Capítulo 3

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La familia Mendiola se encontraba cenando en el enorme comedor de la casa.
La pequeña Leticia tenía un año de edad al igual que Carolina. En el caso de Fernando, tenía 2 años. Era un niño precioso y lleno de energías.

T: ¡Fernando no! No le avientes la comida a Lety (Teresa le llamó la atención, al ver cómo le aventaba un trozo de manzana a Leticia).

H: No lo regañes teresa, es un niño (Humberto salió a la defensiva de Fernando).

T: Un niño bastante travieso (Contestó Teresa mientras limpiaba la carita de Fernando).

Humberto amaba a sus hijos, aunque a Leticia la amaba menos. No es que no quisiera a la pequeña, pero es que su vida social estaba en peligro, pensaba que, si no fuera por eso, podría amar a Leticia tanto como a sus demás hijos. Y claro, Leticia lo hacía sonreír con sus encantos y sus travesuras, la verdad es que era una niña muy dulce. Sin embargo, siempre había algo que lo hacía molestarse, sí... la sociedad.

T: ¡Nandito estás castigado! (Teresa regañó a Fernando al ver que seguía haciéndole travesuras a su hermana adoptiva).

H: Teresa por favor, no puedes castigar al niño solo por eso. Son cosas de niños.

T: Humberto, ¿por qué menosprecias a tu hija Lety?

H: Bien sabes que Leticia no es hija de nosotros (respondió Humberto con frivolidad).

T: Perdón, pero creí que al menos tenías buen corazón, ahora veo que me equivoque (dijo ella con amargura, cargando a Leticia y dirigiéndose hacia la sala).

Humberto las vio alejarse y sintió un poco de remordimiento. Pero su orgullo le impedía reconocerlo y mucho menos demostrarlo.

El tiempo siguió pasando sin detenerse, como agua entre los dedos transcurría velozmente

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El tiempo siguió pasando sin detenerse, como agua entre los dedos transcurría velozmente.
Al cabo de cinco años, Humberto cambió un poco, o por lo menos ya trataba mejor a Leticia, aunque claro, nunca dejaba de llamarla "Leticia", mientras Teresita y los demás miembros de la familia la llamaban "Lety".

La familia Villarroel visitaban frecuentemente a los Mendiola, y es que Adrián Villarroel era socio de Humberto... ambos contribuyeron para fundar "Conceptos".
Ambos querían que sus hijos fueran futuros trabajadores y accionistas de allí.
Había mucha convivencia entre ambas familias, los Villarroel tenían 3 hijos: Ariel, Marcia y Ana Leticia.
Entre Fernando y Ariel siempre hubo riña. Al igual que entre Leticia y Marcia... simplemente no se llevaban bien, nunca.
Teresita empezó a enseñar a Lety a bordar, pues quería mantenerla entretenida. Ella era una niña tierna, bella. Desde pequeña fue bonita. Tenía ojos grandes y negros, tan negros que inspiraban seguridad, fuerza, pero a la vez ternura.
Su cabello era castaño y ondulado. Tenía una dulce voz.
Carolina era algo diferente, era de cabello lacio y negro. Ojos más pequeños y la piel más clara. Su mirada reflejaba alegría.
En el caso de Fernando, era de cabello chino, negro. Ojos muy negros y brillantes. Era de carácter fuerte, pero lo sabía controlar, aunque algunas veces se enojaba demasiado, sobre todo cuando de Ariel se trataba. Pero después de todo, Fernando era humilde y cariñoso. Protegía a sus hermanas.

Cuando Leticia tenía 6 años, ya sabía bordar muy bien, además de que sabía dibujar, y hacer operaciones matemáticas, era muy inteligente.

L: ¡Papi! mira, mi mami me enseñó a bordar, hice esta servilleta para ti (Dijo la niña mostrándole una servilleta bordada a su padre).

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