MUÑEQUITO DE PORCELANA [LIANKUEA]

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Parte 2

Lian bajó a la cocina a buscar algo para comer, cuando escuchó la escandalosa risa de Wheein, y se quedó quieto, sin saber qué hacer, porque llevaba mucho tiempo sin escuchar reír a su hermana menor. 

No desde que Lian había arruinado a su familia estrepitosamente dos años atrás.

Sabía que era su culpa, no tenían qué decírselo: desde que quiso dedicarse a la música y se enamoró de Prem, el pequeño chico que componía música y cantaba en un café todos los sábados, que su familia se había caído a pedazos. Sólo hasta que terminó con él, luego de ver todo lo que su mamá sufría, lo mal que Wheein lo estaba pasando, la furia con la que su padre lo miraba, decidió dar todo por terminado.

Las cosas se calmaron, por supuesto, pero nunca volvieron a ser lo mismo. Su papá nunca lo volvió a mirar con el mismo orgullo, su mamá dejó de sonreírle con amor y Wheein ya no reía con tanta fuerza. 

Lian decidió arreglar todo otra vez, así que empezó a mejorar sus notas en el colegio. Se esforzó por ser elegido el Presidente del Consejo Estudiantil. Comenzó a salir con Magic. Decidió que estudiaría Medicina.

Todo lo que se esperaba de él para que su familia pudiera arreglarse, repararse.

Y sabía también que Wheein estaba jugando un papel en la misma escuela, de la niña tonta y mimada, a la espera de un chico porque sus papás eran conservadores y querían que estudiara algo sencillo, porque su futuro esposo debía mantenerla.

Así que la risa de Wheein lo tomó desprevenido.

Con cuidado, se asomó hacia el comedor, viendo primero a JJ aguantando la risa mientras las mejillas de Kuea se coloreaban de rojo, sosteniendo una cámara entre sus manos. El chico sordomudo apuntó con ella hacia Wheein, que hacía una pose entre sexy y juguetona, tratando de no romper en carcajadas. 

―Estoy seguro de que la profesora no aprobará el concepto sexy ―comentó JJ, sacudiendo su cabeza.

―No es sexy ―protestó Wheein, enderezándose―, es... seductor.

Kuea movió sus manos, llamando la atención de los dos chicos.

―Kuea insiste en el concepto de precioso ―dijo JJ―, y te quiere como modelo principal.

―Pero Ku ―habló Wheein―, ¿qué sentimientos abarcaremos con lo precioso?

JJ habló con Kuea, que no tardó en contestar.

―Todos ―explicó JJ―, lo precioso puede provocarte muchos sentimientos, ¿no?

Wheein sonrió con picardía.

―¿Ah, sí? ―dijo mirando a Kuea―, ¿y qué provoco en ti, Kuea?

JJ se atoró con su saliva, mientras Wheein volvía a reír sin control y Kuea los observaba sin entender lo que acababa de pasar.

Lian sintió su estómago contraerse por las palabras de su hermana menor, por el tono picaresco con el que había hablado, y por el rostro iluminado de Kuea, el lente de su cámara enfocado en Wheein.

¿Acaso a su hermanita menor le gustaba Kuea?

No, eso no era posible.

Aclaró su garganta, llamando la atención de las personas allí, excepto de Kuea, por supuesto.

No, sólo cuando Kuea percibió que JJ y Wheein miraban a otro lado se giró, su sonrisa tambaleándose al verlo, y Lian mordió su labio inferior.

―Li ―llamó su atención Wheein―, ¿ocurre algo?