Cap 20

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Después de ese encuentro decadente y libidinoso, las dos parejas permanecieron desnudas en la cama, segadas por la deliciosa orgía.

Tom sentía la recuperación de sus fuerzas y la tentación que le producía ver a Melanie acostadas boca abajo con la espalda descubierta le resultaba irresistible, estaba a punto de ir y tocarla para sentir la suavidad su espalda pero la voz de Amara interrumpió su intención.

–Yo no sé ustedes, pero tengo más hambre que nunca. Voy a vestirme y luego a preparar algo de comer. ¿Quieres ayudarme en la cocina linda?. Le preguntó a Melanie.

– ¿O prefieres quedarte a merced de este par de lobos?.

-Huyan rápido ovejitas. Dijo Bill.

-Por qué no perderemos la oportunidad de ¡devorarlas!.

Y defectivamente acercó el rostro a las nalgas desnudas de su mujer, quien se había puesto de pie, y le encajo los dientes, suscitando un grito de la rubia.

–¡Pasado!.

Le aventó una almohada en la cara de manera juguetona antes de escapar de su intento de atraparla.

Melanie salió después de amara  de la abitacion. Esperó unos momentos para luego ir a su abitacion por una de sus maletas dándose cuanta que estaban en la abitacion de Tom, aliviada por un momento a solas, sus emociones hechas un remolino de alegría, pero en el fondo de su mente permanecía luchando por tener cordura y decencia era como la semilla de una duda que no lograba desenterrar.

Se vistió con unos vaqueros desteñidos y una camiseta larga.

Estaba desenredando su cabello cuando Tom entró a la habitación.

–¿Cómo estás preciosa?

–Bien.

Respondió con una sonrisa al ver las líneas talladas de su cuerpo, sus ojos desviándose al sendero de vello que descendía desde su ombligo hasta perderse bajo la tela negra de su ropa interior.

Había peinado su cabello negro y lacio hacia atrás con los dedos, . Un estremecimiento lo recorrió al ver como la miraba, su sonrisa alcanzaba sus ojos al contemplarla.

Se acercó a Melanie y rodeó su
cintura con los brazos, atrayendo su cuerpo al suyo y estampó sus labios en un beso voraz que le erizó de pies a cabeza.

–¿Qué haces?. Le dije a Amara que la ayudaría en la cocina.

Tom le respondió entre besos:

–Pero yo tengo hambre ahora.

–Creo que tienes otro tipo de hambre.

Dijo con una risilla Melanie.

-Pero Hambre de ti.

Su voz era ronca y con deseo mientras metía las manos debajo de su camiseta y apretaba los suaves botones de
sus pechos.

Melanie suspiró cuando bajó las copas de su sostén hacia abajo y pellizcó sus pezones.

–Voltéate.

Murmuró contra sus labios.

Sintió su erección frotarse sobre su trasero mientras desabrochaba sus pantalones y besaba su cuello. Bajó los vaqueros y tanga hasta medio muslo, manoseando y apretando sus nalgas, luego subió la camiseta por encima de sus pechos que colgaban fuera de la tela del sujetador. Con una mano estimulaba sus senos y con la otra comenzó a frotar la mota de su clítoris. La había puesto de cero a cien en segundos, pero él era el que estaba jimiendo contra su oído mientras ella refregaba su culo contra su miembro rígido, suspirando suavemente con cada caricia entre sus piernas.

Sus su intimidad escurría por la parte interna de sus muslos.

-Me encanta como te mojas para mí . Le dijo.

-Tu vagina también tiene hambre preciosa. Estás hecha agua. Acelerando el ritmo de sus caricias.

-Mira como te estás chorreando sobre mi mano, ese dulce jugo bañando tus muslos. ¿Quieres que te llene con mi Pene? ¿Quieres que te lo meta todo hasta el fondo?.

Las obscenidades que caían de su boca solo incrementaban la excitación que le producía.

Melanie gemía desesperada.

–¡Sí, sí, por favor! ¡Lléname toda!. suplicó.

–Arrodíllate sobre la cama, que te voy a llenar con mi Pene. Tú me pones así preciosa, me pones duro como una piedra, y
ahora te voy a llenar a tope.

Melanie estaba de manos y rodillas sobre la cama, sus pantalones abajo y su camiseta hacia arriba, la manera como la dejó desvestida a medias solo aumentó su morbo.

Su entrada se asomaba rosada y húmeda entre sus muslos, Tom posicionó su punta hinchada ante su entrada y la sensación de perderse en su calor mientras su sexo le da la vien venida a cada centímetro de su longitud lo estremeció como una tormenta eléctrica centelleando en su interior.

–¡Así! ¡Sí, así! ¡Qué rico me follas!.

–Estás divina preciosa, quiero Follarte siempre.

Tom la embestía como una fiera, y Melanie le daba gusto a cada una de sus estocadas con la misma intensidad, echando las caderas para atrás para que se lo clavara tan fuerte como pudiera, el sonido seco de sus cuerpos
chocando rítmicamente.

–Quiero que acabes sobre mi amor. Se te pone tan apretada cuando te corres mi vida. Tócate mientras te Follo.

Melanie metió la mano entre sus piernas y encontró su motita hinchado y resbaloso. Sus dedos deslizaron sobre su centro mientras Tom la agarraba por las cadera, penetrándola aún más fuerte sin compasión.

Su clímax los cubrió como una
avalancha, sus músculos contrayéndose al compás de sus orgasmos.

Tom enterró a hasta las bolas y permaneció quieto en su interior, su miembro pulsando con cada chorro de semen que vaciaba en ella mientras su canal succionó hasta la última gota de su placer.

– Estas riquísima, jamás llenaré de ti mi amor.

Esas palabras hicieron que Melanie formulara una sonrisa, jamás pensó que le dijera Mi amor, como una palabra tan simple te hace sentir un sin fin de emociones, se sentía querida, protegida.

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Ya te regrese con esta historia estamos teniendo pase directo al infierno🔥🫣.
Tarde por que tuve guardia hoy y deje a medias hasta ahorita terminé espero les guste

𝚃𝚑𝚎 𝚝𝚎𝚊𝚌𝚑𝚎𝚛 𝚊𝚗𝚍 𝚝𝚑𝚎 𝚊𝚙𝚙𝚛𝚎𝚗𝚝𝚒𝚌𝚎 (𝚃𝚘𝚖 𝙺𝚊𝚞𝚕𝚒𝚝𝚣)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora