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Me desperté el otro día muy temprano, con un pequeño cuerpo acurrucado a la mía y
sonreí. Ya tenía un amor incondicional por esa chica increíble. Me instalé en la cama y
bostezé. 
¡Me las arreglé para deshacerme de Sara para poder estirar las piernas. Vi a Alfonso todavía
acostado de una manera muy torcida durmiendo, seguramente se despertará con muchosdolores de espalda!
Me estiré y agarré mi bolso, buscando mi teléfono celular dentro.
Encontré miles de llamadas perdidas de Dul y Mai, y cientos de mensajes en whatsapp.
Marqué el número de Dul, mirando hacia la ventana, y esperé.
QUIERES MATARNOS DESDE EL CORAZÓN, ¿VERDAD?
lo siento Dul. - Susurré para no despertar a nadie. - Estoy en el hospital con Sarinha..
- Ni siquiera para enviarnos un mensaje?Estábamos preocupados! - Dul había puesto el
altavoz y fue Mai quien habló ahora.
- Perdóname chicas, pero es que con Sarinha así, no podía pensar en nada más.
- Dul llamó a la policía! Dijo que estabas desaparecido!!!!! - Mai prácticamente gritó.
¡Y dijeron que solo pueden iniciar la búsqueda después de 24 horas de desaparición!¿Lo
crees???? En 24 horas ya podrías estar muerto!!!!!
Me reí, Dul siempre estaba desesperado.
¡Lo siento mucho chicas..Perdóneme!
- Aii Ok..¿Qué no hacemos por ti bien? - Mai respondió y en el momento en que supe que
había puesto los ojos en blanco, siempre puso los ojos en blanco cuando usó este tono de
voz.
- Te amo! - dijo enviando un beso.
qué tiene Sara? - preguntó Mai.
fiebre que no baja por nada. - Suspiré. - Ella fue medicada ayer y tenemos que ver cómo se
despertará hoy...
¡Ai tadinha! Envíale un beso para nosotros!
- Puede irse! - sonreír.
- Pero ahora dice..¿Pasó algo después de que Sara durmió? - Preguntó Dul con la voz
maliciosa.
- Esto no llega al caso! - dijo riendo.
- Traidor!!! - ambos gritaron al mismo tiempo.
- Bromeando!! - dijo riendo. - Entonces te digo, pero rodó ¡sí!
Me sentí roja recordando la noche anterior.
tengo que colgar ahora. De lo contrario Sarinha puede despertar. Besos chicas...
- Ahora podemos dormir tranquilos Mai! - Dul comentó.
¡annie Kiss! 
Colgué riendo, mis amigos eran realmente los mejores.
Tomé un susto con los brazos fuertes envolviendo mi cintura por detrás en un abrazo.
Buenos días. - dijo con una voz ronca en mi oído, besando mi mejilla. - ¿Puedo saber qué
pasó?
Creo que en ese momento llegué a todos los colores posibles para una piel, de rojo fui a
púrpura, y de púrpura fui a azul, de azul fui a verde y volví a ser rojo como un pimiento.
Er. Rodó el cable de TV de nuestra casa. Un técnico fue allí para arreglar nuestra TV por
cable en estos días. Y el cable no rodó, pero ahora rodó. - Mentí descaradamente. Estoy
seguro de que no cayó en mi historia porque comenzó a reír solo.
- Hmmmm... Lo entendí! - dijo riendo sarcásticamente. Gracias a Dios que él, incluso no
creyendo, había enterrado el tema.
Siguió abrazándome, sentí cada terminación nerviosa de mi cuerpo reaccionando a ella. Su
cabeza estaba descansando sobre mi hombro, donde dio unos besos.
- Veré cómo es Sarinha! - dijo liberándome de sus brazos suavemente y yendo hacia la cama

Antes.. - me tiró por el codo, pegando nuestros cuerpos. - ¡Un beso de buenos días! - dijo
uniéndose a nuestros labios en un beso. Me abrazó por la cintura casi levantándome del
suelo, mientras yo jugaba con su pelo.
- Buenos días! - dijo terminar el beso con algunos sellos.
Fui a Sara, sintiendo la mirada de Alfonso en mí. Le acaricié el pelo llamando. Alfonso se
fue al otro lado de la cama e hizo lo mismo que yo. La pequeña abrió los ojos y bostezó.
Ella dio una gran sonrisa cuando me vio y me abrazó, haciendo lo mismo con su padre poco
después.
te sientes mejor carino? - Preguntó Alfonso.
Ella reflexionó por un momento y luego sacudió la cabeza afirmativamente.
qué buena princesa!, dijo acariciando su pequeña cara.
- Veamos cómo es esta niña hoy?? - una enfermera entró en la habitación.
Sara acurrucó su brazo en el mío, sacudiendo la cabeza.
- Sarinha, la enfermera solo verá cómo está tu temperatura, verá si ya puedes irte a casa! -
Alfonso le tranquilizó.
¡eso es correcto! - la enfermera sonrió. - Prometo que no hará daño a nada!
Cinco minutos más tarde, el termómetro silbó advirtiendo que la fiebre había desaparecido,
un hecho que se celebró mucho en la sala.
¡qué buena princesa! Jaja será capaz de volver a casa entonces!! - la enfermera se acarició
el pelo. Ella se volvió hacia mí y Alfonso entonces. - Solo voy a hablar con el médico para
que él libera la guía de su alta!
muchas gracias! - Dijo Alfonso y estuve de acuerdo.
¡felicitaciones por su hija! - ella dijo sonriendo. - Ella es una chica muy hermosa y valiente!
Entonces me reí y Alfonso se rió.En menos de un día había oído esto más de 3 veces.
¡gracias! - él me sonrió, abrazándome. - Sara es nuestro orgullo!
Miré enojado a Alfonso porque se metió en la broma.La enfermera se rió sin entender.
Adiós Sarinha!- dijo y la niña agitó su mano.
- Ahora queda poco para ir a casa Sarinha! - Alfonso dijo sentado en el borde de su cama.
Me senté al otro lado de la cama.
Sara nos observó con curiosidad con los brazos cruzados. Me señaló a Alfonso varias
veces, como para decir: "Lo que está pasando aquí?"
Me puse roja y cerré los ojos sonriendo con vergüenza.
Alfonso me miró como si pidiera permiso y lo negué mínimamente con la cabeza, resopló y
miró a Sara.
- Le estaba agradeciendo a la tía Annie por venir a pasar la noche aquí con usted carino!Fue
realmente genial por su parte, ¡¡¡¡¡¡¡¡Además, dijo Alfonso tratando de sonreír.
Sara hizo un hermoso puchero y cruzó los brazos de nuevo. Creo que esta no fue la
respuesta que esperaba.
- No tienes que agradecerme Alfonso! - le sonríe. - Hago todo por esta pizca aquí! - le dijo
cosquilleando, que pronto deshizo su pico y le dio una risa caliente. - Pero ahora que ya
está bien!
- No! - Alfonso se levantó de la cama rápidamente. - Quiero decir, quédate un poco más...
Almuerza con nosotros en casa hoy...
mejor que no. - dijo mirando profundamente en sus ojos. - Adiós mi niña! - Besé a Sara en la
frente que no parecía feliz con mi partida. - ¡Adiós Alfonso! - se alejó de él, sabía que
cualquier enfoque sería peligroso.
Fui hacia la puerta hasta que escuché un ruido.

Toc toc toc toc toc toc
Me di la vuelta y Sara golpeó la parte posterior de la cama para llamar mi atención. Ella hizo
con sus pequeñas manos una señal para que yo esperara. Luego, teatralmente, Sara puso
el dorso de su mano en su frente haciendo una cara de dolor, sostuvo su garganta cerrando
los ojos y fingió desmayarse entonces.
Tuve que mantener la risa, entendí muy bien lo que ella quería, y ¿por qué no ceder? Alfonso
también trató de contener la risa, le parpadeé.
- Aiiii mi pequeña!!! - dijo entrando en su ola y corriendo hacia la misma que sonrió
mínimamente con el rincón de su boca. - ¿Qué tienes?
Ella abrió los ojos parpadeando mucho y me señaló, entrelazando los dedos de nuestras
manos.
- Creo que ella está equivocada Alfonso!! - Le parpadeé de nuevo.
¡entonces tendremos que llamar a la enfermera para darle una inyección!!! - se metió en la
broma también acercándose a Sara.
La pequeña ensanchó los ojos en ese momento y sacudió la cabeza negativamente.
así que creo que ella necesita a la tía Annie! - Alfonso dijo, Yo estaba rojo en ese momento.
La chica sacudió la cabeza asintiendo y me abrazó.
¡creo que no habrá otra manera que irse con nosotros!- se encogió de hombros con una
sonrisa de zafiro. Sara sonrió abiertamente y sacudió la cabeza de nuevo.
- ¡Ese no era el plan! - le dijo entredentes.
- Fue Sarinha quien preguntó... - hizo un pico, encogiéndose de hombros otra vez. - Y no
negarás una petición de ella ¿verdad? - Alfonso tu chico de la polla!!!! Eso es lo que me
apetecía decir en ese momento.
Sara puso sus pequeñas manos en su cintura, como si esperara una respuesta de mí.
Me mordí el labio, cerré los ojos.
¡ - Aiii Ok! - Finalmente dije y fui agarrado por Sara, que saltó en mi regazo abrazándome. -
Por Sara!!!
Dijo mirando a Alfonso con una cara desafiante.Me mostró la lengua, acercándose a mí y
robó una silla de montar.
Unos minutos más tarde, el médico llegó y nos liberó para llevar al pequeño a casa.
Sara pronto saltó de la cama, yendo al baño para cambiarse.
- Gracias por aceptar la petición de Sara! - Alfonso dijo con los ojos bajos, él es realmente
muy amigo.
- La petición de Sara? - Le arqueé la ceja, quien me miró y se rió en ese momento.
¡Tan bien! - él levantó las manos acercándose a mí. - También hay una pizca de mi voluntad
en esto!
Me reí mientras me agarraba las manos alrededor de la cintura y ya subí las mías hasta el
cuello.
sabes que me estás haciendo perder los estribos Anahi!' dijo, inclinando la cabeza sobre mi
hombro en un reconfortante abrazo.
- Por Dios, no puedo soportar escuchar mi nombre más.. Annie, por favor! - dijo sonriendo.
Quieres decir que ahora puedo? - él se liberó del abrazo, poniendo sus manos en mi cintura
y sonriendo abiertamente.
ahora puede Alfonso! - Sonreír también.
¡ya que ya estamos en esta intimidad... Puedes llamarme Hermosa, o mi amor.. Como
prefieras!
Le abofeteé el brazo, riéndome.

eres demasiado tonto, ¿sabes?
- Sabía... - se encogió de hombros. - Bromas...¡Puedes llamarme Poncho!
- Poncho? - Pregunté sin entender.
- Cosas de Monterrey... Allí todo Alfonso tiene el apodo de Poncho... Y como me llamaban
Poncho desde que era pequeño, ¡se puso así!
- Entendí... Poncho! - Hice un punto de enfatizar el apodo.
- Estamos incluso ahora.... Annie! - él hizo lo mismo y nos sonreímos el uno al otro.
Toca - Toca - Toca
Miramos a un lado al mismo tiempo y Sara nos enfrentó con los brazos cruzados, una
sonrisa furtiva en su rostro y golpeó su pequeño pie en el suelo. Fuimos liberados al mismo
tiempo, muy rojo.
- Er.. Sarinha... Estaba agradeciendo a la tía Annie por ir a casa hoy! - era solo para mí o
realmente sonaba muy mentiroso? Cerré los ojos sacudiendo la cabeza y reprimiendo la
necesidad de reír.
Sarah levantó el dedo sobre una joya y puso los ojos en blanco.
bueno, vamos?, tuve que hablar y la llamé con la mano.
Sara parecía reflexionar por un momento.Se quedó entre mí y Poncho y simplemente se
unió a nuestras manos, salió a un lado entregando su mochila a la mano libre de su padre,
salió de nuevo y agarró mi mano libre sonriendo victorioso.
Poncho me miró sonriendo tímidamente y entrelazó nuestros dedos.Sonrisas bajando los
ojos cuando salimos del hospital.
Cuando subimos al auto, Poncho soltó mi mano para asegurar a Sara en la silla, se dio la
vuelta y se sentó a mi lado, entrelazando nuestros dedos nuevamente, mientras acariciaba
el dorso de mi mano con su pulgar.
Estaba inmensamente feliz, se sentía como un cuento de hadas.

nueva alumna Donde viven las historias. Descúbrelo ahora