Capítulo 28

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Carolina los miraba entusiasmada. Ver tanto amor entre ellos la emocionaba. Los miraba mientras escuchaba con atención el relato de ellos, contándole que ya se habían reconciliado.

L: Y, ¡ya somos novios!

Leticia se acercó a Carolina y la abrazó con efusividad.

C: Claro, ya lo sabía.

F: ¿Lo sabías? (Preguntó Fernando extrañado)

C: Ay por supuesto, ¿cómo no voy a saberlo si se pusieron a gritarlo a los cuatro vientos en la playa? Hasta acá se oyó. Son unos locos. Pero los amo. Me encanta verlos tan felices. Felicidades a los dos, mis hermanitos.

Los tres desayunaron juntos. Después se arreglaron para irse y volver a México.

Se regresaron Leticia y Carolina en el auto de Carolina, mientras que Fernando se regresó en su auto. Al llegar a casa de la familia, entraron a la sala. Ahí estaban Humberto y Teresita esperándolos ansiosos.

T: ¿Qué ocurrió? (Preguntó Teresa intrigada)

F: Mamá, papá...

Fernando se acercó a ellos y los abrazó.

H: Hijo, ¿qué pasó? Cuentennos todo, por favor.

Leticia y Carolina también se acercaron y los abrazaron.

C: Estos tortolitos vienen felices, ¿no los ven? (Contestó Carolina)

T: ¿Quieres decir que... se reconciliaron?

L: Si, ¡nos reconciliamos! (Contestó Leticia con emoción)

F: Mamá, papá, ya no quiero esperar más, la verdad. Por eso, ya sin tantos rodeos, les quiero decir que Lety y yo ya somos novios.

T: ¿Qué? (Teresita estaba asombrada)

C: Mamá, ustedes ya sabían que Fer y Lety se quieren. ¿Por qué te sorprendes?

T: Es que, no deja de ser raro verlos juntos. O sea, crecieron como hermanos, nosotros los vemos como nuestros hijos a los dos, y ahora, ¿novios?

H: Estoy de acuerdo con Teresita, es extraño. Sin embargo, sabemos que no son hermanos y no nos vamos a oponer a su relación, ¿verdad Teresita?

T: Claro, no nos opondremos. En realidad, queremos verlos contentos. Me alegra que las cosas se hayan aclarado, y que ahora puedan estar juntos.

Leticia se acercó a ellos y los abrazó.

L: Mamá, papá, ¡muchas gracias!

H: Gracias a ti Lety, por seguir diciéndonos "papás". Gracias hija (la abrazó con emoción).

L: Siempre los veré así, porque eso han sido para mí, mis padres. Ustedes no me habrán engendrado, pero me dieron algo más importante, me criaron, me aceptaron como su hija, me dieron cariño, apoyo y amor. Si me permiten, los seguiré llamando "papás".

T: Ay hija, por supuesto que si, nosotros felices (contestó Teresa llorando de emoción).

Fernando y Carolina miraban conmovidos, para luego unirse al emotivo abrazo.

Después de algunos minutos, se dirigieron a la cocina para comer juntos, como familia. También llamaron a Tomás para invitarlo, pues era como un integrante más de la familia Mendiola. Ahí, pudieron conversar también con él, y darle las gracias por el apoyo que les había dado en todo ese tiempo.

Varios días después:

Carolina, Tomás, Leticia y Fernando iban caminando por el parque de la colonia, comiendo helados. Era un domingo por la tarde.

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