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Cenamos juntos, con Poncho lanzándome miradas intensas todo el tiempo.
Papá, ¿podemos jugar videojuegos juntos hoy?
- Mmm. - se rascó la barbilla. - Déjame pensar. - Sara ensanchó los ojos ya sonriendo. - Oh.
Creo que mejor no...
Sarah se dejó caer los hombros y abrió la boca.
- Ahhh papá, ¿por qué no?
- Porque llorarás demasiado cuando te gane oras - se rió y la llevó en su regazo al revés,
corriendo con ella así hacia la habitación.
Sara se rió encantada y con el pelo suelto pasando por el suelo.
Ai papi - dijo en cuanto llegaron a la habitación.
Escuché de lejos y sonreí sola Me quedé en el comedor poniendo la mesa, sabía que no era
necesario en la casa de Poncho, pero los viejos hábitos nunca cambian y necesitaba hacer
eso para sentirme útil en casa.
Escuché desde lejos el ruido del videojuego y las risas escandalosas de Sara Sacudí la
cabeza riendo juntos Poncho era realmente un gran padre, y sería un gran padre también
para nuestro bebé. 
Toqué mi vientre y lo sentí pequeño ¿Cuándo me enteraría del sexo? quería llamar a mi
bebé por su nombre.. Quería empezar a comprar las pequeñas cosas Quería discutir con
Poncho y Sara sobre el nombre del bebé..
Me senté en un sillón cerca del balcón, un poco más lejos de la habitación. Pero todavía
escuché los ruidos y gritos que venían de allí.
- Es bebé. - Toqué mi vientre. - Ahora somos solo nosotros dos.. O ambos. - ríete solo. -
Quiero saber quién vas a ser de inmediato... Quiero poder sentir que pateas y cada día
crecer más...
Sonreí y cogí un libro que estaba sobre la mesa de al lado.
Empecé a hojear las páginas, pero la lectura no me agradó y dejé de prestar atención.
Fue cuando escuché que la risa había cesado, pero el ruido del videojuego aún se podía
escuchar, me pregunté ¿Sara ya había subido a la habitación sin darme buenas noches?
Me volví para mirar.
- ¡¡¡BUUUUUUU!!! - Escuché gritos y puse mi mano sobre mi corazón, tirando el libro.
- AHHHHHH!!! - Grité. - ¡¡¡Estás loco!!!!!!!!
Poncho y Sara se rieron a mi alrededor.
- Ahora Sarinha. - Poncho habló y Sara sonrió.
No tuve tiempo de pensar porque entonces me atacó una guerra interminable de cosquillas
Siempre fui muy sensible en cosquillas y así que pronto me arrojaron de nuevo al sillón,
retorciéndose de risa.
- Che-Che-suficiente.. - Susurré y se detuvieron, aún riendo mucho. - ¿Crees que es hermoso,
verdad? - Me levanté poniendo mis manos en mi cintura.
- Fue muy gracioso mamá, que sí!!! - Sara se rió con la mano en el vientre.
- Se unieron contra mí Creen que esto es hermoso - Hice un poquito y Sara vino a
abrazarme.
La próxima vez estamos tú y yo contra papá, ¿vale?
- Oye!!! es traicionarme es??? - preguntó Poncho poniéndole las manos en la cadera.
- No Papá. ¿es que mamá también merece una oportunidad verdad?
¡pero esto se quedará un día más porque es hora de que la señora se bañe! y luego se
acueste! - dijo ya tomando su mano.

Ahhh mamá, déjame jugar un poco más.. ¿Por favor?
- Sin por favor y no por favor. ¡es tarde y mañana todavía tiene escuela! - dijo.
Subimos juntos mientras Poncho entraba en la habitación para apagar todo.
Sara se duchó y ya la enderecé en la cama, Poncho entró en la habitación luego dándole un
beso de buenas noches a Sara e ignorándome, extraño, ni siquiera me había mirado, pensé
que ya no estaba enojado porque salí con Ricardo, pero creo que me equivoqué sacudí la
cabeza sorprendiendo estos pensamientos y miré a Sara acariciando mi vientre.
¿Tendré un hermano o una hermana pequeños? - preguntó alzando los ojos.
- Aún no lo sé.. Aún es demasiado pequeño para saber.. ¿Qué quieres que sea?
Sara se volvió boca abajo, balanceó sus patitas y se puso el dedo en la mejilla.
- No sé. - ella se rió. - Creo que me gustarán los dos.. - ella me miró con una cara bonita. -
Bueno, sería bueno si tuvieran a ambos ahí, ¿verdad?
