¿Volveré a verte?

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Pov Miranda:
En el camino iba pensando en Kitzia y lo que me había dicho. Acepto que quería decir que si a su invitación, pero sigo casada y no puedo arriesgarme a cometer infidelidad. Me importa porque estoy en proceso de divorcio y si Stephen llega a enterarse, me pondría las cosas difíciles si muestra evidencia o menciona sospechas de infidelidad de mi parte. Por otro lado, me muero de celos en pensar que Kitiza recurra a Jaqueline por despecho a mi negación por ella. Si Kitzia quisiera, bastará con una llamada para tener a Jaqueline a su merced. Y si ahora está con ella... y si al final de la noche termina interesada por Jaqueline... no soportaría que me restriegue en la cara ser amante de Kitzia... no, no puedo imaginármelas a ellas dos en la cama. ¡Al diablo!

M: Roy...
R: Si Miranda?
M: Llévame al Four Seasons, usa la entrada trasera.
R: Desde luego, Miranda.

Pov Kitzia:
Al llegar a la suite, me quitó zapatos y calcetines, me sirvo una mimosa y al no poder bajar el calor del enojo provocado por la negación de Miranda, me quitó el saco y desabrochó los tres primeros botones de mi camisa.
Soy una ilusa, yo malinterprete las acciones de Miranda y sus miradas. Soy una idiota por creer que ella se interesaría en mi. Siempre debo interesarme por las que no tengo oportunidad, por las que son prohibidas o mayores a mi. Si tan solo Miranda me hubiera mostrado el mínimo interés como el que mostró en mi Jaqueline Follet...
Mis pensamientos son interrumpidos por el sonido de la puerta. Voy abrirla y me encuentro con un milagro... Miranda Priestly estaba justo frente a mi. Ella pasa de frente,  se quita el saco que avienta al sofá y me acorrala contra la pared.

M: Hazlo, bésame.
K: -Yo estaba estupefacta por lo que acababa de escuchar-
M: ¿Lo harás o es que te has arrepentido de tu propuesta?

-Tomo con ambas manos la cintura de Miranda y la acerco a mí para deleitarme con sus labios. Miranda posa sus manos sobre mi nuca y corresponde a mis labios. Mi lengua pide permiso para invadir su boca y es bien recibida por un gemido de Miranda.  Bajo mis manos hacia sus nalgas y las aprieto, Miranda vuelve a gemir y yo la dirijo hacia el sofá, la recuesto sobre este y me posiciono arriba de su regazo sin sentarme completamente, ella se sienta y desabrocha mi camisa, al terminar con el último botón recorre mi abdomen con su mano y devora mis labios. Mientras nos besábamos efusivamente, siento como Miranda desabrocha mi cinturón para después desabrochar por completo mi pantalón. Yo me levanto junto con ella del sofá para quitarle el vestido y volverla a recostar, desabrochó con una mano su brasier y de inmediato dirijo mis labios a unos de sus pezones, con mi mano derecha me introduzco en sus panties y me excito aún más al sentir su monte de venus ya empapado de su excitación. Cambio de pezon y con mi mano libre presionó su otro pecho al mismo tiempo que acarició su clítoris.

M: Oooh mmmm... Kit... Kitzia oh por dios!!!

Liberó su pezon y observo como deja a mi deleite su cuello al tener su cabeza hacia atrás mientras gime. Saco mi mano de sus panties para probar su sabor y al terminar de chupar mis dedos, le quitó su panties he introduzco dos de mis dedos ya lubricados con mi saliva.

M: Aaaah! Kitzia... Si, si... más... más rápido!

Aceleró el movimiento de mis dedos, lo que hace que se encorve y al mismo tiempo siento como mi mano se va llenando de fluido.
Mi boca se concentra en su cuello tenso de tanto gemir.
Decido introducir un tercer dedo y después de varias penetraciones, siento como sus paredes se contraen dándome la señal que está apunto de venirse y para acelerar su clímax elevó mi pulgar hacia su clítoris para masajearlo con movimientos circulares.

M: Aah aaah... voy... voy... voy ah... mmm!
K: Cuando gustes, mi amor.

Observo como Miranda aprieta sus ojos, una de sus manos aprieta mi brazo con el que la estoy penetrando y con la otra aprieta con todas sus fuerzas un cojín.
M: Mmmmgh...mmmgh
K: Sigue gimiendo para mi, no trates de abstenerte, mi amor.

Miranda gime muy alto y al llegar al clímax ella encaja sus uñas en mi brazo y siento como se empapa mi mano de su orgasmo.
Miranda recuesta por completo su cuerpo y trata de calmar su respiración. Me pongo de pie la tomo entre mis brazos y ella rodea mi cuello, al llegar a mi cama la recuesto y me desnudo por completo.

K: Ponte de lado, dándome la espalda.
M: Qué harás?
K: Solo hazme caso.

Miranda hace lo que le pido y yo me posiciono detrás de ella. Introduzco mi pierna entre las suyas y beso su hombro.

K: Lista? -Acaricio su vientre-
M: Para qué... eh!

Elevó con mi pierna la suya e introduzco de golpe dos dedos en su vagina, comienzo un rápido vaivén mientras restriego mi vagina en sus nalgas.

M: Oh Kitzia!!! Sigue... no... no pares mmmm!

Su acento británico se escucha aún más caliente, lo que provoca que aumente mis embestidas hasta sentir como vuelve a llegar al clímax, lo que provoca que moje mis piernas con su fluido y yo moje su espalda y nalgas del mío.
La recuesto por completo en la cama y mientras ella sigue con los espasmos de su orgasmo, yo sigo masajeando su hinchada vagina, dirijo mi vista a su monte de Venus brilloso y acerco mi cara a este, pero siento como Miranda se tapa con su pierna.

M: Qué haces? -Pregunta mientras se sienta-
K: Quiero probarte con mi lengua.
M: No...no quiero.
K: Qué??? Por qué???
M: No me gusta.-Miranda se levanta de la cama tapándose con sus manos-.
M: Tengo que regresar a casa.
K: Quédate un rato más, por favor.
-Me pongo de pie y la beso, Miranda introduce su lengua en mi boca y volvimos a la cama, ella encima de mi, estuvimos varios minutos besándonos y acariciando nuestros cuerpos. En un momento se aleja de mí.

M: Podrías prestarme una bata para poder ir por mi ropa. De verdad tengo que irme.
K: Bien.

-Le pasó una bata y ella se pone de pie para ponérsela, me pongo mis boxers y la sigo hacia la sala, levanta su ropa del piso y por debajo de la bata se pone sus panties. Regresa a la habitación para vestirse y después de unos minutos sale de esta arreglándose el cabello.

M: Me voy, mi chofer me espera.

La sigo hacia la puerta y antes de que ella la abriera, la tomo de la cadera y le digo en su oído "fue aún mejor que en mis sueños". Ella abre la puerta y al poner un pie fuera, le pregunto "¿volveré a verte?" Me da una última mirada y se va ignorando mi pregunta.

La mentiraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora