Cuidar los sentimientos

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Pov. Kitzia
Durante mis últimos meses en Brasil, Marcelle y yo volvimos a nuestra amistad con derechos. Claro que aveces pensaba en Miranda, extraño verla, esas sonrisas que me da al terminar de estar juntas o el hecho de que haya tomado la confianza de deleitarse conmigo. Pero eso está por terminarse, al regresar a L.A. Terminaré con nuestro acuerdo, así podré olvidarla más rápido y tal vez solo dejar que el tiempo decida si encuentro o no a la mujer con la que pueda pasar el resto de mi vida y con la que pueda formar una familia.

El último día estando en Brasil, Carol organizó una reunión en DNA Experience para despedirse de mí. Al terminar la reunión Marcelle se ofreció a llevarnos al departamento a Sarah y a mí. Sarah había estado viniendo una vez al mes para ver mi progreso y también entrenar con nosotras, pasaba una semana conmigo y después regresaba a L.A. Con su familia.
Al aparcarse fuera del edificio Sarah se despidió de Marcelle y yo me quedé para despedirme de ella.

M: Extrañaré verte en DNA.
K: Y yo extrañaré las bromas que me hacías ahí. Como siempre, has hecho que no me sienta sola estando aquí.
M: Así que te gustaba dormir conmigo...
K: No lo puedo negar, siempre es agradable despertar a lado de una mujer tan bella como tú. Además que me preparaba el desayuno. -Marcelle me dio un suave golpe en brazo como indignación y yo reí-
M: Oye, eso no se escucho bien. ¿Solo te gustaba por eso?
K: Obvio no, muy aparte de que hayamos dormido juntas, me gusta tenerte cerca, valoro tu compañía.
M: Siempre podrás contar conmigo. Después de todo somos amigas, con derechos pero amigas.
K: Gracias, Mar. -Ella me mira con ternura mientras acaricia mi mejilla-
M: Se que durante estos cuatro meses no has estado bien. Puedo asegurar que son asuntos del corazón.
K: Es algo complicado que lamentablemente no puedo contarte.
M: Eres una gran chica y no mereces que te hagan mendigar amor. Eres la persona ideal para formar una familia.
K: ¿Esto es una declaración? -Pregunto en broma-
M: Hablo en serio Kit. -Ella sonríe y me da un ligero beso en los labios- Trata de arreglar ese asunto y toma la decisión que sea para tu bienestar, ok... y de no ser porque amo mi país y mi sueño es crecer en mi carrera y disfrutar de la vida aquí, te conquistaría y me haría tu esposa.
K: Hey! Eso es muy tierno, gracias Mar. Desde luego que tú podrías ser la indicada para mi, pero nuestros planes son diferentes, yo quiero hijos y tú no, eso lo respeto.
M: Bueno, basta de cursilerías. Pienso ir en un par de meses a USA, igual y voy a verte competir.
K: Me haría muy feliz eso. Siempre serás bien venida en mi casa, si vas, después de la competencia podría mostrarte L.A. E igual podría llevarte a México y mostrarte lo bello de mi país.
M: Suena muy bien, estaré avisándote.
K: Bueno, es hora de irme. Tengo que terminar de empacar.

Salimos del auto y antes de entrar al edificio, nos abrazamos y no pudimos evitar besarnos por un buen rato.

M: Te quiero, Kit.
K: Yo igual, Mar.

Al terminar de despedirnos, subí al departamento termine de empacar y al siguiente día mientras esperábamos despegar, noté a Sarah en modo mamá.