- ¿Cómo es así?
- Géminis oras... 
- GEMELOS??? - Ensanché mis ojos.
- Es mamá.. Como Luquinhas y Loris en mi habitación.. Son gemelos, un niño y una niña..
¿Imagínese cuánto más sería?
Oh, no. Géminis..Nunca había pensado en esta posibilidad y pensar en ello me ha dado un
escalofrío en el vientre.
- No sé Sara no. - le rascó el cuello.
¿quién sabe, no? 
quién sabe, en mi familia no tenía ningún caso de gemelos, pero ni siquiera le había
preguntado a Poncho si tenía uno.
- Sí. - hizo un puchero. - Pero sólo sé que abrazaré y besaré mucho a mi hermano pequeño o
hermana pequeña... Tendré muy buen cuidado para que le guste tanto como a mí ya...
La sonreí y la besé en la frente.
- ¡Serás una hermana mayor increíble! y por supuesto te amará Sarinha... Eres una niña
maravillosa.. ¡No puedes no amarte! - ella se quedó de repente y bajó los ojos, mintiendo
nuevamente frente a mí.
- Sí, no para amarme - susurró, pero entendí lo que quería decir La abracé y me olfateó el
cuello.
- No importa lo que pasó mi amor.. - Le levanté la cara y la miré profundamente a los ojos. -
¡Te amo! - ella me sonrió y me abrazó más fuerte.
Y el bebé tendrá la mamá y el papá más geniales del mundo.. ¡Lo mismo que yo! - ella se rió
y cerró los ojos.
- Duerme Sarinha.. ¡Buenas noches! 
- Te quiero mamá - susurró con los ojos cerrados - Gracias por ser mi mamá...
yo también te quiero, hija...
Me levanté de la cama y cerré la puerta del dormitorio entonces Fui a la mía y fui a
ducharme, me puse una camiseta y bajé a comer un aperitivo.
El comienzo del embarazo fue una fase extraña, hubo horas que no soportaban ni olían la
comida que me enfermaba, y otras veces comía como un elefante.
Comiendo mi bocadillo, todavía traté de entender lo ignorado que Poncho me había dado
Debería estar enojado por haber salido con Ricardo, seguro.. Pero él era solo un amigo, y de
paso, Poncho me traicionó En realidad no, pero..
Todas mis dudas fueron tomadas con un escalofrío que sentí en su cuello que golpeó
desde mi cuero cabelludo hasta las puntas de mis dedos.
Poncho repartía besos en el cuello y el cuello, cariñosos como siempre, sus brazos me
envolvían la cintura y sus manos se posaban sobre mi vientre.
- Poncho. - Susurré ya entregado.
- Di mi amor... ¿Qué quieres? - me besó la oreja, haciéndome suspirar.
- I. - Susurré bajo y él me giró, poniéndome frente a él y cuidando mis labios.
Ya me subí las manos al pelo y las tiré Poncho pronto llegó a la barra de la camiseta y tiró
una vez de mi cabeza, haciéndome detener el beso y jadear, completamente entregado a él.
- Lo extrañé tanto.. - susurró besándome el pelo No perdí tiempo y también pronto le
arranqué la camisa por la cabeza, pudiendo así tocar su pecho puestoLe tiré de nuevo la
cara contra la mía, mientras sus manos caminaban libres por mi cuerpo, como si quisiera
decorar cada pedacito de él Tomó tiempo en mi vientre, donde hacía pequeños círculos con
los dedos.
Esa ya era una parte sensible del cuerpo y parece que con el embarazo se volvió aún más
sensible, porque mientras tocaba, mi voluntad era suspirar cada vez más fuerte.
Pero la caricia que era tan placentera, empezó a hacerme raro, y en cuanto Poncho levantó
la mano sobre el cierre de mi sostén sentí que mi estómago se envolvía.
Dejé de besarlo y lo empujé con fuerza sobre mi pecho.
- ¿Qué fue??? - preguntó sin entender.
No pude responder, simplemente corrí lo más rápido que pude al baño, cerré la puerta con
llave y me arrodillé, tirando toda la merienda que estaba comiendo antes.
- Annie!!! - Lo escuché gritar y llamar a la puerta.
Me lavé la cara arrojando mucha agua para ver si la enfermedad disminuía, pero todavía era
fuerte. Me cepillé los dientes y salí del baño.
Encontré a Poncho sentado en el sofá ya vestido y con mi camiseta en las manos Corrió a
mi encuentro y me ayudó a vestirlo.
- Perdón - susurré.
