Capítulo 14

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Fernando no pudo más con el torbellino de sentimientos que estaban acumulados en su interior. Quería gritarle que la odiaba, pero al mismo tiempo, lanzarse a sus brazos, abrazarla, y decirle que la había extrañado mucho. Pero no lo haría. Así que decidió irse de ahí, lo más rápido que pudo, sin mirar atrás, igualito como ella se había ido de México, y de su vida. Eso es, Leticia ya estaba fuera de su vida, y ahí se debía quedar.

Ella se quedó desolada, contendiendo sus lágrimas. Entonces, se dejó caer, sentándose de rodillas en el piso, y dejando fluir por fin el llanto que tenía reprimido. Sentía el corazón marchito, así como lo estaba ese jardín.

 Sentía el corazón marchito, así como lo estaba ese jardín

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La noche fue triste, para ambos. Leticia estaba harta de escuchar "Marcia por aquí", "Marcia por allá". Durante la conversación en la sala, con sus padres y sus hermanos, durante la cena... Aunque de algo si se había dado cuenta: Fernando no amaba a Marcia, y Leticia estaba segura de ello.

T: Hijo, ¿dónde te habías metido? No estabas para recibir a tu hermana (le reprochó Teresita, mientras tomaban té en la sala).

F: Estaba ocupado, pero ya pudimos saludarnos en el jardín, ¿verdad Leticia?

L: Así es. No te preocupes mamá.

T: Está bien, entonces vamos a cenar. 

F: Me van a disculpar, pero tengo mucho trabajo, no los voy a acompañar a la cena, pero que lo disfruten (se levantó del sofá decidido a irse).

H: Fernando, no puedes hacerle esa grosería a Leticia, viene llegando de Los Ángeles (lo regañó Humberto).

L: Déjalo papá, seguro que Fernando está muy ocupado con asuntos de la empresa, sé que está muy entrado en eso.

T: De todos modos (intervino Teresa), yo siempre he dicho que las cosas del trabajo se quedan en el trabajo, y más en un día como hoy.

L: Insisto, déjenlo, mamá. No quiero ser culpable de que algo le salga mal en el trabajo. Además, ya habrá tiempo de cenar juntos.

F: Agradezco tu comprensión, Leticia.

En ese momento llegó Tomás, que había sido informado por Carolina del regreso de Leticia. 

T: ¡Letyyy! (Se acercó a ella y la abrazó efusivamente) ¿Cómo estás? Eres una ingrata, ¿cómo pudiste permanecer incomunicada conmigo tanto tiempo?

L: Tomás, lo siento. Es que...

F: No te preocupes Tomás, lo mismo hizo conmigo. Aunque bueno, de ti por lo menos se despidió. Con permiso.

Fernando se fue enfurecido.

T: Este muchacho me va a sacar canas verdes. Ha estado de un humor (dijo Teresita preocupada).

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