CAPITULO 9

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La cena con Mateo anoche fue catastrófica, en realidad, no salió tan mal, y eso es lo que me asusta.

Comimos charlando y sin parar de reírnos un segundo, siento que nos entendemos mucho en cuanto al humor, por eso la pasamos tan bien; comí poco, porque mezclar risa con cena, no esta nada bueno, y menos para mi, sabiendo la relación que tengo yo con la comida.





- no comiste nada wacha - se dió cuenta enseguida, el se había terminado su plato

- no, me haces doler la panza, no paras de decir boludeces

- bueno me callo

- *suelto una carcajada* no, dale, que me estabas contando?





Así nos pasamos la mayor parte de la noche, el me contó muchas anécdotas de chiquito, muy graciosas, yo también traté de contarle la parte linda de mi vida, aunque no era tan entretenida como la suya.

El problema empezó en el sillón, cuando nos fuimos a sentar allí, porque el se ofreció a comprar helado, y al llegar el pedido lo fuimos a disfrutar más cómodos.





- estás bien? - preguntó tras ver que mi respiración me empezó a jugar en contra

- si, tranqui - respondí parándome, tratando de ocultar el inicio de mi ataque de pánico





Porque en ese momento? no podía esperar por lo menos un rato a que el se vaya? eso es lo peor de los ataques de pánico, que te agarran cuando estás bien, cuando estas relajado.

Fui a mi pieza a buscar enseguida la pastilla que me calma, por los nervios revolví los cajones y no la encontré, mis manos estaban débiles, pues no paraban de temblar, y la dificultad en mi respirar hacía que me cueste hasta mantenerme parada.

Volví al living para salir al balcón, ni vi a Mateo, casi que me había olvidado que estaba, puse mis manos en la baranda e intenté tomar aire para calmar mi respiración; fue ahí cuando inevitablemente recordé la presencia de mi invitado, sentí una mano en mi pecho, otra en mi brazo, y una voz suave al lado de mi oído.




- trata de respirar conmigo




Cerré los ojos y le hice caso, seguí su respiración, sintiendo el tacto de su mano en mi brazo, la cual se movía suavemente de arriba a abajo dejando leves caricias, y no se como explicarles, pero su mano en mi pecho era como un desfibrilador que me reanimaba de a poco.

Por primera vez pude calmarme sin pastillas, de a poco el cuerpo me fue temblando cada vez menos y pude volver a respirar con normalidad.




- gracias - solté en un suspiro al ya sentirme mejor

- no es la primera vez no? - alejándose

- de? - dándome vuelta para verlo

- digo, no es el primer ataque de pánico

- *negué un poco confundida* supiste calmarlo re bien, te pasa?




Soltó un suspiro y caminó mas cerca de la baranda, apoyando sus brazos en ella, yo me volví a dar vuelta un poco, para quedar de costado mirándolo, mientras él observaba la ciudad; fue la primera vez en la noche que hablamos de algo serio, involucrándonos un poco en nuestra vida privada.




- ahora no, hace mucho no me agarra uno, pero si, los sufrí por mucho tiempo

- como hiciste para dejar de tenerlos?

- *alza los hombros* se van cuándo tienen ganas de irse, no los podes echar

- ni con pastillas?

- eso fuiste a buscar no?

- nunca pude calmarlos de otra forma

- no? y que hiciste recién?





La verdad que ni yo supe qué responderle, en serio que intenté calmarme de una manera diferente, sin acudir a las pastillas, ya les dije muchas veces, odio que mi estabilidad dependa de un par se píldoras, pero en serio que nunca lo había conseguido.





- por que los tenías? ósea, estabas pasando por algo feo? - pregunté ignorando su pregunta

- yo tengo una vida muy movida desde muy chico - empezó a hablar después de soltar un suspiro - viste que te dije de un negocio familiar - haciendo comillas con los dedos





Asentí escuchándolo atentamente, tiene una forma de hablar muy atrapante.





- lidie muchas exigencias desde chico - chista la lengua - no se si exigencias, como que mi familia ponía mucha fe en mi, una fe que ni yo tenía conmigo, y eso me jugaba re en contra, y hasta me sentía obligado a hacer lo que hacía, para no fallarle a mi viejo, a mis abuelos - pasó su mano por su pelo - también fue un momento que recibía muchas criticas, en el colegio y bueno, en muchos lados, y yo siento que te agarran cuando no te expresas, si no sacas todo lo que tenes adentro, el cuerpo te empieza a pasar factura

- que es eso que hacías obligado? - indague después de un leve silencio





Sentí en todo momento que algo se guardaba, que había algo que no me decía, y está bien, no lo iba a obligar a hablar, al fin y al cabo yo ocultaba mucho más; pero bueno, al menos intenté interrogar.





- *alza los hombros* algo que al final si me gustaba, pero que me dejaba cegar por los comentarios ajenos y me tiraba mucho abajo





No me esta ocultando algo malo, lo sé, pero, porque no lo quiere decir?





- vos? que es eso que te estas guardando y tu cuerpo lo quiere gritar?? - preguntó después de un silencio no muy largo




Nos miramos un rato a los ojos, dejando otro silencio de por medio, dude mucho en hablar o no, no se me ocurría ninguna excusa para zafar, pero tampoco quería que salga corriendo al escuchar mi historia.




- que te guardas Nicole? - preguntó devuelta, poniendo un mechón de pelo atrás de la oreja - se te ponen los ojos brillosos enseguida cuando te pregunto




Quizás podría contarle, para que corra ahora, y no cuando esté mas encariñada, o podría seguir guardándomelo, para por lo menos no sentirme tan sola durante un tiempito más.




- nada - hable alzando los hombros - un desamor nomas

- *alza las cejas* a las lindas también les rompen el corazón?

- *suelto una carcajada* capaz no soy tan linda

- o capaz te valoras poco, por eso otro no te supo valorar




Me quedé callada y solo sonreí de lado, no sé por que sonreí, me salió sola.

PLEGARIASDonde viven las historias. Descúbrelo ahora