MUÑEQUITO DE PORCELANA [LIANKUEA]

20

Yuwon nunca antes estuvo en esa posición, y si era sincera, no sabía cómo manejarlo. No sabía qué hacer, porque no se preparó en algún momento para ello.

—Nu, ¿qué estás haciendo? —preguntó con voz dulce y amorosa.

Nunew, su bebé, la miró mientras sostenía el juguete de tiranosaurio que su abuela –su mamá– le regaló tantos años atrás. La abuela de Nunew siempre le quiso a pesar de todo, a pesar de los dichos del resto de su familia, y Yuwon siempre lloró su pérdida, pues a Nunew le afectó horriblemente también.

Los labios de Nunew temblaron.

—Es domingo —murmuró, observando otra vez sus dinosaurios repartidos por el suelo del comedor—, gatito viene todos los domingos a jugar conmigo —miró la hora, ansioso—. Pero viene tarde. Viene una hora tarde...

La mujer se sentó al lado de Nunew, tomándole la mano para llamar su atención. Recordaba la expresión del muchacho el día anterior, cuando llegó a casa, con Kuea detrás y otro chico que no conocía, pero sin Zee ni Lian por algún lado. Kuea lucía alterado en tanto Net, que salió con ellos (le dijo después), le explicaba que ocurrió un problema y venía a dejar a Nunew para que nada malo les pasara.

Una vez a solas, le preguntó a su hijo qué ocurrió. Nunew habló con tono monótono y rostro inexpresivo, pero en sus ojos observó sentimientos que no veía casi nunca: tristeza y pena y dolor. Sentimientos que vio sólo cuando su abuela falleció.

‹‹Zee dijo que no soporta verme y que me perdiera, pero no lo entiendo. No sé qué quiso decir. Mami, siento mi garganta apretada, ¿me voy a enfermar? No me siento muy bien...››.

Yuwon sólo pudo abrazarlo, tratando de contener las lágrimas, incapaz de llorar porque no quería asustarle. 

Y ahora...

—No creo que Zee venga, Nu —le dijo, sin perder el tono suave.

Pero Nunew se crispó, viendo su rutina interrumpida.

—¿Por qué no vendría? —replicó—. Está bien si no soporta verme, siempre puede vendar sus ojos y venir. Pero sigo averiguando eso de perderme, tú me dices que debo tener cuidado para no perderme, entonces es contradictorio. Tal vez...

—Nunewie —le interrumpió—, puedo jugar yo contigo. O puedo llamar a Kuea y JJ para que...

—No, ¡tiene que venir Zee! —contestó Nunew—. ¡Zee viene todos los domingos a jugar, debe venir hoy también!

—Bebé...

—¡Zee es mi novio y los novios nunca se dejan plantados! —la voz de Nunew se quebró—. Él es mi novio, aunque diga que está harto de mí, ¿cierto, mamá?

Yuwon no sabía qué decirle y sólo lo abrazó, escuchando los murmullos de su hijo contra su hombro, tratando de no llorar por todo el dolor que estaba sintiendo.

💙🧡

Lian observó su celular, apretando su mano en un puño, mientras volvía a teclear un séptimo mensaje en el día que no dudó en enviar.

Kuku:

Kuea, ¿podemos hablar?

Por favor, no he vuelto con Magic.

Necesito verte.

Te lo ruego, siento mucho lo de ayer, creí que sería lo mejor en su momento.

Te quiero, perdóname.

Deja de ignorarme, bebé.