–¡La comida está lista!.Melanie y Tom se levantaron de la cama al oír el llamado de Amara.
El aroma de pescado frito despertó el apetito de Melanie con un gruñido de su estómago. La mesa estaba puesta para cuatro, la colocación de los platos, los manteles individuales y las servilletas resultaba un atractivo diseño de colores y geometría.
Tom se sentó e indicó la silla entre él y Amara; Bill caminó a la mesa con un gran plato repleto de filetes de pescado que había dorado en el sartén. El novio de Amara resultaba intimidante a simple vista, la combinación de su estatura de casi dos meteos y su cuerpo delgado pero bien proporcionado hacía que todo a su alrededor se viera pequeño. Colocó el plato en el centro de la mesa y se sentó en la silla libre frente a Melanie.
–Adelante.
Su voz gruesa parecía tan ruda como su apariencia, pero la amable sonrisa
que le ofreció suavizaba la energía peligrosa que irradiaba.–Gracias, esto se ve delicioso.
Dijo Melanie llenando su plato con dos filetes crujientes, arroz blanco y humeante sobre el cual
la mantequilla teñía de amarillo por donde se derretía, y medio aguacate con aceite de oliva y una ensalada de verduras exquisita.–Ahora lamento aún más que no bajé a ayudarte.
Le dijo a Amara después de probar el primer bocado.
–Necesito aprender a cocinar algo así, éste es el mejor pescado que he comido.
Tom dijo:
– Si quieres aprender a poner la mesa y lavar los platos Amara es la maestra, pero el rey del pescado frito y todo lo demás que estás comiendo es mi hermano.
Melanie alzó las cejas y miró a la otra pareja.
–Es cierto. Dijo Amara
– Si no fuera por mi hombre que hace de la comida una obra de arte, yo viviría de pan, queso y frutas.
–¿Cómo aprendiste a cocinar así?. Preguntó Melanie intrigada.
–Mi madre nos enseñó a Tom y ami cuando vivíamos en Alemania, pero solo yo aprendí.
Respondió, con la ternura en su rostro evidente.
–El mundo se podía estar cayendo a pedazos, pero todo lo malo pasaba a segundo plano cuando estaba cocinando. Solía escapar a la cocina y acompañarla cada vez que podía. Me daba cosas que hacer, enseñándome lo que hacía y explicando sus trucos e inventos.
–¿Y cuál es el secreto de este pescado?.
–El secreto del pescado frito
es exprimir un limón en un plato hondo, ponerle dos a tres cucharaditas de sal, mojar el filete allí y luego empanizarlo con harina de maíz. Y tienes que dejarlo en el sartén hasta que quede dorado.–¡Vaya! ¡Pues está estupendo!.
Respondió Amara alzó su copa con vino blanco y dijo:
–¡Por el cocinero que más quiero y amo!.
–¡Salud!. Brindaron los demás.

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𝚃𝚑𝚎 𝚝𝚎𝚊𝚌𝚑𝚎𝚛 𝚊𝚗𝚍 𝚝𝚑𝚎 𝚊𝚙𝚙𝚛𝚎𝚗𝚝𝚒𝚌𝚎 (𝚃𝚘𝚖 𝙺𝚊𝚞𝚕𝚒𝚝𝚣)
FanfictionNunca beses a alguien en una fiesta con antifaz porque no sabrás quién se esconde detrás de él. No importa si es irresistiblemente atractivo. Y definitivamente no deberías volver a besarlo cuando sabes que una relación con él puede traer serias cons...