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Estábamos en la habitación, ya esperando a los visitantes y en mi cabeza sólo había
alegría, estar con Santiago en mis brazos, Sara jugando con él y Poncho a mi lado. Sí, yo era
la mujer más feliz del mundo.
Toc-toc
- ¿Hija? - Escuché la voz de mi madre y luego me golpeó un balde de agua fría, recordé todo
lo que había pasado en el colegio, recordé lo que escuché en la pizarra y mi corazón
empezó a latir incontrolablemente.
Saca a Sara de aquí, le susurré a Poncho, y él me miró confundido, y luego vuelve aquí, por
el amor de Dios.
Poncho asintió y convenció a Sara de que saliera de la habitación, alegando que necesitaba
almorzar y que le pediría a Soph que le diera comida.
- ¡Necesitamos hablar, Annie! - ella dijo. - Pero primero déjame conocer a mi nieto.. -
preguntó con lágrimas en los ojos.
- ¡No te acerques a él! ¡Por tu culpa y por Ricardo, mi hijo casi muere! - eso no era cierto,
casi muere por el cordón enrollado, y no por estrés, pero estaba demasiado alterado para
decir la verdad.
no digas eso, Annie, pidió llorar.
no me llames Annie... ¡Y sal de aquí! No quiero verte... No quiero oírte hablar de tus
tonterías... ¿Mi padre sabe que lo engañas todo este tiempo y que yo no soy su hija de
sangre?
Poncho entró en la habitación en ese momento y se paró a mi lado, ciertamente sin
entender nada.
- Sí Anahi, él lo sabe. - ella suspiró. - Pero eso no es lo que estás pensando...
- Ce? Tú y Ricardo éramos amigos y PUF, ¿de repente parecías embarazada de mí?
Traiciona a mi padre todo este tiempo justo delante de sus narices...
Hija, no es nada de eso, ¡no traiciono a tu padre en ningún momento!
- ¿Cómo no???? - Hablé en voz alta, Santiago se movió en mi regazo y lo arreglé. Mi madre
bajó los ojos y dio un paso, pero le disparé con los ojos. - ¡No te acerques! Am spus-o!
eres la hija de Ricardo.. Pero nunca hubo traición: suspiró.
- Nu.. No hubo.. - dijo irónico. - Ricardo plantó una semilla en su vientre.. - debochei. - ¿Y
Nick, es la hija de quien? ¿Del panadero o del dueño de la floristería?
- Me estás ofendiendo Anahi. - bajó la cabeza.
Me has ofendido todo este tiempo ocultándome la verdad... Haciéndome vivir 23 años en
una mentira de este tamaño... Nu fii ipocrit!
- Anahi!
- De Dumnezeu.. Sal de mi habitación. - Dije completamente sin paciencia.
- ¡Dame la oportunidad de explicar! - preguntó suplicante.
- Nu acum.. ¡hoy no! ¡Es un día muy feliz estropearlo con tus mentiras!
- Dar...
- ¡Por favor Tisha! - - Preguntó Poncho con firmeza todavía acariciándome los hombros. -
¡Sabes que el estrés puede alterar su leche y lastimar a Santiago! ¡Hablan otro día! ¡hoy no!
Mi madre simplemente sacudió la cabeza y estuvo de acuerdo.
- Déjame verte.. ¿Por favor? - preguntó al suplicante y yo lo arreglé, quitándole de un lado la
manta que cubría su rostro, dejándola verlo desde lejos. - ¡Es una hermosa hija! - ella sonrió
con lágrimas en los ojos. - Espero algún día poder perdonarme por esto.. ¡te amo!
Dio media vuelta y salió de la habitación, y luego me desplomé.
Caí en un grito compulsivo, sollocé fuerte, esa verdad pareció romperme el pecho.
Poncho se acercó, sacó a Santiago de mi regazo y lo colocó en la cuna al lado de la cama,
justo después de que se sentó frente a mí y me levantó en sus brazos, abrazándome fuerte.
- Calm! Ușor! - a susurrat.
- Ah Poncho.. ¿Tienes idea de que toda mi vida ha sido una gran mentira? - Olfateé y me
acosté sobre tu hombro.
No quería defenderla, pero debió tener sus motivos... Más tarde hablarás... Calma ahora mi
amor... ¡Por favor, no puedes cambiar por culpa de Santiago! ¡Siente cuando pega!
es verdad: me separé de él secando mis lágrimas. - No dejaré que destruyan mi relación
con mi hijo...
Me pasó los dedos por los ojos y me sostuvo la cara con cariño. Le tomé la mano y le besé
la palma.
ahora que está más tranquilo... ¿Puedes explicarme qué pasó aquí? ¡No entendía a
Bulhufas! - se rascó el cuello y sonreí, insulso.
Luego me conté todo, desde la caída de Sara, en el momento en que entré al tablero y
escuché la revelación, mi bolso explotó, y finalmente, el resto ya lo sabía.
- ¿Qué historia.. - susurró. - Pero debe haber una explicación, no debe?
- No sé qué pensar... Sólo sé que no me importa en este momento...
- Fii puternic... ¡Estaré a tu lado cuando sea el momento adecuado para escuchar todo
sobre tu pasado!
- Gracias - sonríe tocándote la cara.
Y perdón por haber desconfiado tantas veces de Ricardo... Quiero decir, ni siquiera podía
imaginar que fuera tu verdadero padre..
¿Y quién podría? Me encogí de hombros y él me abrazó de nuevo, sellando nuestros labios.
Cuando íbamos a profundizar el beso, nos interrumpió un fuerte grito.
¡y comenzaron las interrupciones! - él sonrió dándome una silla y riéndose de mí, mientras
se levantaba para sacar a Santiago de su cuna y entregármelo.
- ¡Hambriento! - Susurré viendo que ya se frotaba la boca en el regazo con los ojos azules.
-/-
Luego entraron a mi habitación varias personas, portando un enorme estandarte a rayas
azules y verdes, escrito Bienvenido Santiago.

