LOGAN
Me inclino ante los escritores, productores y en general a todas las personas que son capaces de crear nuevas palabras o por lo menos escribir una oración profunda con sentimientos. El mundo no quiso que yo tuviera esa habilidad, pero bueno, quién soy para juzgar. Dejando de lado mi pésima creatividad, pasamos toda la tarde intentando hacer un mapa de ideas o como lo llama Mateo y lo único que he aprendido de él, es que es muy exigente y ortodoxo. Yo que venía con expectativas de risas y diversión, pero ¡no! Me estresa no poder relajar las cosas, ya que cada vez que lo intento me regaña como un niño y ¡no soy un niño!
—A ver si te entendí —Mateo deja de escribir y me mira.
—No podemos unir el verano con el frío porque las estaciones son diferentes y le quita sentido a la canción.
—Logan hace como dos horas atrás que te vengo explicando y es una metáfora —ruedo los ojos con aburrimiento y me levanto de la banca.
—¡Nunca me imaginé que escribir una canción sería taaan complicado! —digo con desespero para luego tirarme al sillón.
Mateo se levanta con los brazos cruzados.
—No es difícil, es que tú lo tomas como un juego —afirma con tono exigente.
Abro mis ojos indignado. No me lo puedo tomar en serio cuando tienes a una persona que vuelve todo aburrido.
—Pues… ¡perdón por no ser aburrido y dañar tus mapas! —digo con berrinche.
Sé que me estoy comportando mal, pero ¡carajo! Qué difícil es seguirle el paso con lo aburrido que es.
—Y si me lo tomo en serio, es solo que no conecto con tus palabras —dejo de estar acostado y me siento.
La melodía que tengo en mente no es nada parecida a la idea que tiene Mateo con la canción, él quiere algo romántico que no es mi estilo, al contrario de lo que quiero en verdad; que es algo relajado y que tenga significado. Y las cursilerías no se encuentran en la lista.
—Nadie dijo que sería fácil trabajar juntos, y se nota que no tenemos nada en común —suspira sentándose al lado mío —. Podemos continuar mañana y llegar a un acuerdo —prefiero eso antes que mi cerebro estalle.
—Lo siento por no gustarme lo que habías hecho —Mateo voltea a verme y se encoge de hombros.
—Tu y yo no tenemos los mismos gustos, es normal —me muestra una linda sonrisa donde se aprecian sus huequitos en los cachetes.
—Mejor me voy, es tarde y tengo cosas que hacer mañana —me levanto y camino hacia la puerta.
Algo me dice que esa canción tendrá muchas vueltas para estar lista.
...
Hace dos días que había pasado el encuentro con Mateo y no he podido pensar por lo nervioso que estoy por el inicio de esta canción, y espero que todo salga bien entre los dos y Mateo deje de hacer las cosas con cero diversión o verdaderamente me volveré loco.
—¿Cómo va la canción?
En la gran televisión del cuarto de juegos de Aiden se muestra Game over y me giro a ver a Aiden con ganas de lanzarle la consola encima. ¿Y qué digo? ¿Qué va súper? Que tengo gran conexión con Mateo y él no es para nada aburrido.
—En tres palabras claves: triste, aburrido y en mal comienzo —Aiden cuenta las palabras con sus dedos.
—Amigos dijiste cuatro.
—¡Eso no es lo importante! —exclamo sin prestar atención al juego.
—No tenemos nada en común, es como hablar con un libro viejo y anticuado —artículo cansado.
Si pudiera describir a Mateo no me alcanzan palabras para hacerlo, y no es que me caiga tan mal, pero se me dificulta entenderlo algunas veces.
—Querido amigo, no importa si no tienen nada en común lo que en verdad importa es que sepan trabajar juntos y solucionar las cosas —me giro a ver a Aiden y él tiene las manos juntas de modo intelectual.
—No ayudas, y para tu información ya empezamos mal —bufo con desesperación.
Carajo.
Debí dejarle las cosas en claro cuando acepté trabajar juntos.
Aiden chasquea los dedos y me mira con una sonrisa.
—¿Qué tal si lo invitas a tu presentación mañana en la cafetería? —es buena idea, así él podía familiarizarse más con mi estilo de música.
¡ES PERFECTO!
Más nunca vuelvo a dudar de Aiden.
—¡PODRÍA BESARTE AHORA MISMO!
—Me halagas, pero no gracias —respondió haciendo un gesto con su mano sin importancia.
Niego con diversión y tomo mi celular para enviarle el mensaje.
Yo:
¡HOLAA! Perdón por escribir ahora, pero tengo algo que preguntarte :)
Envío el mensaje y no está en línea, espero un rato y salen los dos chulos leídos.
¡AY DIOS MÍO!
Sin miedo al éxito.
Papá gruñon:
No es un mal momento, y hola.
¿Qué es lo que me tienes que preguntar?
Me muerdo el dedo y siento la respiración de Aiden cerca de mi cuello.
—Y si dice que no y todo sale mal.
—Tranquilo, ven dame tu celular —dudando se lo entrego y Aiden empieza a escribir.
¿Fue mala idea darle el celular? Parece que sí, ya que Aiden me mira con los ojos abiertos y con una sonrisa nerviosa.
—Si te contara que… no sé, por casualidad haya enviado por error un mensaje —dice nervioso y me muestra el celular.
Papá gruñón:
Lindo te quería invitar a un lindo lugar para impresionarte y que te enamores más de mí.
¡¿QUEEEEEEEEEE?!
Intento borrar el mensaje, sin embargo, este ya estaba enviado y para dañar todo lo había leído.
—¡AIDEN! ¿Por qué escribiste eso?
—¡No sé!, mis dedos fueron rápidos y escribí cosas raras —hace la imitación de sus dedos escribiendo.
Ahora ¿cómo saldré de esta? y no pienso mirar el celular, prefiero ahorrarme la vergüenza.
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Notas del Corazón
Teen FictionMateo Morgan no entendía como todo se volvió un desastre, si hace una semana le hubieran avisado con antelación todo lo que iba a suceder él sin pensarlo dos veces tomaría otro camino. Todo es un desastre. Logan Adams estaba en las mismas, convivi...