La madre de JungKook me abraza por cuarta vez y él por fin masculla:
— Mamá, no lo atosigues. Es un poco tímido.
— Tienes toda la razón. Perdona, YoonGi. Es que estoy muy contenta, por fin te conozco. JungKook me ha hablado mucho de ti —dice con afecto.
Noto que se me encienden las mejillas y ella da un paso atrás y asiente con comprensión. Me sorprende que sepa que existo. Imaginaba que, como siempre, me mantenía en secreto.
— Tranquila —consigo decir a pesar de que estoy horrorizado.
La señora Daniels sonríe feliz y mira a su hijo, que está diciendo:
— Mamá, ¿por qué no vas a la cocina a por un vaso de agua?
Se marcha y JungKook se me acerca despacio.
— ¿Podemos hablar… un momento… en el dormitorio? —tartamudea.
Asiento y echo un vistazo a la cocina antes de seguirlo al dormitorio que solíamos compartir.
— Pero ¿qué demonios es esto? —pregunto en voz baja cerrando la puerta.
Él hace una mueca y se sienta en la cama.
— Lo sé… Lo siento. No he sido capaz de contarle lo que ha pasado. No podía contarle lo que he hecho. Y ¿has venido… para quedarte? —Lo dice con más ilusión de la que puedo soportar.
— No.
— Ah.
Suspiro y me paso las manos por el pelo. Ese gesto me lo ha pegado él, creo.
— Y ¿ahora qué hago? —le pregunto.
— No lo sé… —dice con un largo suspiro—. No espero que me sigas la corriente ni nada… Sólo necesitaba un poco más de tiempo antes de contárselo.
— No sabía que ibas a estar aquí. Pensaba que te ibas a Londres.
— Cambié de parecer. No quería irme sin ti… —repone sin aliento y con los ojos llenos de dolor.
— ¿Hay alguna razón por la que no le hayas contado que ya no estamos juntos? —No sé si quiero oír la respuesta.
— Estaba muy contenta porque había encontrado a alguien… No quería entristecerla.
Recuerdo que Ken me dijo que nunca pensó que JungKook fuera capaz de tener una relación, y estaba en lo cierto. Sin embargo, no quiero fastidiarle la estancia a su madre, y desde luego no voy a decir lo que estoy a punto de decir por hacerle un favor a él.
— Vale. Cuéntaselo cuando creas oportuno. Pero no le digas nada de la apuesta.
Agacho la cabeza pensando que seguro que su madre sufriría al enterarse de lo que ha hecho su hijo para perder a su primer y único amor.
— ¿De veras? ¿Te parece bien que crea que seguimos juntos? —Parece más sorprendido de lo que debería. Cuando asiento, respira aliviado—. Gracias. Estaba convencido de que ibas a descubrirme delante de ella.
— Yo nunca haría eso. —Y lo digo en serio. Por muy enfadado que esté con JungKook, sería incapaz de arruinar la relación con su madre—. Me iré en cuanto acabe de hacer la colada. Pensaba que no estarías en casa. Iba a quedarme aquí en vez de en el motel.
Me revuelvo incómodo. Llevamos demasiado rato en el dormitorio.
— ¿No tienes adónde ir? —pregunta.
— Puedo ir a casa de mi madre, sólo que no me apetece —confieso—. El motel no está mal, pero es un poco caro.
Es la conversación más civilizada que hemos mantenido en toda la semana.
ESTÁS LEYENDO
KOOKGI : DESTROYED
Ficção AdolescenteEs consciente de que era todo demasiado bonito para ser cierto. Ellos parecían hechos el uno para el otro, como dos almas gemelas, pero él lo ha roto todo, se ha acabado el sueño para siempre. ¿Cómo ha podido ser tan ingenuo? Si quiere recuperarlo...