Capítulo 19: Pensamientos destructivos

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MATEO

Para Para mi las tormentas son destrucción y debilidad, desde pequeño jamás me han gustado y mi descontento por ellas siempre fue sincero que incluso me escondia debajo de la cama con tal de no ver la luz abrasadarosa que ilumiana el cielo en oscuridad. Todo giraba y el miedo seguía imprednado en mi pecho constanemtente que sentia que no podia caminar, como si algo me sujetara fuerte y las cadenas sostenian algo que muy dentro de mi sabía que no podia cambiar nada.

Cerraba los ojos fuertemente tratando de que mi mente no me jugara una mala pasada, pero la realidad me golpeó el rostro sin un ápice de bondad.

Así como una tormenta todo se volvió oscuro.

Me levanto de la cama de un sopetón que me mareo por el brinco, de nuevo está pasando. Pongo mis manos en mi cara ocultando mis ojos cansados, mi pecho baja y sube con velocidad siento que mi corazón va a explotar por favor no, no quiero que esta amarga pesadez de nuevo, quiero solo esconderlo puedo vivir con ese dolor, lo he hecho siempre lo e ocultado con la máscara que construi en el estante que todo cambio.

Esa sombra que sabe que me duele quiere ganar pero no voy a permitir que eso pase, me concentro en regular mi respiración y me levanto de la cama.

Ocultalo bien, no dejes que vean que te duele y ni muestres debilidad.

Me baño y me preparo para la escuela, me visto y camino por el pasillo. La casa se encuentra en silencio y no me agrada, me dirijo a la cocina y mamá está preparando café mirando a la nada pongo mi mejor sonrisa y me acerco.

-Buenos dias ma-le dejo un beso en la mejilla y abro la nevera agarrando la leche.

-Buenas días cariño-dice tratando de sonreír.

El silencio reina que nadie quiere decir nada, me impino y tomo un vaso de la alacena vierto la leche en el vaso mamá sigue con la cuchara revolviendo el café, me muerdo el labio y salgo de la cocina sentandome en la barra. Me digo a mi mismo que tengo que soportar pero sé que mamá en este día se que no podrá hacerlo. Miro a la sala y en una esquina veo su foto sonriente y lo que eran esos tiempos de felicidad, las promesas borradas, cuando todo era de colores y esos colores se apagaron por siempre. Aprieto los puños y me levanto tomando la fota en mis manos mirándola con detenimiento y reviviendo la herida que con tanto esfuerzo e tratado de cerrar; sigue abierta y latente desde el primer día. Lo coloco de nuevo como si quemara.

Todo desaparece.

Mi mente estuvo muy ocupada y me ayudó demasiado, la clase de mi escrito que por cierto no he terminado fue divertida escribir siempre a sido una parte de mi y me alegra que nunca me abandode y sea lo única que siempre este conmigo

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Mi mente estuvo muy ocupada y me ayudó demasiado, la clase de mi escrito que por cierto no he terminado fue divertida escribir siempre a sido una parte de mi y me alegra que nunca me abandode y sea lo única que siempre este conmigo. Salgo del salón y Emily me espera apoyada en la pared, me nota y se me engancha encima.

Notas del CorazónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora