Parte 1
Kuea tuvo que aprender a caminar.
Plai le sonrió con orgullo al ver como daba unos pasos, titubeante, siendo sostenido por unas muletas, mientras Kewalin frotaba sus ojos para alejar las lágrimas que querían escapar. Su bebé llevaba ya cinco meses en el hospital, y dentro de unos días, esperaba que le dieran el alta para llevárselo a su casa. Con ellos, donde siempre debía estar.
El kinesiólogo también esbozó una sonrisa cuando Kuea se sentó en la cama, cansado a pesar de haber caminado sólo por su habitación. Sin embargo, ya era un gran avance, considerando que todos esos años estuvo, en su mayoría, sentado. Sus piernas eran débiles y todos lo tenían que llevar en brazos, o en su defecto, arrastrarse, para ir a algún lado.
Se tensó automáticamente cuando el hombre comenzó a masajear sus piernas, relajándose segundos después al notar que no era un toque perverso. Pasados unos minutos, y luego de darles algunas indicaciones a sus padres, se marchó, quedando sólo los tres.
Kewalin se sentó al lado de Kuea, que acercó su cuadernito de caligrafía con el que estaba aprendiendo a escribir. El último mes el muchacho demostró tener un aprendizaje veloz, pero por sobre todo, que estaba interesado en comprender lo que ocurría a su alrededor.
—La lección de hoy... —dijo Kewalin con voz pausada, hablando también en lenguaje sordomudo—, es formar oraciones completas, Kuea.
Kuea la observó con ojos enormes, parpadeando inocentemente, y ella quería abrazarlo y no soltarlo nunca más.
¿Cómo era posible que le hubieran hecho tanto daño a su angelito?
—La primera oración es... —agregó Plai, sonriendo mientras sacaba un caramelo de su bolsillo, viendo como la expresión de Kuea se iluminaba—, "mamá y papá me quieren mucho". Si la escribes bien, entonces te lo daré.
Kewalin sonrió, escribiéndole la frase a Kuea en una hoja en blanco, mostrándosela brevemente para que la leyera, y segundos después, comenzó a replicarla.
Sus letras eran torpes, temblorosas, poco estéticas y apenas entendibles, escribiendo con esfuerzo, deteniéndose varios segundos para pensar bien en hilar la oración como correspondía, y una vez la tuvo lista, se las mostró.
Ambos estaban felices al ver que Kuea no se equivocó, y Plai le entregó el caramelo, que no dudó en llevárselo a la boca. Lo degustó varios segundos antes de mirarlos.
Su dedo índice fue a la frase, señalando una palabra: mamá. Un instante después, apuntó a Kewalin, con duda en su expresión, pero la mujer asintió.
Después fue a otra palabra: papá. Y como hizo anteriormente, señaló ahora a Plai, que hizo un gesto de aprobación.
Chupó el caramelo otros segundos antes de tragárselo, yendo al cuadernito para escribir algo.
"Yo soy Kuea. Mamá y papá quieren a Kuea".
Kewalin se arriesgó y le revolvió el cabello al niño, que se quedó quieto un instante antes de mirarla con una sonrisa tímida.
"Sí", escribió Plai, "te amamos por siempre".
Kuea sonrió ampliamente.
Hubo un instante de cómodo silencio en el que Kuea estuvo pensando, en tanto Kewalin le anotaba una siguiente frase, entonces...
Entonces pasó.
—Mamá —susurró Kuea.
Kewalin se quedó quieta, con su rostro congelado. Plai dejó de rebuscar el caramelo.
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MUÑEQUITO DE PORCELANA [LIANKUEA]
Fanfiction🌸 Kuea es sordomudo y Lian lo odia por eso. 🌸Parejas secundarias: NetJJ ZeeNunew 🌸 Temas oscuros y fuertes. 🌸 NO APTA PARA SENSIBLES. 🌸 Todos los créditos a @Hobibuba