CAPITULO 38

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Los médicos empezaron a entrar a la habitación en donde se encontraba Mateo, Pedro, Nicole y Fausto, se pararon exaltados de sus asientos, intentando que alguien les dijera lo que estaba pasando.

Al pasar de los minutos salió uno de los doctores, no dió muchos detalles, solo le pidió a Nicole que done mas sangre, y aunque ya le había donado 3 veces en lo que iba del día, y pareciera que su cuerpo no iba a resistir otra transfusión más, entró sin dudarlo.

Al entrar vio como intentaban reanimarlo, y la máquina no hacia efecto, se desesperó al ver la situación, pero los médicos estaban mas desesperados que ella, así que no hizo ningún comentario.

Le pasaron la aguja por las venas y de a poco vió como su sangre pasaba por un tubito, dirigiéndose hacia el cuerpo de Mateo, se tuvo que recostar en la camilla, ya que se sentía muy débil, y aunque hizo lo posible para no dejar de mirarlo, se desmayó antes de saber si la transfusión había funcionado o no.

~

Se despertó bastante confundida unos minutos más tarde, los médicos ya no estaban en la habitación, solo dos enfermeras, que se estaban ocupando de apagar todas las maquinaste que estaban conectadas a Mateo.





- que hacen? - preguntó sentándose en la camilla

- señorita recuéstese, está muy débil - dijo una de las mujeres acercándose

- no, estoy bien - alejándola antes de que quiera ayudarla - porque lo desconectan? - ya con un nudo en la garganta

- falleció - respondió la otra mujer, tratando de no ser tan brusca

- lo siento mucho - agregó la que estaba mas cerca de ella, poniendo su mano en su hombro

- no - fue lo único que pudo soltar, aunque casi ni le salió la voz




Se acercó de a poco con el corazón desgarrado, las lágrimas empezaron a caer por si solas, aunque su cabeza todavía no procesaba del todo la noticia que acababa de recibir.




- no puede ser - limpiándose las lagrimas - reanimenlo, hagan algo!!!! - elevó como pudo la voz, ya que se le cortaba

- no se puede hacer mas nada

- no! porfavor - volvió a llorar desconsoladamente - nonono no puede ser - abrazándolo




Claramente su cuerpo no respondía y a Nicole parecía que se le salía el corazón del pecho.

Sabía que no había vuelta atrás, que no se podía hacer mas nada, pero siguió rogándole a las enfermeras que hagan lo imposible.

Lo raro fue, que cuando se separó del cuerpo del chico para poder mirarlas, las mujeres ya no estaban ahí.

Miró un poco confundida, pero nisiquiera podía pensar con claridad; se limpió las lagrimas tratando de normalizar su respiración y se paró al lado de la camilla para poder ver mejor al protagonista.

Lo miró fijo por varios minutos, tratando de soñar que su vida era una peli, y que por arte se magia se despertaría; intento besándolo, pero tampoco funcionó, definitivamente no había cámaras a su alrededores ni un guion que le dijera que iba a estar todo bien, simplemente era su vida.

Su vida la cual se le escapaba de las manos, una vida que no tenía ningún sentido, ya que el sentido acababa de irse para siempre.

Soltó un suspiro, aún sin poder tranquilizar la respiración, vió un cuter en una mesita justo al lado de la camilla, y se le pasó por la cabeza la idea más idiota que tuvo alguna vez, bueno, en el último tiempo.

Nisiquiera fue una idea, fue una decisión, agarró la cuchilla y casi sin dudarlo empezó a pasarla por sus venas, volviendo a sentir esa sensación que no sentía hace ya vario rato, viendo las gotas de sangre caer al piso, y su vista que se fue nublando de a poco.

~

- la chica! esta convulsionando - dijo exaltada una de las enfermeras, mientras los médicos todavía se encargaban de Mateo





Uno de ellos se dirigió hacia la protagonista, le habían extraído mucha sangre, su cuerpo no lo estaba resistiendo.

Ahora la que se estaba muriendo era Nicole, y Mateo se estaba empezando a despertar.

Pareciera que se curó de un momento para el otro, cuando sacó fuerzas de quien sabe donde, para preocuparse por la mujer que amaba.




- que le pasa? - preguntó débil, pero tratando de sentarse




Las enfermeras lo detuvieron enseguida y aunque forcejeó un poco, como pudo, dejó de resistirse al ver que el cuerpo de Nicki había dejado de moverse.




- q-que pasó? - volvió a preguntar asustado - como esta?




El silencio abundó la habitación, fue un silencio corto, pero para el chico fueron como horas.





- la estabilizamos - soltó el doctor en un suspiro





Mateo también suspiró aliviado, y volvió a recostarse ya acordándose del dolor que sentía en su abdomen por el tajo, y de la debilidad que sentía en todo su cuerpo.





- por que no se despierta? - preguntó después de unos segundos de mirarla

- va a estar dormida un rato, donó mucha sangre, se tiene que recuperar - respondió el médico

- donó?

- *asiente con la cabeza* tenes un poco de ella - con una leve sonrisa

- esta así por darme sangre a mi? - todavía sin dejar de mirarla

- no, está así porque no nos dijo que se sentía mal, y no supimos cuando parar, pero va a estar bien, no te preocupes





El chico siguió hipnotizado sin poder sacarle los ojos de encima, con una sonrisita que le salía casi inconsciente, y con unas ganas inmensas de que se despierte para agradecerle, le salvo la vida, una vez más.





- te voy a pedir que te quedes tranquilo, si? - habló el doctor rompiendo el silencio - tu sangre también se tiene que recuperar, vos estás muy débil todavía

- pero estoy bien? - mirándolo

- si, ya pasó - golpeándole suavemente el hombro




Mateo le sonrió con labios cerrados y asintió, como agradeciéndole.




- esta tu papá afuera, seguro se muere por pasar, pero no te olvides que tenes que estar tranquilo

- bueno





El médico salió a llamar a Pedro y de paso también entró Fausto, abrazaron al herido y preguntaron por Nicole, ellos no se habían enterado de nada estando afuera.

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