Capítulo 5

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Miguel optó por quedarse callado, sabía que Fernando era muy sobreprotector con sus hermanas y que era de armas tomar. No quería correr el riesgo de hacerlo enojar.

El ambiente era un tanto desagradable para Leticia, sobre todo porque Marcia se encontraba ahí, y por si no fuera suficiente, su hermano estaba celoso, increíble pero cierto... muy cierto.
Al terminar de cenar todos quisieron pasar a la sala de estar... pero Leticia y Fernando terminaron sentados juntos en el sillón más pequeño de todos puesto que la sala era muy chica para tanta gente.
Todo iba mejorando hasta que a Paula María se le ocurrió que todos se fueran al patio a tomar aire fresco y poner una casa de campaña, y durmieran ahí todos esa noche. Todos salieron al patio a excepción de Leticia y Fernando. Simplemente se quedaron sentados como si algo por dentro les dijera que necesitaban hablar, que ahora era la oportunidad adecuada, pero no era así en realidad.
Cuando todos se salieron, Fernando como siempre rompió aquel sombrío y a la vez frío silencio.

F: Lety, tenemos que hablar...

L: Dime, te escucho (contestó ella nerviosa).

F: Quiero saber que sientes por mí.

L: Fernando yo...

F: Lety, no sé qué rayos me está pasando, ¡eres mi hermana! Pero mi cariño hacia ti va más allá que eso (Dijo con desesperación).

Fernando fue demasiado directo, lo que le sorprendió a Leticia, pues normalmente Fernando era evasivo con las cosas que lo agobiaban. Era como su sistema de autodefensa cuando algo le preocupaba o angustiaba.

L: Fernando si mi papá se entera de esto...

Fernando la interrumpió.

F: Mi padre no tiene por qué enterarse de esto, no debe enterarse.

La impulsividad era el mayor defecto de Fernando, entre otras como la neurosis, lo celoso y lo impaciente. Pero la impulsividad les ganaba a todos sus defectos.

Sin más comentarios, Fernando la besó... y ella lo único que hizo fue corresponder, ella sentía lo mismo hacia su hermano y ya no pensaba en lo que Humberto pudiera decir, pues, al fin y al cabo, él nunca la había entendido... nunca.

En el patio todos estaban armando la casa de campaña

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En el patio todos estaban armando la casa de campaña... hasta que alguien se dio cuenta de que Fernando y Leticia no estaban: Marcia Villarroel. Como siempre de imprudente, notó la ausencia de ellos y se puso a buscarlos... sobre todo a Fernando, pues quería aprovechar cualquier oportunidad para tratar de conquistarlo, así que decidió entrar a la sala para buscarlos y al entrar no pudo creer lo que sus ojos veían: Fernando estaba sentado al lado de Leticia, la estaba abrazando y, por si fuera poco, ¡la estaba besando! Esto dejó a Marcia impactada, pero decidió no decir nada, al fin y al cabo, tenía que pensar las cosas y buscar la ventaja propia de todo esto, y ese momento no era ahora. Sentía como un trauma interno, como un shock, como nauseas, como repulsión. No sabía qué pensar.

Marcia salió al patio todavía con cara de susto.

An: ¿Qué te pasa marcia? Parece que viste a un fantasma (Ana Leticia, su hermana, se acercó a ella con curiosidad al ver a Marcia con cara de susto, y hasta más blanca de lo normal).

M: Realmente vi uno Ana Leticia.... vi un fantasma (Contestó como ida).

An: ¿Perdón?

M: Olvídalo, vamos con los demás.

M: Olvídalo, vamos con los demás

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Fernando y Leticia seguían en ese sillón hasta que leticia interrumpió aquel momento.

L: Fernando, me siento extraña, esto no puede ser normal.

F: No hablemos de eso. Y mi padre no debe enterarse.

L: Pero algún día tenemos que decírselo.

F: Sí pero cuando ese momento llegue, ya seremos mayores de edad para poder casarnos.

L: Estás demente. Eso no puede suceder, ni en sueños.

F: Vivamos el sueño. Se que es raro, pero tampoco imposible, ¿no? Por favor Lety, me muero si te pierdo. Necesito que me digas si estás dispuesta a vivir este sueño.

L: Sí Fernando... lo estoy.

Leticia se dejó llevar por los ojos cautivantes y desesperados de Fernando. Odiaba verlo tan triste, tan agobiado. Quería corresponderle.

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