Cap 16

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El nivel del agua les cubría el pecho. Amara contempló hipnotizada como la camisa flotaba en el agua, caminó unos pasos hacia el extremo más hondo de la piscina, cargando el peso de Melanie en el agua. Cada que se undia más, la prenda caía de su piel, revelando así los botones de sus pezones.

Amara inclinó la cabeza y mordió suavemente uno. Melanie gimió y clavo los dedos en sus hombros, desfalleciendo por el placer nuevo.

Melanie entonces abrió la cremallera del top deportivo de Amara , deslizando los tirantes por sus hombros, sus pechos no eran tan grandes como los de Melanie, pero no por ello menos seductores y femeninos.

Acarició sus senos tentativamente, descubriendo la sensación suave y placentera de tocarla, deleitándose ante la reacción de sus pezones cuando los
acarició con las yemas de sus dedos. Todos los movimientos de Melanie eran lentos, explorando el territorio nuevo. Sus bocas se encontraron nuevamente en un beso mientras sus manos exploraban sus pechos.

La Melanie curiosa dejó de besar sus labios para trazar su mandíbula con la lengua, abriéndose paso hasta la piel sensible de su cuello, besando, chupando suavemente.

Cuando su boca comenzó a bajar por el pecho de Amara, los dedos más experimentados de la rubia subieron por su muslo, sus caricias aproximándose cada vez más al rincón más íntimo de su cuerpo.

Los besos mojados de Melanie se volvían más frenéticas con la inevitable cercanía a su centro. Primero sintió el dedo meterse entre su sexo por la ropa haciéndolo girar . Amara supo
exactamente donde quedaba la motita hinchada de su clítoris. Con el otro brazo rodeaba su cintura, sujetando a Melanie contra ella mientras la otra mano subió hasta su vientre para sumergirse detrás de la prenda que escondía el triangulo de su sexo.

Aún en el agua, Amara sintió la humedad resbaladiza que desprendía y recubría el sexo de su amiga.

Separó sus pliegues con su dedo medio, acariciando llegando a su dedo de un extremo a otro para luego penetrar su
canal.

Metía y sacaba el dedo de su sexo jugoso, consciente de lo orgullosa que sentía, entre sus propias piernas al foques ya sabía lo que se sentía intimar con la cautivadora alumna de su amigo.

Melanie jadeaba contra su oído, se sentía incapaz de hacer otra cosa sino sucumbir al éxtasis que le provocaban las caricias de Amara. Una pequeña voz en el fondo de su mente le reprochaba lo que estaba haciendo, pero no podía prestarle atención en ese momento; cada instante desde que la besó crecía la adicción de sentir más.

Cuando Amara sacó su dedo y lo llevó hasta su clítoris, Melanie no pudo contener el gemido que brotó de sus labios. La pelirroja cubrió su boca con la suya, tragando los Sonoros sonidos de placer. La mano que rodeaba su cintura bajó hasta meterse debajo de la ropa interior, avanzando nuevamente a su culo hasta llegar por atrás para su abertura hambrienta; volvió a penetrar su vagina, ésta vez con dos dedos mientras la otra mano hacia figuras de remolinos sobre su motita hipersensible. Melanie se retorcía con un frenesí sensual, prisionera voluntaria del estremecimiento que le producía esta mujer.

Una Diosa del placer Débora su boca a besos, desesperadamente mientras su cuerpo cabalgaba y se refregaba contra las manos de Amara que la estaba elevando cada vez más hasta la cima del éxtasis. El clímax que sacudió su cuerpo le arrancó una vocalización orgásmica que era música a los oídos de Amara.

–Ohoooo me corro sigue sigue ¡Si así me encantas!.

No paraba, seguía metiendo y sacando los dedos de su intimidad desde atrás, frotaba su clítoris con un ritmo constante mientras Melanie sentía que su cuerpo se había convertido en electricidad pura.

Permanecieron abrazadas en el agua besándose, Melanie respondía los besos de Amara con su cuerpo tembloroso pues si cuerpo estaba sobrecargado por aquel orgasmo delicioso.

Cuando logró controlar las respiraciones, el remordimiento la acorraló ya que jamás pensó en hacer esto iba contra sus principios pues no le gustaban las chicas, jamás sintió atracción, se sintió sucia tenía mil preguntas.

–¿Qué e hecho?.

¿Por qué le había gustado tanto?
Dios, ¿qué pensaría Tom de mí al encontrarme así con la novia de su hermano y socio.

Mil preguntas se pasaban en su mente, necesitaba soltarse del abrazo de Amara. ¿Qué pasaría si Bill y Tom las encuentra así?

Amara notó la cara de preocupación y arrepentimiento de Amara y le dio un beso en los labios suave.

–¿Estas bien, linda?. Preguntó con suavidad. –¿Te gustó?. Por qué mí me ha encantado. le susurró entre labios.

Sin embargo, Melanie no muy convencida le respondió:

–Sí, sí, me ha gustado.
muchísimo. Pero...

Melanie no terminó de formular las palabras pues detrás de ellas escucharon la voz de Tom y Melanie se paralizó.

–Vaya, vaya, ¿qué es lo que tenemos aquí?.

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𝚃𝚑𝚎 𝚝𝚎𝚊𝚌𝚑𝚎𝚛 𝚊𝚗𝚍 𝚝𝚑𝚎 𝚊𝚙𝚙𝚛𝚎𝚗𝚝𝚒𝚌𝚎 (𝚃𝚘𝚖 𝙺𝚊𝚞𝚕𝚒𝚝𝚣)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora