CAPITULO 3

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Mi cerebro solo reproducía en mi cabeza la imagen de esa rubia que se había bajado del auto de Ivo, me tome el tiempo de compararme y auto destruirme pensando en que tenía ella, que yo no.

Había llegado a ver que era bastante flaquita, yo nunca fui gorda, pero en mi cabeza, a comparación de ella, era una ballena.

Dejé de comer, no se me hizo muy difícil, mi angustia y tristeza constante hacían que siempre tenga poco apetito, ósea, la mayor parte de mi vida estuve con desórdenes alimenticios; acudí a otras cosas que nunca había acudido, nada me parecía grave ni peligroso con tal de lograr lo que quería.

En el espejo no veía cambios, al contrario, me veía cada vez peor, y el número en la balanza nunca llegaba a ser suficiente, siempre necesitaba que llegue a estar aun mas bajo. Yo era la única que no veía mis cambios, Ivo los noto enseguida, al cruzármelo cuando volvía de la escuela.





- subís? - preguntó después de saludarme




Ya nisiquiera se esforzaba en chamuyarme, ya me trataba como una prostituta, y lo peor de todo, era que yo me dejaba; no solo me dejaba, sino, me ponía feliz su propuesta, significaba que mi "dieta" había funcionado.

Accedí, obvio, nunca me le negué a nada. Subimos, nos besamos, nos desvestimos.




- estás mas flaca - interrumpió el beso, pasando sus manos por mi abdomen


- ah si? ni idea - respondí volviéndolo a besar


- ni tetas tenes ya




Lo miré un par de segundos, un poco me afectó su comentario, pero después me siguió besando como si nada, así que seguí besándolo como si nada yo también.

Trate de dar lo mejor de mi, hacer cosas para que le guste, si se había quedado desconforme con mis tetas, por lo menos llenarlo por otro lado.





- tenes marcas en el brazo, de que son? - preguntó en el auto, mientras me llevaba a mi casa





Lo miré confundida, sentí por primera vez que se había preocupado en serio, y encima, no era lo que el pensaba, hasta ese momento, nisiquiera se me había ocurrido.





- nos dibujamos con las chicas en el aula - dije la verdad, les juro





Nunca se me había pasado por la cabeza la idea de autolesionarme, pero al ver su preocupación, fue lo primero que se me ocurrió; lo peor de todo, que nisiquiera frene a pensar y darme la oportunidad de notar que estaba mal lo que estaba por hacer.

Me dejó en mi casa y fui directo al baño, a buscar cualquier tipo de cuchilla con la que pudiera generar alguna marca en mi piel.

Me interrumpió mi vieja, y no pude concretarlo en ese momento, me acuerdo que después había estado toda la tarde ocupada, con mi cabeza ocupada en otra cosa, dejando en segundo plano esa idea loca.

Pero ya se había hecho de noche y salí a sacar la basura, después de que Liliana me lo pidiera como tres veces; justo en ese momento, ni un segundo antes, ni un segundo después, vi pasar el auto de Ivo, con una mina en el asiento de copiloto, otra diferente a la de la última vez, esta era morocha.

Miré por unos segundos el auto alejarse, impactada, dolida, enojada, no con el, con el destino, no podía pasar antes o después? justo en ese momento?

Volví a mi cuarto casi corriendo aguantándome las lágrimas, al llegar cerré la puerta, y dejándome caer sobre ella, empecé a llorar, hecha un bollito, envolviendo mis piernas con mis brazos, ahora no solo me tenía que comparar con una, sino con dos, o anda a saber con cuantas.

Esa idea que había interrumpido mi mamá mas temprano, volvió a rodear mis pensamientos, y ya les dije, no tenía la suficiente fortaleza mental como para darme cuenta que era una idea HORRIBLE, al contrario, en mi desesperación, era lo que mas me iba a servir.

Fui para el baño de mi cuarto, cuando había buscado a la tarde, me había dado cuenta que podía desarmar la rasuradora, y aunque renegué un poco, lo logré.

Me mire al espejo y analice la situación por ultima vez, sentí un poco de miedo, si, no se los voy a negar, pero fue miedo solo por el dolor que me iba a generar, no por ninguna otra consecuencia.

Cerré los ojos con fuerza y corté mis muñecas con el filo de la cuchilla, abrí los ojos al no sentir el dolor que me esperaba; ósea, fue doloroso, obvio, pero capaz ya tenía el corazón y el alma tan podridas, que un dolor físico, era mas aguantable después de tanto dolor sentimental.

Después de hacer un par de tajos, todavía llorando, puse mi brazo bajo el agua y limpié todo lo que había ensuciado, lo preocupante fue lo poco que sufrí haciendo eso, y lo rara que me sentí.

No se como explicárselos, y nuevamente les digo, no les voy a pedir que me entiendan, porque cada vez podrán ir notando que soy muy poco entendible, pero esa sensación de la navaja pasando por mi piel, se había sentido absurdamente bien; ahí di comienzo al segundo de mis peores errores.

Ivo notó las marcas enseguida, con los demás las ocultaba tras un buso, pero con el, las dejaba ver al desnudar mi cuerpo. El problema, fue que su preocupación, no fue como yo pensaba que iba a ser.




- vos estas re enferma Nicole - dijo después de confirmar la proveniencia de mis cicatrices

~

La protagonista soltó un suspiro y cerró la computadora, recordar demasiado esas cosas todavía le genera una angustia horrible en el pecho.

Es horrible sentirse tan mierda por haber hecho cosas que te lastimaron tanto, siente mucha culpa, mucha vergüenza, mucha bronca con ella misma, porque aunque ya hayan pasado unos meses de eso que cuenta, hay secuelas que quedan, algunas quizás para siempre.

Tomó coraje y abrió nuevamente la compu, hay algo en el escribir, que la atrapa demasiado, la atrapa lo suficiente como para desaparecer de la realidad por un rato.

~

- no me digas así - dije después de un silencio, sus palabras me afectaron


- como queres que te diga? estas re loca, cada día mas flaca, te miro de espalda y pareces un esqueleto, y encima ahora estas marcas, estas re mal Nicole, necesitas médicos


- te preocupa? - pregunte con una leve ilusión





Moriría por volver el tiempo atrás y gritarme en la cara para despertarme de todas las cosas que pensaba; a veces intento no juzgarme, perdonarme, pero es que cuando recuerdo estás cosas, me odio aún más.

PLEGARIASDonde viven las historias. Descúbrelo ahora