Matrimonio entre pelucas y afrodisíacos

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Feng Doyun vio como Soo Youngmi se marchaba tranquilamente ¿Sin hacer ningún escándalo? Eso le pareció muy extrañó especialmente porque antes ella era muy posesiva con él.
Aún recordaba la primera vez que cenaron juntos, auque él no quería hacerlo tuvo que ir ante la insistencia de madre Feng, en esa cena ella había abofeteado a una mesera que estaba coqueteando con él y esa no fue la única vez, en las siguientes reuniones que tuvieron ella siempre trataba de mantenerlo alejado de las mujeres y si una se acercaba demasiado a él, Soo Youngmi no tardaba ni medio segundo en venir para ahuyentarla.

Por ello él no pudo evitar preguntarse ¿Qué paso exactamente? ¿Puede alguien cambiar de la noche a la mañana? Aunque ahora que lo piensa, este cambio no fue de la noche a la mañana, ella empezó a cambiar desde que se casaron. Feng Doyun empezó a pensar en las posibles razones de su cambio, pero al no poder encontrar una respuesta factible saco su teléfono para llamar a su asistente pero al abrir la lista de contactos no pudo evitar mirar fijamente uno de los números y entrar a la sección de mensajes más antiguos, estos superaban sin problema los quinientos y todos contenían un toque de preocupación y apego por él.

Amor ¿Ya estas libre? 12:07 pm

¿Terminarás tu trabajo pronto? Estoy abajo esperándote 1:28 am

Amor, tu asistente no me deja pasar.  2:31 am

Feng Doyun vio la larga lista de mensajes con el ceño fruncido, solía preocuparse mucho por él antes y querer estar a su lado las veinticuatro horas, su anhelo era tanto que era capaz de esperarlo todas las noches frente a su empresa por más de una semana, pero dado su más reciente comportamiento ahora a ella parecía no importarle lo que él hacia.

Feng Doyun empezó a sospechar que algo no estaba bien, su sexto sentido se lo decía por lo que inmediatamente llamo a su asistente y le ordenó vigilar las veinticuatro horas a Soo Youngmi.

Él sabía que ningún cambio podía venir de la nada, todo tenía una razón de ser por lo que quería averiguarlo ¿Y si se trataba de alguna confabulación contra la familia Feng? No lo culpen por sospechar de todo, pues esta desconfianza había empezado por muchas traiciones e intentos de saboteo que había enfrentado por lo que aprendió a ser precavido y a no confiar en nadie.

Después de terminar la llamada camino hacia el cuarto donde estaba internada Su Zara.

Feng Doyun había estado cuidando a Su Zara durante estas dos últimas semanas, sin despegarse ni un momento de ella, eso ni ante la insistencia de madre Feng que al principio vino y lo quiso llevar de vuelta a la fiesta, sin embargo el se negó firmemente a volver por lo que madre Feng se fue del hospital sola e hirviendo en ira, por fortuna desde ese día ella no había vuelto más.

Ahora él acababa de hablar con los doctores de Su Zara, obviamente estos eran los mejores en su campo, ellos le habían dicho que la herida no era muy grave  afortunadamente el puñal no había atravesado ningún órgano importante.

Con esta información Feng Doyun al fin pudo dar un suspiro de alivió y sintió que el peso en sus hombros se relajaba, pero antes de irse les había advertido a los doctores que la trataran de la mejor manera y que no dejarán ninguna cicatriz en su cuerpo, él conocía bien a Su Zara y sabía que no le gustaban las cicatrices porque las consideraba grotescas y aterradoras.
Ante este pedido los doctores asintieron ¿Qué más podían hacer? Aunque sería difícil ellos debían hacer lo que se les había ordenado, después de todo no habían sido traídos desde el campo de batalla en Medio Oriente hasta aquí por nada.

Después de enviar un último mensaje a Gu Beik, Feng Doyun quiso entrar a la sala sin embargo no pudo hacerlo pues al mismo tiempo la familia de tres salió.

EL ARTE DE SER VILLANADonde viven las historias. Descúbrelo ahora