Marcia prefirió tragarse su coraje a arriesgarse a reclamarle a Fernando y perderlo. Tanto qué le había costado tenerlo, que no quería hacer nada para poner el peligro esa relación por una cosa que catalogaba de insignificante. Y es que, el hecho de que Fernando la confundiera con Leticia le parecía un insulto, pero, al fin y al cabo, le parecía una insignificancia, pues Leticia estaba muy lejos de ellos. Así que decidió dejarlo pasar, y no abordó el tema en ningún momento.
Por otro lado, Leticia había quedado en shock con el beso de Aldo. Sin embargo, tampoco quiso reclamarle nada. Aldo se disculpó con ella de inmediato, por haberse dejado llevar por el impulso. Le dijo que se sentía demasiado sensible por lo del recuerdo de su exnovia, pero le aseguró que no volvería a pasar. Leticia prefirió dejar pasar el asunto, también se sentía demasiado sensible con todo, tenía los sentimientos a flor de piel, y prefirió ignorar lo sucedido.
Tres años pasaron... tres años que significaron mucho tanto para Fernando como para Leticia.
Tres años en los que muchas cosas sucedieron:
Fernando seguía siendo novio de Marcia, pero ahora con mucha más seriedad, estaba ya en los 20 años y estaba oficialmente comprometido con ella, aunque no sabía cómo es que llegó hasta ese punto, en verdad que no, pero la verdad es que, aunque le pareciera algo tonto, en ocasiones sentía que lo engatusaron, lo atraparon... ¿cómo?, ni siquiera él sabía, lo cierto es que pronto se casaría con ella. Es cierto, no la amaba, pero por lo menos sabía que sus padres estarían orgullosos de él por haber elegido a una mujer como Marcia Villarroel, que cumplía con todos los estereotipos exigidos por su padre principalmente: una mujer elegante, educada, seria, de clase y bella, aunque él no la amaba, y aun no superaba al 100% sus sentimientos hacia Leticia, aunque el tan solo recordarla su corazón entristecía, por eso prefería no hacerlo, prefería no recordarla, ni mencionarla. Cada vez que alguien comenzaba a hablar de ella, Fernando prefería cambiar de tema, o incluso irse de ahí.
Por su parte, Leticia acababa de graduarse, y creía que estaba lista para regresar a México, aunque tenía buenas amistades en Los Ángeles, cierto, pero también quería regresar a su hogar, ver a sus padres, sentirlos cerca.
Y el día había llegado: estaba en el aeropuerto, a punto de despedirse de todos los que la acompañaban, comenzando con su tía Irmita.
L: Querida tía, gracias por todo, por abrirme las puertas de tu casa, por tu cariño, por tu comprensión.I: De nada hija, sabes que puedes volver cuando tú quieras, salúdame a tus padres ¿sí?
L: Por supuesto (la abrazó con cariño).
Ahora se despidió de su prima Carmen, a la que consideraba como su hermana.
L: Carmen, no sabes cuánto te voy a extrañar, en verdad. Extrañaré nuestras charlas después de la merienda, nuestras risas en el jardín, todo, todito.C: Y yo a ti Lety, cuídate por favor y estaremos en contacto, no te olvides de nosotras, ¿ok?
Se dieron un fuerte abrazo, y posteriormente se despidió de una de sus amigas, Sara, una mujer alta que solía peinarse con una alta cola de caballo. Era mexicana, igual que ella.
L: ¡Sarita! Espero que pronto termines tu curso de Administración.
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La verdad oculta.
FanficLeticia: Una joven dulce, simpática, inteligente y muy bella. Estudió Administración de empresas, y aunque su padre ha sido un poco duro con ella, ella anhela poder trabajar en su empresa "Conceptos", al lado de sus dos hermanos: Carolina y Fernando...