrutar se ha dicho!

EL ARTE DE SER VILLANADonde viven las historias. Descúbrelo ahora