Y se llamaban personas civilizadas...

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"Si no puedes hacer, entonces... ve a ver cómo hierve el agua"

"¿Ver cómo... hierve?"

"Si, ve, es importante, muy importante"

Si no la ve, no va a hervir....

Soo Youngmi envío a Su Zara lejos. Como aquí hasta el aire tenía bichos, no había tarea que sea adecuada para ella. Y no es que discrime a las personas con fobias, ni quiere decir que son inútiles, no, ella misma le tenía terror a las arañas y comprendía la situación.

Pero, hasta entre miedosos hay niveles.

Habrá unos que simplemente le tendrán terror y ya, evitarán a toda costa acercarse a todo aquello que pueda estar infestado de estos bichos y gritaran al más mínimo contacto con ellos.

Los otros, aunque igual gritarían de terror y reaccionarian ante los bichos, tenían un sentido de la responsabilidad que era más fuerte que su miedo. Así que si tienen que entrar en contacto con zonas peligrosas, posiblemente infestadas de bichos, y lo tienen que hacer porque es algo importante, entonces confiaran en Diosito y lo haran...con la confianza de que aquellos monstruos en miniatura se alejarán de ellos porque son más grandes y...eso debería ser suficiente para espantarlos.

Soo Youngmi era del segundo tipo, actuaba sin pensar, olvidaba su miedo y hasta ahora eso le había servido a la perfección. Eso claro, exceptuando la vez que fue atacada en la mansión...

En fin, cómo le dijo la monja una vez cuando recién salió de aquel sótano y tenía tal terror que dormía con compañía o no dormía.

"La araña huele tu miedo, sabe que en todo el orfanato eres la única que no le hará daño, así que cambiarte de lugar no servirá porque te perseguirá como si le debieras dinero"

Y por extraño que parezca, eso fue verdad....la araña la persiguió y solo se detuvo cuando murió aplastada por uno de sus dedos.

Cabe decir que eso último fue contra su voluntad por qué fue obligada por el maton del orfanato... y también cabe decir que ese chico se robaba su comida cada vez que podía y se la comía el muy....

Cómo sea...no era tiempo de ventilar cosas del pasado, había que trabajar, ahora era niñera de una niña de apenas veintisiete primaveras. A la que debía cuidar con esmero, para en un futuro sacrificarla y casarla con el bastardo.

Mi pobre Su Zara...se morirá de frío...debo traer muchas hojas para mí pequeña y cuidarla si no quiero perder mi quijada a manos de su futuro esposa bastardo.

Entre burlas Soo Youngmi recogió todas las hojas que pudo y luego las extendió en el suelo junto a la fogata. Sobre ellas puso el saco de dormir y pensó...

¿Era lo suficientemente cómodo para su pequeña?

Si... ahí está bien, no quiere ser la niñera del año, se conforma con que no muera de hipotermia.

Justo cuando terminó el agua hirvio, así que Soo Youngmi preparó las sopas y las sirvió en porciones casi "iguales" en cada uno de los envases... bueno, siendo sinceros no eran muy iguales pero la diferencia no era mucha...solo era ligeramente desigual....ya saben, uno que otro fideo se sirvió por demás y jalo a más fideos y más fideos jalaron a más fideos y... así, a pesar de ello sería suficiente para llenar el diminuto estómago de Su Zara.

"Toma"

Mi querida Zara, aliméntate hasta saciarte.

Vaya, al quitarle la comida...se sintió como una de las hermanastras de Cenicienta....¿Se había vuelto igual?

EL ARTE DE SER VILLANADonde viven las historias. Descúbrelo ahora