CAPITULO 17

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Mis hermanos se reservaron un hotel, según ellos porque no querían molestar en mi departamento, pero solo era porque querían dormir bien, y si se quedaban conmigo iban a tener que dormir en el sillón.

No hubo escalas, desde el aeropuerto fuimos directo al hotel, así podían descansar, ya que llegaron muy cansados.

Después de dejarlos a ellos fuimos a llevarle el auto a Fausto, y el nos alcanzó hasta mi casa, digo NOS porque Mateo estuvo rápido.




- queres que te ayude a ordenar la pieza? - preguntó antes de que me baje




Solté una carcajada y asentí, al fin y al cabo los globos en el techo no podían quedar para siempre.

Al estar rodeados de gente todo el tiempo no pudimos volver a repetir el beso, cosa que ambos estábamos ansiando, y ya casi era imposible resistirse, me lo demostró apenas se cerró la puerta del ascensor.

Me besó, con un beso mucho más apasionado que el primero, obvio se lo seguí, si no se adelantaba el, era yo quien lo iba a besar.

Llegamos al piso en donde se encuentra mi departamento, se abrió el ascensor pero el no me soltó, me alzó un poco y caminó hacia la puerta, dónde ahí si me dejó en el suelo para que yo pudiera abrir; aunque apenas cerré la puerta, volvimos a besarnos.

La verdad, yo me moría de ganas de hacer lo que el estaba buscando, lo que ambos estábamos buscando en realidad, pero es que fueron segundos los que dure sin empezar a hacerme la cabeza.

Con la única persona con la que estuve fue con Ivo, los comentarios que me hizo siempre sobre mi cuerpo aún siguen dando vueltas por mi cabeza, y además, hay algo muy importante y de lo cual Mateo no sabe nada, algo nuevo, mis lineas en los brazos.

Me costó frenarlo, tuve miedo a que se enoje, pero bastaba solo con pensar un rato, para darse cuenta que era clarísimo que no se iba a enojar, es Mateo, el no es así, quiero pensar que el no es así.





- ordenamos? - quise zafar alejándolo





Me miró un poco confundido, pero me regaló una leve sonrisa al ver mi cara de preocupación y culpa, soy tan expresiva que lo pudo notar enseguida, además de que el es muy observador.

Dejó un leve beso en mis labios para cerrar la situación y caminó hacía mi pieza para empezar a acomodar.




- que hijo de puta que soy, te podría haber regalado una remera en vez de hacer todo este quilombo - habló parado en la puerta

- *suelto una carcajada estando atrás de el* no, esto esta hermoso

- pone las flores en agua enseguida - dándomelas

- y pásame los bombones, que los pongo en la heladera

- metete con ellos

- *me muerdo el labio medio sonrojada* que rápido que sos




Ambos nos reímos y yo me dirigí a la cocina para cargar agua, y dejar los bombones en la heladera; después volví a la pieza, Mateo ya había sacado un par de globos.




- na me da lástima sacarlos, dejalos

- se te llega a pinchar uno y te vas a pegar un re cagazo

- *suelto una carcajada* no importa, dejalos

- bueno, como quieras

- gracias, en serio

- *sonríe* deja de agradecerme

- y pero mira todo lo que hiciste por mi, como no te voy a agradecer

- me agradeces estando feliz, sos más linda con ese brillo en los ojos

- es por vos ese brillo en los ojos

- lo voy a cuidar entonces - pasando sus manos por mis mejillas

- me lo prometes? - pregunté un poco hipnotizada en sus labios

- te lo prometo





La verdad que todavía no aprendí muy bien a no creerle a los hombres, me sobran las razones, pero es que con Mateo fue imposible no caer.

Me volvió a besar, esta vez mas tierno, con mas sentimiento, no tanta calentura.





- si no tengo que ordenar me voy yendo - soltó separándose

- no, porque?

- *alza los hombros y suelta una carcajada* por que tengo casa

- pero quedate conmigo

- mmm no se, vas a tener que hacer un trabajo muy duro para convencerme

- mentira

- bueno si, si insistís me quedo - ambos nos reímos

- queres que comamos bombones? - pregunté después de un beso

- yo me estoy comiendo un bombón re rico - abrazándome por la cintura

- en serio? yo uno re feo, por eso quiero los de chocolate, a ver si me sacan el gusto

- anda a cagar - soltándome





Me reí y rodeé mis brazos en su cuello para querer besarlo, al principio se hizo el enojado y se resistió, pero al final terminé consiguiendo lo que se quería.

Por mas de que me hacía la boluda, las ganas de ambos de darnos mas que besos eran indisimulables, la situación se calentó casi sin querer, y les juro que pensé que podía ganarle a mis inseguridades, entonces seguí lo más posible, pero al momento que él quizo sacar mi buso, lo frené.





- Nicki que te pasa? - preguntó ya un poco harto de mi histeria

- *suelto un suspiro y escondo mi cara en mis manos* perdón




El estaba sentado en la cama, yo estaba encima de el, su remera ya había desaparecido, la situación ya estaba bastante avanzada como para venir a arrepentirme ahora, yo, me re putearía; pero el, ya les dije, el no es así.





- me podes decir que te pasa? - tratando de despegarme las manos de la cara




No lo preguntó en un mal tono, todo lo contrario.




- no te sentís cómoda conmigo?

- no! - mirándolo - no sos vos, te juro que no sos vos

- pero no me voy a enojar si no queres Nicole

- si quiero, obvio que quiero

- entonces?





Lo miré por unos segundos, ya sentía un nudo en mi garganta, la ansiedad ya estaba queriendo hacerme llorar, pero traté de resolverlo diferente.





- no me puedo dejar el buzo? - pregunte ignorando su pregunta - te molesta?

- no, no me molesta, pero no quiero estar con vos por estar

- ya se, yo tampoco

- entonces espera a que estés mas segura y te quieras sacar el buso - corriéndome de encima de el

- te dije que estoy segura, tan importante va a a ser sacarme el buso?




inmediatamente quise buscar la pelea, me cuesta escapar de este tipo de situaciones sin arruinar las cosas, soy autodestructiva, eso ya lo saben.

PLEGARIASDonde viven las historias. Descúbrelo ahora