Sabía que este era el trabajo de Dul y Mai.
Todo el mundo pasaba mucho tiempo babeando por mi pequeño y me enamoré cada vez
más de ese pequeño.
Nick y Soph babearon mucho más sobre el sobrino, mientras que Dul tuvo un ataque de
celos por decir que quería quedarse con el ahijado cada vez que Mai lo atrapaba en su
regazo.
Dios mío, realmente necesito tener una conversación con este testarudo matchhead.
Pronto la regañé y todo se calmó.
Mis suegros sólo necesitaban morder a Santiago por tantos apretones que le provocaban.
¿Qué podría hacer? ¡Mi hijo es realmente hermoso!
Mi padre, es decir mi padre Enrique, también apareció, se encontró con su nieto, me besó
en la frente, me pidió perdón y luego salió de la habitación.
No lo entendí, pero preferí no pensar. Quería disfrutar ese momento.
Ricardo no dio las caras, y eso fue muy bueno, porque realmente no sé cómo reaccionaría.
Hablamos y reímos mucho. 
Y luego, tan pronto como empezó, se acabaron los horarios de visita.
Sara estuvo de acuerdo en que dormiría en casa de las tías Nick y Soph. Y di miles de
recomendaciones.
- Destul de Annie... ¡por Dios! ¿Crees que voy a hacer qué? ¿Colgar a tu hija en el ventilador?
simplemente me preocupo... Sé que puedes estar bastante loco cuando quieras.
sé que estoy loco.. ¡Pero no voy a hacer demasiado con Sara!
¡y otro, soy responsable! - Soph habló riendo y Nick la miró con cara enojada, poniendo los
ojos en blanco. - Mira, como Sara se va a dormir a casa incluso dije que no era para mi
novio ir....
- ¿TU QUÉ? - Poncho gritó al otro lado de la habitación.
Soph se puso la mano en la frente y Nick se rió en la cara.
- Nimic nimic! ¡Sara se está muriendo de sueño! - Soph tiró a la niña del brazo. - Mira, no
dejes de bostezar... Pa, la gente.. ¡Adiós Santi, hasta mañana!
- SOPHIE HERRERA!! - Poncho gritó y comencé a reír de nuevo.
Sara corrió de regreso a su habitación para despedirse de mí y de su padre. Y aun así le dio
un beso en la frente a Santiago, quien le sonrió.
- Calma Gatito! - Hablé todavía riéndome de la expresión de Poncho. - ¡Sabes que una hora
u otra sucedería!
- Ahhh ella es sólo una niña. - dijo resoplando.
- Cielos Poncho! Tiene 18 años, ya está en la universidad y vive sola... Ella ya es una mujer...
Y la mujer hace las cosas de la mujer.. Data, sărut, ...
- Nu continuă! ¡Por Dios, no sigas adelante! 
Me reí y él sonrió.
Mi cena llegó minutos después y Poncho me ayudó a comer, a pesar de mis protestas de
que estaba bien.
Poco después amamanté a Santiago y Poncho lo levantó para eructar.
- ¡AHHH SANTI! - habló y me volví rápido, viendo que Santiago se había cerrado de golpe, y
tan sucia toda la camisa de Poncho, comencé a reírme.
- Intercambiará amor. - Hablé y me entregó Santiago.
- Ya vengo. - dijo saliendo de la habitación con cara de disgusto.
Sacudí la cabeza y vi que Santiago se reía en mi regazo.
- ¡Qué cosa tan fea le hiciste a papá, hijo! - Hablé riendo y él me agarró el dedo y luego se lo

metió en la boca.
Toc-toc
- ¡Buenas noches! - una chica entró en la habitación vestida de blanco. - ¡Soy la enfermera
nocturna, muy contenta!
Sonrió y vio que era hermosa, tenía cabello castaño ondulado y grandes ojos marrones, un
rostro muy angelical.
- ¡Placer! - sonríe poniéndose el pelo detrás de la oreja. - ¡Soy Anahi y este es Santiago!
- ¡Escuché mucho sobre ti Santiago! - ella se acercó y chasqueó los dedos encima de él,
sonriendo y Santiago le sonrió, todos los datos. - Dicen que es la bebé más bella e
inteligente de esta maternidad.
- Ahhh multumesc! ¡El corazón de mi madre casi explota de orgullo ante esto! - sonríe y ella
se rió conmigo.
¡por cierto, soy Melody! - ella extendió la mano y la sostuve sonriendo.
Vi que llevaba un collar con dos colgantes grandes y con brillantina colgante, las letras A y
M.
Al ver que yo estaba mirando, tomó su mano hacia el collar y sonrió.
¡no salgo de casa sin este collar! - ella sonrió encogiéndose de hombros.
¡es muy hermoso! - dijo sinceramente.
- Ahhh Santiago... Hiciste un buen desastre en la camisa de papá que viste.. Cariño, ¡tendré
que pedirle a Marleide que se lave con cloro para eliminar ese olor!!! - Poncho entró en la
habitación con la cabeza gacha, sosteniendo la blusa sucia en las manos.
Me reí y él levantó los ojos, ensanchándolos entonces.
- Melodía? - - dijo con voz.
- Alfonso? - Entonces susurró agarrando el collar, con lágrimas en los ojos.

nueva alumna Donde viven las historias. Descúbrelo ahora