Cap. 1

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Gimió contra su oído al sentir su rigidez penetrarla. Los músculos de Tom se tensaron al traspasar sus pliegues y hundirse en su humedad. Samara rodeaba su cintura con las piernas y lo estrechó con más fuerza, atrayendo su cuerpo al suyo en aquella fusión inesperada e irresistible.

Tom hundió su rostro en su cabello, inhalando su fragancia, no sabía si era frutas o flores, pero su aroma lo había enloquecido desde el primer instante que se toparon o al menos así lo era con cada una con la que intimaba.

Jadeaba sin censura, arqueando
su cuerpo contra el suyo, presionando su miembro hasta el fondo de su canal mientras él la sujetaba contra la puerta del baño y entraba y salía una y otra vez de su calor resbaladizo.

Su faldita de colegiala estaba levantada por su cintura mientras que su blusa y brasier estaban desabrochados, dejando sus redondos pechos al aire, rebotando con el vaivén de su encuentro.

Sus bocas se estrellaron en un beso necesitado de lenguas entrelazadas y jadeos acelerados.

–¡Toda! –suplicó Samara contra sus labios

–¡Métemela toda profesor!

Gruñó, más excitado de lo que había estado en mucho tiempo, enterrándose en ella hasta el fondo. Jamás había imaginado que esta noche terminaría entre las piernas de una mujer cuyo nombre desconocía, después de que lo terminó su novia por un secreto obscuro que tenía.

Ninguna novia duraba con él pues lo encontraban atractivo demasiado se podría decir, pero cuando conocían su otro lado salían despavoridas y lo tachaban de enfermo.

Optó por tener sexo de una sola noche con cualquiera mujer que lo deseara, sin ningún compromiso y sin amor solo Follar y adiós. ¿Pero acaso sería así ?.....

***

No había duda que esto no era
para nada lo que había tenido en mente para esa noche pues quería algo tranquilo al lado de su amigos y hermano pero la linda rubia de piernas largas se le atravesó en su camino y no pudo negarse.

Unas horas después estaba sentado en una mesa de un bar al otro lado de la ciudad celebrando con un grupo de amigos de toda la vida . Había sido una salida de chicos solamente para quitar el estrés, ya que Bill tenía novia, Gustav y Georg estaban, casados, por lo que ya no contaban con la misma cantidad de tiempo libre como Tom.

Tom contaba las anécdotas de sus estudiantes mientras que sus amigos compartían historias de sus vidas de casados.

Era el único "soltero" del
grupo, y a pesar de que estaba feliz con los logros en su vida, estas reuniones le recordaban aquello que anhelaba, y tenía poca, o casi ninguna, esperanza de que lo fuera a encontrar, especialmente, por el sabor amargo que había dejado su última relación.

Por lo tanto, fue una genuina sorpresa el impulso que lo llevó a follarse a esa sexy chiquilla que probablemente era una estudiante de la misma universidad donde él era profesor.

Después de haberse despedido de los muchachos a las 10:30 de la noche, no quiso regresar a casa.

Era viernes, era muy temprano para dormir y no tenía ánimos de sentarse solo a leer, ya que su hermano Bill le habían dicho que iría mañana a su casa a pasar el fin de semana largo. Por qué no quería que pasara esos días en una triste soledad, Bill pretendía llevarlo a un un bar cercas a la universidad, pero que tenía un ambiente que atraía a una clientela más madura que la del típico hormonal  universitario. Bueno, por lo general era así, a medida que Tom se acercaba a la puerta, podía ver una manada dispersa de jóvenes disfrazados.

𝚃𝚑𝚎 𝚝𝚎𝚊𝚌𝚑𝚎𝚛 𝚊𝚗𝚍 𝚝𝚑𝚎 𝚊𝚙𝚙𝚛𝚎𝚗𝚝𝚒𝚌𝚎 (𝚃𝚘𝚖 𝙺𝚊𝚞𝚕𝚒𝚝𝚣)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora