Guardián Oscuro

Capitulo 3

—Anneliese, ¿Por qué has tardado tanto? —Brenda aparece interrumpiendo el momento—. Debemos tomar nuestros lugares.

Solo es hasta ese momento que aquella mujer fija su vista en la mía, analiza mi figura de arriba hacia arriba y se acerca hasta mí.

—¿De dónde ha salido esta chica Brenda?

—A ti que te importa —responde mi amiga.

—Se supone que ese vestido lo usaría Emilia, ¿Por qué esta mujer lo lleva puesto?

—Alexander necesitaba una musa para su más hermosa creación, y creo que la ha encontrado, mejor preocúpate por no tropezar en el escenario —le replica Brenda para luego jalonearme lejos de ellos dos.

—Espera Brenda, no me jales, apenas puedo moverme en esta cosa —le pido.

Sin embargo pese a mis peticiones Brenda no obedece, me termina por llevar dónde están el resto de chicas y me pide que me quede detrás de una de las cortinas oscuras hasta que sea mi turno de cerrar el desfile.

—¿Vas dejarme aquí? —le pregunto.

—Ann, te ves hermosa —sonríe y acomoda un cabello detrás de mí oreja—. Te pareces mucho a tu madre.

—No sé si sea lo correcto hacer esto, no quiero arruinar el desfile por los nervios, nunca he modelado en mi vida.

Brenda se cruza de brazos.

—¿No has modelado? Tu madre era una de las mejores, fuiste a varios de sus eventos, estuviste en portadas de revista junto a ella, creo que sabes muy bien como modelar, es como cuando éramos niñas ¿lo recuerdas? Pasábamos todo el tiempo jugando a ser supermodelos.

—Esa eras tú, yo solo te seguía la corriente.

—Anneliese, estoy segura de que lo harás estupendo, confía en ti —me toma de los hombros y sonríe ampliamente—. Te quiero mucho.

Brenda y yo compartimos un abrazo y luego de aquello ella es llamada junto al resto de chicas para dar inicio al desfile, me quedo como me lo ha pedido detrás de aquella enorme cortina negra ocultándome a la vista de todos, incluso del mismísimo diseñador hasta que sea llamada.

No dejo de pensar en esa chica de nombre Marcella, ¿tendrá algo serio con Stavros? ¿Viven juntos?

Debía alejar la idea de mi cabeza de que mi hombre misterioso estaba destinado para mí, cuando claramente no lo estaba.

Decido apartar aquel pensamiento y concentrarme en el evento, debo mantener la calma y no llenarme de nervios para arruinar el desfile, así que solo me quedo observando fijamente el movimiento de cada una de las modelos mientras avanzan por la alfombra de la pasarela.

Cerca de quince minutos en medio de los flashes de las cámaras y los aplausos de los asistentes escucho un grito de algún lugar

—¡Genaro!, ¿Dónde demonios esta Emilia?

El mismo hombre que me ha pedido hacer parte de esta locura aparece en mi campo de visión.

—Emilia no se presentará Alexander —responde este.

—¿Cómo que no se presentará? Lleva uno de mis mejores modelos de la colección —se acerca furibundo hasta él—. Más te vale que tengas una buena explicación de todo esto.

El hombre traga en seco.

—Cálmate Alexander, lo he resuelto. He encontrado a su reemplazo.

—¿Reemplazo? ¿De qué reemplazo hablas? —enarca una ceja.