El deshonor más grande de una villana.

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"¡Soo Youngmi!"

"¡Ahhh!" Ella gritó sobresaltada y abrió los ojos con horror.

Ese tono de voz, ese...le traía muy malos recuerdos,  aterradores, traumantes  y perturbadores recuerdos, al instante se llevó las manos detrás de la espalda y volteó con rapidez.

Después de separarse de Serge y mirar con terror la enojada cara de  madre Soo, ella se preguntó ¿Qué hizo mal ahora?

"Mamá...." susurro con voz temblorosa al ver la hosca expresión de madre Soo.

Está se hizo más y más oscura al igual que su tono de voz "¿Mamá?" madre Soo expresó con ira mientras apretaba los dientes "¿Cómo te atreves a llamarme mamá? ¡Desvergonzada!"

"¿Desvergonzada? Mamá... ¿Por qué me llamas así?" respondió ella con voz débil e incrédula mientras trataba de encontrar una explicación al terrible humor de su madre.

¿Desvergonzada? ¿Qué? ¿Sigue enojada porque acuso al bastardo de tener rabia? No, eso es imposible ¡ya la intimidó como castigo! por lo que ese asunto debería estar cerrado y olvidado. Entonces ¿Por qué estaba enojada ahora?

Ella divago por unos segundos buscando la razón del enojo de su madre, pero no pudo llegar a una conclusión, pues antes de hacerlo madre Soo la agarró del cuello con fuerza.

"Aghhh" un sonido agudo logró salir de su garganta minutos antes de que esta se cerrará por completo producto de la fuerte presión en su cuello.

"Señora Soo se equivoca respecto a eso, ella y yo..." Serge trató de explicar, pero madre Soo no le dejó decir ni media palabra. 

"¡Silencio!" gritó enojada y lo apuntó con el dedo mientras miraba a su desvergonzada hija "así que fue por él...fue por este hombre que tú relación con Feng Doyun no avanzó ¿Verdad?" madre Soo aligeró el agarre en el cuello de Soo Youngmi para dejarle responder.

Pues era una duda que rondaba su cabeza desde que hablo a solas con madre Feng. En esa conversación ella mencionó como un día,  ella cansada de esperar una reconciliación entre sus respectivos hijos decidió darles una pequeña ayuda, eso con la esperanza de que ambos concibieran un hijo que reforzará su matrimonio. 

Pero...el plan fracasó y no solo porque no pudieron concebir uno, sino también porque nisiquiera sucedió lo que debió suceder ¿Cómo lo supó?

Simple, durante su tiempo en el extranjero decidió llevar a su nuera a una revisión para asegurarse de que todo estuviera correcto, pues le parecía muy raro que aún después de esa noche y las otras más que pudieron haber ocurrido antes de la aparición de Su Zara, su nuera aún no hubiera pudido quedar embarazada. Así que temiendo lo peor la llevó a rastras a una clínica, dónde le informaron que no había nada malo con ella todos sus órganos estaban en perfecto estado, su único problema era que aún no había recibido la ayuda masculina necesaria para poder concebir un hijo.

Y fue en el momento que escuchó eso que madre Soo empezó a sospechar que algo iba mal, pues era de esperar que Feng Doyun no la amará aún, pero...el hecho de que algo tan normal que sucede entre las parejas casadas no haya sido llevado a cabo a pesar de todo el tiempo que llevaban juntos le resultó completamente extraño. Habían pasado tantos meses y ¿Cómo era posible que nisiquiera hayan hecho eso? ¿Se besaron siquiera? ¿Qué se supone que estuvieron haciendo en su noche de bodas?

La segunda pregunta era fácil de responder: Feng Doyun se paso toda la noche ahogándose en el trabajo y fumando como loco para tratar de calmar sus abrumadores emociones. Qué lo asaltaban una y otra vez por la culpa que sentía al haber permitido que otra mujer ocupará el lugar de su amada, a su vez se juró una y otra vez que no permitiría que esa desvergonzada mujer viva felíz, no mientras ocupe el puesto que le pertenecía por derecho a su querida Zara ¡Le haría vivir un infierno! ; mientras que Soo Youngmi se paso toda la noche mirándose al espejo admirando su belleza, modelando toda la hermosa ropa que pudo encontrar en el armario y bajando de rato en rato a la cocina para sacar mucha fruta y carne de res del refrigerador. Todo en ella era felicidad ¡Estaba en el cielo!.

EL ARTE DE SER VILLANADonde viven las historias. Descúbrelo ahora