K: Ya comenzarás a regañarme o a esperaras a llegar a casa?
S: Regañarte, ¿por qué?
K: Conozco esa cara. ¿Qué pasa?
S: Tienes una relación con no sé quién en USA, vienes aquí y te vuelves a involucrar con Marcelle. ¿Crees que eso está bien, Kitiza?
K: Eso no es así, Sarah.
S: ¿Me negarás que en estos cuatro meses no te acostaste con Marcelle? 
K: No lo niego, pero no le fui infiel a nadie, ok.
S: Entonces, ¿qué pasó con la mujer que tenías o tienes en New York?
K: ¿Cómo sabes que es de allá?
S: No me como el cuento que vas seguido allá solo por negocios. Te recuerdo que además de entrenadora, manejo y se todo sobre tus negocios.
K: Bien. Si tengo algo con alguien en New York pero no es algo formal y de hecho en unos días me iré allá para terminar con ello.
S: ¿Quién es?
K: Eso ya no import, Sarah.
S: Si importa, Kit. Tenía tiempo que no te veía tan ilusionada y vivas desde... Bueno tú sabes.
K: No saques ese tema quieres. Sabes que eso ya está enterrado. Pero si, lo acepto, me llegue a ilusionar con ella, pero fue una estupidez, desde un principio el acuerdo era solo sexo.
S: ¿Es Miranda?
K: ¿Qué? No! Cómo crees que es ella, esa mujer no se involucraría conmigo. ¿Crees que pondría en riesgo su reputación y su cargo en la revista por mi?
S: Bueno, lo sospeché porque tú quedaste encantada con ella, desde que tuvimos la reunión en su oficina.
K: Y así fue pero, yo sabía que no podría lograr nada con ella.
S: Ay Kit...  tienes que ser más cuidadosa con quien te ilusionas, no queremos que vuelva a ocurrir lo mismo como con...
K: Sarah, que no entiendes que no quiero que menciones ese tema!?
S: Perdón, perdón. Pero es solo para recordarte que puede volver a suceder si te descuidas.
K: Lo... lo se, Sarah. Te aseguro que no volveré a suceder aquello.

Dias después...
Pov Miranda:
Los últimos meses he estado muy estresada y parece que todo el mundo se esmera en sacarme de mis casillas, las propuestas de edición son pésimas, ya perdí la cuenta de cuántas personas han sido despedidas por su incompetencia.
Eran las 2pm, me encontraba en mi oficina cuando siento vibrar mi celular en mi escritorio, reviso quien llama y leo su nombre "Kitzia". Ignoro la llamada y minutos después vuelve a llamar. Ignoré un par de veces más sus llamadas hasta que me desespero y contesté.

M: ¿Me puedes explicar por qué tanta insistencia?
K: Que tal, Miranda. Llamo para preguntarte qué día podemos vernos?
M: -Al escuchar su voz sentí aquel escalofrío que suele darme al tratarse de ella y cuando mencionó vernos, sentí aquella rara sensación en la boca de mi estómago- No lo sé, tengo una semana ocupada, te mandaré mensaje para confirmarte el día y la hora.
K: Pero podrá ser esta semana?
M: Espera mi mensaje Kitzia.

Corto la llamada y a los pocos segundo me llega un mensaje de ella: "Recomiendo que sea lo antes posible. Te escuché tensa, yo podría ayudarte con eso".
No puedo evitar sonreír.
Al volver a casa, cuando estaba por acostarme, tome mi laptop y busqué su nombre en el buscador.
De inmediato me apareció su imagen e información que aparece por Wikipedia. Le di clic en fotos y la pantalla se llenó de imágenes.
Por más que lo he tratado de evitar, no puedo dejar de pensar en ella. Debo confesar que la extrañé, aunque me cueste aceptar ya es parte de mi rutina. Trate de auto complacerme, pero no fue lo mismo, esa chiquilla sabe cómo hacerlo.
Al siguiente día estuve pensado en ella y en todo lo que hemos hecho en la cama. Por supuesto que la veré esta semana, solo que para demostrarle que no me urge verla decidí tardar en darle respuesta. Por la tarde mientras iba de camino a casa le envíe mensaje
"Viernes 5 de la tarde, donde mismo. Es todo."

La mentiraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora