MUÑEQUITO DE PORCELANA [LIANKUEA]

12

Parte 2

Lian se repitió tantas veces que quería a Magic, que ahora la mentira salía con facilidad y, a veces, creía incluso que era cierto. Bueno, quería a Magic como amiga, eso lo tenía claro, pero... ¿cómo novia?

—Pero no hemos pasado tanto tiempo juntos, Li —se quejó Magic al otro lado de la línea—. Mis papás ya están preguntando cuándo irás a cenar. Ellos querían hoy, pero me dijiste que no, y el siguiente sábado igual...

Los sábados estaban reservados para ir a D-Town, y ahora que regresó a ese ambiente, rodeado de tanta gente con la que se sentía cómoda, no quería abandonarlo otra vez. 

—Podría ser el viernes —ofreció, suavizando su voz—, ¿te parece?

—Pero ¿qué tanto tienes que hacer? —siguió insistiendo Magic—. ¿Me estás reemplazando por Zee?

Apretó sus labios un instante, sabiendo para dónde se dirigía toda esa conversación.

Últimamente compartir tanto tiempo con Magic se estaba volviendo insoportable, la chica siempre demandando su atención y contándole cosas que en realidad no le interesaban. Y eso le hacía sentir mal porque significaba que era un pésimo novio, pero si era honesto, no le preocupaba demasiado. No cuando estaba en D-Town. No cuando estaba con Kuea.

Kuea, Kuea...

—Zee está cada vez más desagradable y repulsivo —siguió hablando Magic—, detrás de ese otro chico, ¿qué clase de persona es? ¿Acaso...?

—Magic, por favor, cállate.

La chica enmudeció, porque era la primera vez que Lian le hablaba de esa forma.

Lian normalmente era callado, siempre dándole la razón, nunca discutiendo con ella. Pero esto...

—¿Li? —preguntó con voz débil.

—Hablamos cuando estés más calmada —le dijo—. Adiós.

Le cortó antes de escuchar su réplica.

Lian no quería hablar más con Magic, no por esa noche, porque era sábado, iría a D-Town, y vería a Kuea.

Lo que debía hacerlo sentir mal, sin embargo, en ese instante no podía importarle demasiado si su novia se enojaba con él, porque estaba recordando la expresión de Kuea en su casa, cuando le invitó a acompañarlo, la forma en la que le estaba mirando.

Agarró su chaqueta, mirándose una vez más al espejo para ver si lucía guapo, y salió del cuarto para bajar las escaleras.

—¿Li? —preguntó su madre al verlo pasar hacia la puerta—. ¿Para dónde vas, cariño?

Tomó las llaves del auto, girándose y sonriéndole a su mamá.

—Iré donde Zee, lo ayudaré con una tarea —mintió, y recordó que la última vez que le mintió de esa forma fue cuando estaba saliendo con Prem.

Pero algo dentro de él no se sentía culpable. 

Su mamá frunció el ceño.

—¿Todavía eres amigo de ese chico? —dijo, y escuchó la desaprobación en su voz—. Es una mala compañía, Lian.

Trató de suavizar su expresión, aunque aquellas palabras realmente le fastidiaron un montón.

—Mamá, Zee es un buen chico —suspiró, haciendo un gesto con su mano—. ¿Por qué no conversamos esto después? Voy atrasado. Nos vemos, mamá.

Y como hizo con Magic, antes de que pudiera decirle algo más, Lian salió de la casa con paso presuroso. Recordó que quedó en pasar a buscar a Zee, y luego irían al hogar de Nunew para buscarlo junto a Kuea.