5

416 68 23
                                    

Parte 2

Kuea rebuscó en sus bolsillos, desesperado, encontrando el paquete de pañuelos que su mamá le daba todas las mañanas, y torpemente sacó uno, procediendo a sonar la nariz de Nunew que seguía llorando. En sus manos sostenía el saurópodo, como si ese simple gesto fuera suficiente para calmarlo.

No llores, Nu, me harás llorar a mí ―le dijo, llamando su atención.

Nunew sorbió, hipando.

―¿Por qué vas a llorar tú? A ti no te quitaron tu juguete ―Kuea le miró sin comprender, y Nunew repitió con torpeza―. ¿Por qué vas a llorar?

Kuea le revolvió el cabello, secándole las lágrimas de su colorado rostro.

Porque si lloras, me rompe el corazón ―le contestó seriamente.

¿Cómo tu corazón se puede romper? 

Es una metáfora, Nu.

Odio las metáforas ―Nunew hizo un puchero inconsciente, y Kuea le sonrió al notarlo más tranquilo.

Sin embargo, no duró mucho porque la puerta del baño se abrió y Nunew se sobresaltó. Kuea se giró, esperando que fuera JJ, pero sólo parpadeó cuando notó que era el Presidente de Estudiantes con su amigo, el chico pálido que lucía siempre con sueño.

Los ojos de Lian se dirigieron hacia él, confundido, en tanto el otro chico se quedó mirando a Nunew.

―¿Qué está pasando?

―¿Por qué lloras, Nunew?

Hablaron los dos chicos al mismo tiempo.

Nunew trató de ocultarse detrás de Kuea, mientras él los observaba sin entender.

Zee frunció el ceño, en tanto Kuea se apresuraba en sacar su libreta, haciendo malabares porque Nunew no quería soltarlo.

Nada grave, Nunew sólo tuvo un accidente.

No sabía por qué mintió. No sabía por qué simplemente no decía la verdad.

Tal vez porque estar cerca de Lian lo ponía nervioso, lo cohibía un montón, lo hacía sentir más torpe que nunca. Lian lucía como una persona seria, dura y poco accesible, aunque podía notar cierto tono apagado en sus ojos que lo desconcertaba porque, a pesar de todo eso, a pesar de que Lian fuera alguien en ese colegio, lucía infeliz.

Y una parte suya quería conocerlo más, pero también podía leer en los gestos del mayor que él no le era de su agrado.

Zee tomó la libreta, leyendo el mensaje, sin embargo, no lució conforme.

¿Y JJ? ¿Qué ocurrió?

Kuea se puso ansioso, porque nunca fue bueno para mentir.

Mordió su labio inferior.

Zee no parecía demasiado paciente, porque vio cómo dio un paso más, y Kuea pensó que iba a golpearlo así que cerró sus ojos.

Sin embargo, se sorprendió cuando, a pesar de la expresión en su rostro, Zee lo separó con cuidado de Nunew, llamando la atención del otro chico..

―Hey, Nu ―le dijo con tono dulce.

Nunew se crispó.

―No, es Nunew Perdpiriyawong, ese es mi nombre ―soltó Nunew―. Aléjate, apestoso.

Zee sonrió.

―Hoy no apesto, no he fumado ―contestó Zee, pero Nunew no lucía conforme―. Venga, ¿quieres olerme? ―bromeó.

MUÑEQUITO DE PORCELANA [LIANKUEA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora