CAPITULO 34

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Pocas veces el corazón duele tanto como cuando te decepcionan, o quizás si, pero el dolor de la decepción es tan diferente, tan duro, que podría decir que es el más difícil de sobrellevar.

Algo que odio de mi misma, es no poder irme de al lado de una persona hasta que me haga mierda por completo, y más cuando esa persona se trata de Mateo.

A veces pienso que sigue siendo el mismo, que solo está pasando por un momento que lo está superando hasta a el; pero otras veces, pienso que en realidad tenía razón cuando dijo que no nos conocemos, quizás siempre fue así, nunca lo conocí, porque las verdaderas caras de las personas las empezas a ver un tiempo después de llevarte con ellas, y a veces nisiquiera eso.

Después de lo de anoche se me hace difícil tomar una decisión de que quiero hacer con lo que tenemos, o teníamos no sé.

El maltrato verbal me lo podía llegar a aguantar, porque entendía que estaba afectado por sustancias, aunque ya se que esta mal, nadie tendría que aceptar ningún tipo de maltrato; pero con lo que pasó siento qué cruzó la línea, la cual no puedo entender, no quiero, porque nada justifica la violencia.

Y ustedes dirán, que tanto pienso? lo que hizo es imperdonable y punto; y si, tienen razón, pero no me puedo sacar de la cabeza su mirada llena de culpa cuando se dió cuenta de lo que había hecho, la mueca de su cara se transformó tan por completo, que pareciera como si se le hubiese salido un demonio de adentro, suena exagerado, pero sin la exageración no lo puedo explicar para que ustedes lo entiendan y se lo imaginen.

Ya pasó todo un día, no recibí ningún mensaje ni visita de su parte, pero la verdad que tampoco se si esperaba algo, como podrán notar, tengo la cabeza muy confundida como para saber como hubiese respondido a cualquiera de sus acercamientos.

El que si me escribió fue Pedro, y la verdad que me alegro mucho de que lo haya hecho, me saca un poco de la cabeza la idea de que en realidad no se sí conozco bien a Mateo, porque el mensaje que mandó ese hombre, es de un padre que crió a su hijo para que sea todo lo contrario de como se mostró anoche.

"Hola Nicki, soy Pedro, lamento muchísimo tener que escribirte por esto, nunca lo hubiese esperado de Mateo, y estoy seguro que vos tampoco. Te pido mil perdones de su parte, y de parte mía también, quizás no hice lo suficiente para ayudarlo a salir de la situación que estaba viviendo, te prometo que ahora si lo voy a hacer.
Te mando un beso, espero que estes bien, cualquier cosa me llamas"

No les voy a decir mi respuesta, tampoco los quiero dormir, pero en resumen: le agradecí.

Los chicos también me escribieron preguntándome como estaba, se ve que el chisme corre rápido, y las chicas se quedaron toda la noche conmigo, cuando se despertaron medio que las eché, porque necesitaba estar conmigo misma, obvio que lejos de ofenderse me entendieron.

Pasé el resto del día tirada en mi cama, traté de no llorar, pero la verdad que hace un rato me tomé una pastilla para el mal de cabeza, así que ya se habrán dado una idea de que no lo logré.

~

El ruido del timbre hizo que la protagonista se exalte, ya era bastante tarde, le pareció raro, pero igualmente cerró la compu y caminó hacia la puerta.

Por la mirilla pudo ver a Mateo del otro lado, y en el fondo, la parte de ella que lo había esperado todo él día se alegró de verlo.

Abrió la puerta para poder verlo mucho mejor, dejándole ver sus ojos hinchados, y su mirada llena de culpa, que casi ni le permitía mirarla a la cara.




- hola - habló el chico con la voz tranquila, como si no le salieran las palabras

- hola - respondió casi en el mismo tono que el

- no creo que un perdón arregle lo qué pasó, pero no me puedo quedar sin decírtelo - se notó enseguida el brillo de sus ojos apenas empezó a hablar




Nicole asintió levemente con la cabeza, ni ella sabe lo que quizo expresar con eso, solo que no le salió otra respuesta.




- me vine a despedir también - agregó tras un silencio no muy largo - me voy a un centro de rehabilitación, vamos a ir con Fausto, no sé por cuanto tiempo

- queres o te están obligando?

- no se - respondió con la voz un poco cortajeada - nomás se que quiero volver a hacerte bien, y no hay otra forma que esta

- hacelo por vos, no por mi

- no, a estas alturas por mi no haría nada, no me lo merezco, vos si - limpiándose un par de lágrimas que se le habían caído - y si no me queres ver mas la cara, está bien, pero no puedo dejar que la última cara que veas sea la de anoche




Ahora la que se limpió las lágrimas fue Nicole, se aguantó lo mas posible, pero no pudo no largarlas.




- bueno - la chica asintiendo con la cabeza - me alegro que tengas la voluntad de mejorar y gracias por venir

- *chista la lengua* gracias a vos por no echarme a las patadas





Después de esas palabras se quedaron en un cruce de miradas bastante largo, con un silencio que lo acompaño, pero para nada incómodo.




- bueno - habló el protagonista rompiendo el contacto visual - nos vemos - soltó en un suspiro

- *asiente con la cabeza* suerte

- gracias - tratando de regalarle una sonrisa, aunque estaba bastante mal como para poder lograrla




Después de otro cruce de miradas, ahora si medio incomodo, por no saber si saludarse o no, y como lo iban a hacer, el chico decidió simplemente irse, o por lo menos lo intentó.




- Mateo - lo detuvo antes de que empiece a caminar




El chico se frenó y se dió vuelta para mirarla sin pensarlo ni un segundo.

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