- Mi amor.. Basta... ¡No hay necesidad de disculparse!
- ¿No estás enfadado? - pregunté arqueando mi ceja.
- ¿Bravo? - ensanchó los ojos. - ¿Cómo podría estar enojado?? claro que preferiría que la
noche terminara de otra manera.. - miró hacia abajo y me puse rojo. - Pero prometí cuidarte
y eso es lo que haré.. 
Antes de que pudiera pensar en algo, Poncho me pasó la mano por la cintura y por debajo
de las piernas, haciéndome gritar mientras me levantaba en el aire.
Subió las escaleras conmigo y me acostó en mi cama, se acostó a mi lado, de cara a mí,
acariciando mi cabello.
- ¿Cómo te sientes?
- Muy nauseabundo. - Hice una cara y se rió.
- Leí que el fuerte mareo pasa con cuatro meses...
- El mismo mes podemos averiguar si es un niño o una niña.
¿has pensado en nombres?
- En realidad sí. - sonríe. - Pero sólo cuando era niña...
- ¿Y cuál sería?
es un nombre del que estoy enamorado desde que era niño...
Sonrió y pareció reflexionar.
- Mmm... Me gustó... Veamos en una frase: "nuestras hijas, Sara y Valentina..." ¡Combinado!
- volvió a sonreír y yo también.
¿piensas en algún nombre de chica?

en realidad siempre me gustó Sara solamente Y como elegí su nombre, ya me di cuenta de
mi sueño.
¿y chico?
- Ahhh.. ¡Tiene un nombre que siempre me gustó... Santiago! - dijo y sonrío abiertamente.
era el nombre de mi abuelo, dijo emocionada.
¿En serio? - ensanchó sus ojos.
- ¡Sí! no llegué a conocerlo, pero mi madre dice que era muy buena persona! veamos.. - dijo
imitándolo - "nuestros hijos: Sara y Santiago"... 
- ¡Perfecto! - sonrió mostrando todos sus dientes.
- ¡Ahora solo necesitamos la aprobación de Sara y averiguar el sexo! - sonríe riendo y él
también Yo hablaba en serio de repente, recordando la conversación que tuve con Sara. -
Poncho.. ¿Tienes gemelos en tu familia?
- Mmm... Creo que no.. - estrechó los ojos. - ¿Por qué?
sara vino a decirme que le gustaría que tuviera gemelos, yo hablé y él se rió.
- ¿Imagínese? sería lo máximo!!!!
- Máximo??? - Respondí. - ¿Estás loco?? Soy pequeño... No cabría dos al mismo tiempo
dentro...
- Su cadera es genial para mí. - sonrió maliciosamente y le di una palmada en el brazo. - Ai...
Fue malo...
- ¡Sei... Travieso! - risas cruzando los brazos.
Pero en cuanto a los gemelos, estén tranquilos..
- Porque el mío tampoco. - Suspiré. - Por supuesto que si fueran gemelos no rechazaría mi
embarazo.. Pero prefiero uno a la vez - abrió una sonrisa maliciosa.
¿entonces quieres decir que quieres tener otros hijos conmigo? - Me puse rojo al mismo
tiempo y te abofeteé el brazo.
- ¡Bobo! - risas enrojecidas aún más.
Se rió conmigo y me tocó la cara mientras bostezaba.
- ¿Cómo te sientes?
- Mmm. La enfermedad todavía me hace muy extraño.. Deitadinha mejora, pero aún se
siente fuerte...
Luego descansa..Duerme. Siguió acariciando mi cabello y cerré los ojos. Cuando estaba
casi dormido, sentí un beso en la frente y abrí los ojos lentamente, agarrándole la mano.
- No quería despertarte.. Lo siento.. ¡Ya voy.. ¡Buenas noches! - susurró bajo mientras me
besaba la frente.
- ¿Quédate? - Le pregunté adormecido.
- ¿Cómo? - arqueó su ceja.
- Duerme aquí conmigo. - Susurré ya cerrando los ojos de nuevo.
- Annie. - habló rascándose el cuello.
- ¡Solo duerme.. ¡Por favor! - susurró con la voz más suave hasta el momento.
Sentí su peso otra vez en la cama y esta vez pasó su brazo detrás de mi espalda
abrazándome por la cintura puse mi cabeza sobre su pecho abrazando su cuello. 
Te quiero, Annie, susurró besándome la parte superior de la cabeza.
- Yo también. - susurró de nuevo mis labios y dándole una larga silla de montar Me acosté
sobre su pecho otra vez y tomé un largo suspiro, luego me quedé dormido.

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