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Parte 2

JJ entró al salón de clases y sintió algo apretado en su estómago cuando vio a Kuea y Nunew sentados juntos. No era como si la imagen de ellos dos estuviera mal, porque a veces se intercambiaban de puestos, era normal, pero no se sentía bien ver a Latte y Hyerin delante de ellos, hablándoles.

Por un instante, creyó que estaban agrediéndolos como dos semanas atrás habían hecho, con ese trabajo que la profesora asignó, pero entonces Hyerin se rió y Nunew sacudió su cabeza en una negativa, sin lucir demasiado cohibido, y supo que no era así. Que las cosas parecían bien entre ellos.

A JJ no le gustó demasiado.

Y eso lo hacía sentir peor, porque sus amigos tenían todo el derecho de juntarse con otras personas e interactuar con ellos. Sin embargo, no sabía por qué aquello le desagradaba demasiado.

Tal vez, porque JJ siempre había sido demasiado tímido con la gente. Incluso cuando nadie sabía que era gay, le costaba relacionarse con otros chicos de su edad porque temía que se burlaran de él.

Quizás, porque JJ tenía miedo de que Nunew y Kuea se relacionaran con otras personas y le dejaran de lado, quedando sin amigos como estuvo durante mucho tiempo.

JJ no quería sentirse así.

Tragó saliva y se acercó, tratando de sonreír.

—Hey —saludó con voz firme, sorprendiéndose a sí mismo—, ¿qué ocurre?

Kuea ladeó la cabeza mientras Nunew levantaba la vista, distraído.

—Latte dice que nuestro trabajo debería reflejar la felicidad y que yo debo ser su modelo —dijo Nunew, moviendo su lápiz nerviosamente—, pero a mí no me gusta sonreír.

—Porque las sonrisas no reflejan felicidad —insistió Latte—, tu mamá te lo dijo, Nunewie.

—A mí me gustó verte jugar con tus dinosaurios —agregó Hyerin con voz suave.

Nunew parpadeó, confundido, y JJ recordó que su amigo le mencionó que decidieron juntarse en la casa de él, luego de que los otros dos chicos no pudieran hacerlo con sus respectivos hogares. Cuando le preguntó cómo le fue, Nunew sólo contestó con un bien. No dijo algo de que la relación parecía haber mejorado.

—Pero no me gustan las cámaras —insistió Nunew, antes de que Kuea le diera un codazo y apuntara a su libreta, donde escribió algo.

Nunew es guapo.

Las mejillas del chico se tornaron coloradas.

—Qué cosas dices, Kuea... —murmuró Nunew.

Hyerin volvió a reírse.

JJ quería vomitar, porque parecían haberlo ignorado en todo momento.

Rascó su brazo, tratando de controlar la sonrisa de su rostro.

No debía asustarse, no debía reaccionar mal, porque no tenía motivos para ello. Nunew y Kuea estaban en su total derecho de hacer otras amistades. Wheein, Zee, ahora Hyerin y Latte... Después de todo, ¿no era genial que pudieran cambiar el pensamiento de sus compañeros, para que comprendieran que sus características particulares no eran malas?

Pero ¿por qué JJ estaba tan herido?

El timbre tocó y se sobresaltó, sus dedos jugueteando con su mochila, porque no sabía dónde sentarse. 

Observó el puesto detrás de sus amigos, sin nadie, y se recordó todos los años anteriores, cuando se sentaba solo también, todo el mundo haciéndole el quite, y quiso romper a llorar.

MUÑEQUITO DE PORCELANA [LIANKUEA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora