Tan pronto como salí de la cocina vi a mi madre muy cerca de la puerta, ciertamente había
escuchado nuestra pelea.
Ella me echó una mirada que parecía culpable y yo simplemente meneé la cabeza, no
quería hablar de eso ahora.
Me acerqué a Dul y Mai que estaban discutiendo.
- ¡Creo que la pista debería ser verde! - Dijo Dul.
¡y creo que debería ser azul! - Mai se golpeó el pie.
¡resulta que soy su madrina! - Dul habló con los ojos entrecerrados. Mai abrió los ojos y
luego se fue herida.
- ¿Realmente necesitas echarle a Dulce María a la cara? - Le pregunté valientemente. - ¡No
es por eso que te invité a ser madrina de Santiago!
oh Annie, scuze! ¡Pero Mai quiere seguir compitiendo conmigo!
no vi a Mai competir en ningún momento.. Y por cierto, ¡aceptó muy bien la idea de que tú
fueras la madrina y no ella! ¡Así que deberías agradecerle en lugar de jugar en su cara! ¡Qué
cosa tan fea Dulce! - Puse mis manos en mi cintura.
- Ai.. Lo sé. - ella se rascó el cuello, desconcertada. - Sabes que tengo la cabeza caliente...
¡Me disculparé con Mai!
- ¡Creo que es bueno! - Hablé cruzando los brazos y ella se fue hacia Mai.
Miré a mi alrededor y vi a Poncho mirándome con los ojos caídos, lo ignoré por completo.
-/-
Un rato después vi algo que me llamó la atención. Mi madre entraba a la oficina de Poncho
mirando de lado como si estuviera haciendo algo mal, luego entraba también Ricardo. Los
seguí y me paré cerca de la puerta. Eso fue bastante extraño.
- ¡Por Dios, los hiciste pelear!!!! ella gritó.
- ¡Sabes que esa no era mi intención! él respondió.
- ¡Quiero que te alejes de su Ricardo! ¡lo digo en serio! ¡Aléjate de mi hija!
- ¡Sabes que no puedes preguntarle a esta Tisha! habló y no entendí nada.
- ¿Qué fue? - Salté cuando escuché a Poncho hablar de ello detrás de mí.
- Shiu! - Hablé con él y me reenfocé.
De Dumnezeu Ricardo! ¡escapar! ¡No le está haciendo ningún bien ni a su matrimonio!
¡entonces déjame decirte la verdad! gruñó enojado y escuché a mi madre tocar la mesa.
- NU!
No podía soportarlo. Abrí la puerta con todo y los miré visiblemente asustados.
- ¿De qué verdad estás hablando? - Te lo pregunté directamente.
- Fiica... Eh... ¡no es nada! ¡Ricardo me estaba contando sobre el presente!
¡Dios, mamá, deja de mentir! He escuchado muchas de tus discusiones y quiero saberlo..
¿Qué verdad es esa?
Me di cuenta de que Poncho estaba detrás de mí cuando me puso las manos sobre los
hombros, como si me apoyara. Aunque muy enojado con él, le agradecí mentalmente en
ese momento, quería a alguien que me diera confianza, aunque no supiera por qué.
Hija, el otro día hablamos de ello... ¡No puedes estresarte!
- Nu știu! Pero quiero saber... ¡por Dios! No debe ser algo tan serio, ¿o lo es? - Hablé
mirándolos.
- ¡Mejor incluso vete para otro día! - Ricardo hablaba en serio y me miraba fijamente. - ¡Lo
siento Annie, tengo que irme!
Salió de la habitación antes de que pudiera decir algo.
Hija, mi madre lo intentó y la corté.
no madre.. ¡No quiero escuchar excusas ni nada por el estilo! Cuando decides decirme esta
verdad de que hablas tanto, ¡búscame! De lo contrario, ya no necesitarás hablar conmigo.
di media vuelta, esquivando a Poncho y salí de la oficina. Prácticamente todo el mundo ya
se había ido, asentí rápidamente a Dul y Mai, quienes ahora charlaban emocionados y subí
susurrando que estaba muy cansado.
- Mamá!!! - Encontré a Sara en medio de las escaleras bajando a toda prisa.
sara, ¡no corras por las escaleras, princesa! Hablé bajo y ella estrechó los ojos.
- Ce a fost? ¡Es una mami rara!
- No era nada bebé. - Susurré pasando mi mano por su cabello. - Estoy muy cansado...
Santiago pesa mucho y hoy fue un día completo, ¿no?
- Ahh, da! Incluso yo estoy cansada.. - ella dijo. - ¡Ven, te llevaré a la habitación y te cuidaré!
Sonrió con su cariño. Sara era realmente la niña más bella del mundo.
Ella agarró mi mano y subió conmigo. Entramos en la habitación y ella me hizo sentar en la
cama, me quitó los zapatos y luego me pidió que me acostara.
Se sentó a mi lado y me acarició el pelo.
- Sara.. ¿Puedo preguntarte algo? - Hablé bajo.
por supuesto, mamá sonrió.
- Cânta-mă?
Ella sonrió y empezó a cantar nuestra canción dormida, todavía acariciándome el pelo.
-/-
Me desperté con Santiago pateando mi vientre y moviendo su pie debajo de mi costilla,
causándome dolor.
- Ai Santiago.. - Hablé acariciándome el vientre donde me dolía y pronto se detuvo y pateó
lentamente como si se disculpara. - Muy bien mi bebé, se está apretando ahí ¿no? - Le
pregunté todavía acariciando y se calmó.
Me di cuenta de que Sara había salido de la habitación, debió haberlo hecho tan pronto
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nueva alumna
FanfictionLlega una alumna nueva y cambia toda su vida al conocerla a rlla y su padre