Leticia: Una joven dulce, simpática, inteligente y muy bella. Estudió Administración de empresas, y aunque su padre ha sido un poco duro con
ella, ella anhela poder trabajar en su empresa "Conceptos", al lado de sus dos hermanos: Carolina y Fernando...
Marcia desde luego estaba aturdida y desconcertada. Fernando y Leticia no eran hermanos de sangre, lo que significaba que podían amarse sin culpa alguna. Ahora la pregunta era: ¿Sabían Fernando y Leticia que no eran verdaderos hermanos? Su pregunta fue contestada cuando Teresa prosiguió la conversación con Marcela:
T: Pero por favor, Marcela, te pido que guardes el secreto, pues nadie lo sabe, ni siquiera ellos.
Ma: ¿Nadie? (Preguntó Marcela aún desconcertada)
T: Bueno, sólo Humberto, el mayordomo y yo, nada más.
Ma: Pero ¿cómo pasó todo? Es que ni siquiera puedo creerlo.
Había llegado el momento de la verdad, y esto entristecía a Teresa, pero debía contarle todo a su amiga pues era necesario aclararlo. Al terminar la historia, Teresa suspiró con alivio. A ella no le avergonzaba en lo absoluto que Leticia fuera una niña adoptada, pero por Humberto habían ocultado la verdad, porque a él si le avergonzaba lo que la sociedad pudiera decir.
Ma: ¿Qué? ¿Has mantenido a una niña que no es tu hija durante tantos años? (Marcela no salía del asombro)
T: Me duele porque quisiera que Lety fuera mi hija verdadera, no sabes cómo la quiero, como si fuera realmente nuestra.
Ma: Teresita, esto es preocupante, ¿nunca te has puesto a pensar en la posibilidad de que Fernando y Leticia se enamoren?
T: Marcela por favor, no repitas eso ni de broma (Teresa se angustió de solo pensarlo).
Ma: Suele suceder Teresa, créeme.
Este último comentario hizo que Teresa se preocupara aún más, pero podía ser cierto aquello. Leticia era hermosa y Fernando todo un galán, sería normal que se enamoraran, pero eso implicaría dolor y sufrimiento, lo cual se podría arreglar diciendo la verdad ante la sociedad, lo cual Humberto jamás consentiría, así que, lo mejor era retroceder y pensar en evitar que Leticia y Fernando comenzaran a desarrollar sentimientos amorosos el uno hacia el otro... y esto solo se podría solucionar de una forma: Mandando a Leticia a los Ángeles.
Por otro lado, Marcia empezaba a preocuparse si Fernando y Leticia no eran hermanos, eso explicaba lo que había visto en casa de Paula María. Y eso significaba que sí podían casarse algún día sin ningún problema. Así que Marcia quería pensar en algo ya. Buscaría una manera de hacer que Leticia se fuera de allí, hacer que Leticia se viera obligada a irse lejos de Fernando.
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El sábado por la mañana Leticia salió de su recámara dispuesta a desayunar cuando escuchó una conversación poco agradable. Se quedó escondida tras el muro de cemento mientras sus papás conversaban en la sala un tanto preocupados.
H: Este es el resultado de mis análisis Teresita (Comentó Humberto entregándole una hoja).
T: Esto no me gusta Humberto (Ella lo miraba preocupada, sabiendo perfectamente el contenido de esos resultados).
H: Mi corazón está un poco débil pero la buena noticia es que fue detectado muy a tiempo y con el debido medicamento, pronto mi corazón se recuperará. Claro, tengo que evitar emociones fuertes y disgustos, pero no tengo por qué hacer disgustos, mis hijos no me dan queja y la empresa marcha bien.
Leticia se fue preocupada. Ahora menos que nunca podía decirle a su padre que ella y Fernando se amaban. Era un secreto que debían mantener muy bien guardado. Si su padre se enteraba, sufriría un disgusto muy grande y ella se sentiría culpable por el resto de su vida, sería algo que nunca se perdonaría.
F: ¿Qué te pasa Lety? (Preguntó Fernando quien estaba recostado en su cama descansando, mirando cómo ella entraba, con cara de susto)
L: Me acabo de enterar de algo terrible Fernando.
F: ¿De qué? Dime (Fernando se levantó y la abrazó).
L: Mi papá está enfermo del corazón, acabo de escucharlo hablando con mamá.
F: ¿Qué? Eso significa que...
L: Sí, que tal vez nunca podamos decirle lo que pasa entre nosotros.
F: Tranquilízate Lety, de seguro las cosas mejorarán, ya lo verás (la abrazó con más fuerza).
C: ¿Se puede? (dijo carolina asomando su cabeza en la puerta).
F: Adelante, ya pasaste que inoportuna (Contestó Fernando un poco enfadado).
L: Fernando (Leticia lo miró con reproche).
Estuvo a punto de delatarse solo ¿Cómo podía ser tan imprudente? Eso sí que era ser imprudente. Carolina no entendió nada de la situación y ni se preocupó en entender simplemente supuso que este se trataba de otro de los juegos de Fernando y Leticia.
C: ¿Así que inoportuna, he tonto? (Dijo Carolina cruzando los brazos)
F: Perdón Caro, no quise...
C: Cállate Fernando, solo venía a platicar con ustedes, es decir, a integrarme. Pero díganme, ¿a qué jugaban esta vez? ¿Se trata del tonto juego de hacer tiradero en la recámara de Fer? Si es así yo ayudo (Comentó Carolina) Pero espera, Lety, Fernando te estaba abrazando, dime, ¿te hizo llorar? ¿Te hizo enojar? Si es así yo te ayudo a desquitarte...
L: No, no te preocupes, solo le estaba contando algo que pasó en la escuela. Pero ya, vamos a desayunar con mis papás, mejor.
Desayunaron en familia y nadie comentó nada al respecto de la enfermedad de Humberto. El resto de la tarde estuvieron juntos los 3 hermanos charlando, comiendo y viendo películas. Dadas las 7 de la noche, Carolina se quedó dormida en el enorme y cómodo sofá azul de Fernando, este era el momento ideal para que él y Leticia se fueran de ahí a su lugar favorito.
L: Fernando, ¿no crees que es un poco tarde para ir allí?? Está oscuro y me da miedo (ella creía que no era muy buena idea ir al jardín).
F: No te preocupes Lety, nada nos va a pasar, recuerda que yo estoy contigo, y te cuidaré (le echó el brazo sobre el hombro a ella, mientras seguían caminando por el jardín, bajo la luz de las estrellas).
L: ¿Y qué hay de los Villarroel? Recuerda que mis padres los invitaron a cenar esta noche, tenemos que estar ahí.
F: Si, pero llegarán más tarde. Ándale vamos a nuestro escondite de amor.
L: Está bien, vamos (Ella siguió caminando al lado de Fernando, y puso su brazo en la espalda de él, rodeando su cintura, y así poder caminar juntos, lado a lado).
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F: Lety, te amo más de lo que imaginas...
Ella sintió una extraña sensación. Emoción y miedo a la vez, un enorme miedo...