Cap 3

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No intercambiaron ni una sola palabra, al inicio del camino. Ella estaba aún en estado de shock.

Tom tomó una vía poco transitada, dejando que ella asimilara lo sucedido.

Mientras iban en el auto, Melanie
volteaba para mirarlo una y otra vez. No sabía qué pensar, o que sentir, ni mucho menos qué decir.

Había besado a su profesor en un bar, y luego había accedido a que se la follara
cuando la llevó hasta el baño de hombres.

Había sido el su primera vez y había sentido el sexo más fantástico y ardiente de su vida. Pues no tenía ninguna, experiencia para poder comparar.

Ella solo había intentado hacerlo con un
noviecito el último año de bachillerato y con Lucas, con quien llevaba dos meses
saliendo, pero jamás se sintió lista ni le trasmitían seguridad para poder hacerlo, y en realidad no sabía por qué seguía con él.

Bueno, sí. Sí sabía por qué no había terminado con él aquel horrible día tres semanas antes para ser exacta.

TRES SEMANAS ATRÁS:

Se había sentado con él en la cafetería de la universidad, era viernes por la tarde, el cielo estaba despejado con un sol radiante, y a pesar de que ya era primavera, y la temperatura había subido, Melanie sentía un frío inexplicable que se le metía
hasta los huesos.

Lucas llegó con una sonrisa encantadora, pues era muy atractivo no podía negarlo; y su andar tan seguro de sí mismo, que ya sabía que no carecía de un sentido de confianza, si no de estúpida y exagerada arrogancia
que ni siquiera podía justificar.

Era muy sexi y encantador cuando se lo proponía.... La hizo sentir tan especial por prestarle atención a ella e invitarla a salir. La hizo sentir como el sol de su universo, a pesar de que ella era una chica nerd metida en un cuerpo sensual..... pero las intenciones de Lucas eran solo seducirla para que ella hiciera los trabajos de sus clases y disfrutar de su cuerpo tan sexi que se escondía debajo de unos lentes, una seriedad horrible y una sudadera 5 tallas más que lo avitual.

–¿A qué hora es tu última clase
hoy? ...preguntó Lucas.

–A las nueve de la noche... Respondió Melanie con tono cansado.

A pesar de que los dos tenían
20 años, Lucas cursaba un año menos que ella; pues era la combinación de las materias que había repetido y las materias extra que ella tenía en su horario para poder graduarse antes.

–Pues hoy sales a las siete.
Nos vamos con los chicos al club a ver un partido de fútbol.

Melanie elevó las cejas en asombro
indignado. Este tipo realmente era de lo peor, ¿cómo podía haber sido tan boba para creer que se podía enamorar de alguien así?.

Estaba a punto de decirle que
no iría con él, ni esta noche, ni ninguna otra noche a ningún lado
porque lo nuestro se terminó cuando sonó su teléfono móvil.

–¿Aló?
–¿Señorita Melanie Castillo?.
–Sí, con ella habla.
–La estamos llamando del Centro
Médico. Han traído a su tía a la sala de Urgencias.
–¡¿Qué?! ¿Pero qué ha pasado?.
–Por favor venga cuanto antes al hospital y le mantendremos informada. Su condición es crítica.

Melanie se había puesto pálida,
escuchaba los latidos de su corazón retumbando en los oídos. La atacó una ola de náuseas, a duras penas controló el deseo de
vomitar.

–¿Qué pasa Melanie?
–Mi tía... está en el Hospital... la llevaron en ambulancia... Dijo recogiendo sus cosas.
T...te...tengo que irme.
–Tranquila–Tranquila, yo te llevo.

𝚃𝚑𝚎 𝚝𝚎𝚊𝚌𝚑𝚎𝚛 𝚊𝚗𝚍 𝚝𝚑𝚎 𝚊𝚙𝚙𝚛𝚎𝚗𝚝𝚒𝚌𝚎 (𝚃𝚘𝚖 𝙺𝚊𝚞𝚕𝚒𝚝𝚣)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora