CAPITULO 8

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Hace ya unos días que no salgo del departamento, la ansiedad y los ataques de pánico me tienen encerrada, estoy sufriendo el efecto rebote de no haber comido por tanto tiempo: los atracones, es culpa del estar tan ansiosa, no puedo parar de comer todo lo que se me cruce, mi cuerpo no está acostumbrado a eso, la mayoría de las veces termino vomitando.

Las pastillas recetadas por los profesionales es lo único que me calma, en realidad tendría que tomarlas cada 8 horas, algunas a la mañana en ayunas, otras a la noche después de comer, pero solo las tomo para tranquilizarme con los ataques de ansiedad o de pánico.

Me siento muy avergonzada de haberme ido casi corriendo la última vez que vi a este chico Mateo, por eso no me atreví a volver al puente, no quiero cruzármelo.

Lo único bueno es que no me lesione nunca más, quizás porque tiré todo lo que había con filo en mi casa, excepto los cuchillos, pero los únicos que tengo son los tipo serruchos, y con eso no me animo.

Necesito ir al súper, estoy alargando el ir a hacer las compras, no solo porque me da mucha paja, sino que no quiero salir de mi casa, no quiero ver gente; pero me parece que ya es hora.

~

Cerró la compu y en un suspiro se dignó a ir al supermercado, hay uno ahí cerca del departamento, así que solo fue caminando, a la vuelta, ya con las bolsas, se le ocurrió pedir un uber, pero no tenía efectivo, así que la única opción fue volver a casa con las tres bolsas en mano.

Pudo ver, mientras volvía, y pasaba por al lado de unos canteros, a ese chico del cual había escapado, con su respectivo grupo de amigos; giró la cabeza de inmediato para el otro lado, para que no la reconozca, pero él hacía días que estaba mirando para todos lados a ver si la encontraba en algún momento, así que no se le escapó.





- Nicki - escuchó la chica a sus espaldas





Mateo se estaba acercando en un leve trote, la chica soltó un suspiro con los ojos cerrados, no había cumplido su objetivo de pasar desapercibida.





- te ayudo - se ofreció apenas pudo estar cerca, intentando agarrar dos de las bolsas

- nono, está bien, ya estoy cerca

- dale Nicole, te ayudo - no dio muchas vueltas más, agarró las bolsas antes de que la chica se siguiera resistiendo

- bueno gracias

- cómo estás? me quede mal por como te fuiste la otra vez - largó apenas empezaron a caminar

- me fui normal

- no, estabas rara, perdón si no te sentiste cómoda o algo, la idea era que la pasemos bien un rato

- *sonríe de lado* todo bien, posta que no fue culpa tuya, al contrario, gracias por la buena onda

- entonces no quedo como un gede si te sigo proponiendo conocernos más?





Nicole se quedó en silencio, quería decirle, que no, no quedaba como un gede, pero que no quería que la conociera más, no le convenía conocerla más; además, ella vive con el miedo intacto a encariñarse y salir lastimada, hace ya un tiempo no se encariña con nadie.





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