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Esa fue mi última semana enseñando. Mi vientre ya estaba enorme y mis pies demasiado
hinchados. Pero todavía iba a trabajar.
No quería dejar así a mis alumnos a mitad del semestre, pero era imposible.
Así que había hablado con Ricardo una semana antes y me aconsejó que le pidiera a mi
médico un anticipo de baja por maternidad.
El estado de ánimo entre él y yo era extraño. Me miró ansioso y lo traté lo más
profesionalmente posible.
No podía soportar fingir que no había nada como él y mi madre me hicieron a mí.
Disculpe, ya no soy un niño de 5 años al que puedan doblar con sonrisas y regalos.
Pero de todos modos obtuve el anticipo y ese fue mi último día antes de la salida. Ya había
hablado con la dirección y coordinación, y también con todos los padres que me dieron
varios regalos y me desearon suerte.
Ahora vi a los niños de la clase jugar en el patio de recreo.
- ¡Tía Annie!! - Sara se acercó a mí y sonrió. Habíamos acordado que en la escuela ella me
llamaría tía Annie como a todos los niños, después de todo en la escuela yo no era su
madre sino la maestra. - ¡Analu sigue diciendo que Peter es mi novio!!!
- Analu!!! - La llamé y vino la chica mirándola a los pies. - ¿No he dicho que este novio no es
para tu edad?
- ¡Lo siento Sara! - preguntó y pronto sonrieron, se tomaron de la mano y se fueron a jugar.
Sara y Analu llamaron a otro amigo para que jugara a saltar la cuerda, era el turno de Sara
de saltar y los demás golpeaban. Empezaron a cantar una canción que cantaba cuando era
pequeña y sonreí. ¿Acababa de hablar "Nada de novios" y qué canción canta?
- Jugo helado, cabello tembloroso, ¿cuál es la letra de tu novio? A, B, C, D, E, F, G, H, I, J, K, L,
M, N, O. - en ese momento sentí que algo iba a pasar, instinto maternal. - ¡P! - la niña de
atrás tiró de la cuerda para que Sara perdiera, pero la pequeña tropezó y cayó al suelo,
golpeándose fuerte el brazo y soltando un grito poco después.
Mi corazón se apretó e incluso, torpemente, corrí hacia ella.
- MAMI!!!!! - ella gritó. Seguramente en ese momento ni siquiera recordaba nuestro arreglo.
- Sara!!!! - Llamé y ella me miró, todavía gritando. - ¿Dónde duele??? - levantó la cabeza y
apuntó con el brazo.
- Mătușa Annie.. ¡perdón! Îmi pare rău, Sarinha!! ¡No fue porque quisiera a la tía Annie! -
Analu se apresuró a decirlo y realmente vi que ella no tenía la culpa, era sólo una broma

volver a hablar de Peter.
- ¡Está bien Analu! - Hablé rápidamente bajo los gritos de Sara. - Vi que fue sin querer...
¡Ahora, por favor, corre y llama a Fabi aquí, pídele que venga corriendo!!!
Analu luego se fue y le di la vuelta a Sara cara a cara en el suelo.
Estaba empezando a hincharse y volverse morado, y evité que Sara lo mirara, hablara con
ella y la calmara en mi regazo.
Fabi llegó corriendo segundos después y quedó sorprendida por la escena. Rápidamente
tomó a Sara en su regazo y corrió lo más lejos posible hacia la escuela, deteniéndose en la
puerta del tablero.
Rápidamente, pídale a la recepcionista que llame a su padre para que venga corriendo y
luego llame a una ambulancia! ¡RÁPIDO!
Fabi puso a Sara sentada en las sillas junto a la puerta de la junta y se escapó.
- ¡Todo estará bien princesa! - Le acaricié el pelo y le cubrí el brazo con la blusa que tenía
atada a la cintura, haciendo una especie de cabestrillo, impidiéndole mover el brazo y
empeorar la situación.
Escuché algunas voces dentro de la dirección, pero en ese momento no pensé en nada
más, simplemente abrí la puerta de la dirección, incluso sin tocar antes.
- ¡ANAHI TIENE QUE SABER QUE SOY SU PADRE! - Escuché esa frase y me congelé en el
suelo.
Ricardo se giró rápidamente al escuchar el ruido de la puerta y él y mi madre me miraron
perplejos.
- Ce? - Susurré.
- Annie, Annie, fiica.. Tengo una explicación...
Pero estaba desconcertado. No se me ocurrió nada más, esa frase me golpeó la cabeza y
no pude entender lo que significaba.
- Anahi.. Por favor, dijo y lo miré fijamente, soltándome de su mano que quería tomar mi
brazo.
Un dolor alucinatorio sobresalía en el pie de mi vientre y la agarré gritando.
- ANAHI!!! - hablaron al mismo tiempo intentando ayudarme pero me deshice de ellos.
- AAAAAAAAAH! - Volví a gritar y me encogí la espalda en posición fetal, me dolía mucho.
- ¡UNA AMBULANCIA! - Escuché a Ricardo gritar al salir de la habitación y mi madre se
acercó a mí, pero la empujé con la mano libre.
- ¡NO ME TOQUES-AAAAAAAH! - Grité al final de la frase, sintiendo el sudor goteando de mi
frente.
- Anahi, fiica! ¡Les pedí que llamaran a una ambulancia! - Ricardo me miró y sentí como si
me hubieran arrojado un balde de agua fría, la sensación de humedad estaba realmente ahí,
y sólo entonces me di cuenta de que estaba muy mojada.
Miré al suelo esperando ver un charco de sangre como las otras veces que sangré, pero vi
un líquido claro. Mi bolso.
- AAAAAAAH!! - Volví a gritar y salí de la habitación, sin preocuparme por los dos detrás de
mí.
Tomé a Sara de la mano buena, que me miró asustada.
- ¿Qué pasó con mamá? - se cuestionó olvidando su propio dolor.
- Pungul meu... Donde estaba Santiago... ¡rebosado! ¡Nacerá Sara! Necesito a tu padre....
¡OH, CÓMO DUELE! - dijo recortado y Sara me miró asustada.
solté su mano y caí de rodillas al suelo, abrazándome el vientre. Ya no podía caminar, ya no
podía hacer nada, me dolía demasiado.

nueva alumna Donde viven las historias. Descúbrelo ahora