CAPITULO 35

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- cuando entras al coso ese? - preguntó Nicole

- mañana, temprano

- ah, bueno

- chau - saludó después de notar que lo había frenado solo para esa pregunta

- chau - respondió el saludó con una leve sonrisa




Lo vió alejarse y cerró la puerta, para apoyarse en ella con su espalda, se le cayeron un par de lágrimas, sus manos las había llevado a su pecho.

Por un lado estaba llena de angustia, por tanta lejanía en la forma en la que se hablaban, aunque en realidad no se haya sentido tan lejos de el; por otro lado estaba tranquila, sabía que un centro de rehabilitación le iba a hacer bien, a ambos.

Con respecto a la última pregunta que le hizo, ni ella sabe por que se le ocurrió preguntarle, quizás muy en su inconsciente nisiquiera dudó la idea de acompañarlo, cosa que casi no la dejó dormir, ya que la tuvo pensando toda la noche.

Se decidió por ir, no le costaba nada, y sabía que para Mateo iba a ser importante, y bueno, para ella también.

Le pidió a Lara un poco más de información, ya que no sabía ni a que centro de rehabilitación tenía que ir, y a decir verdad, nisiquiera sabía cuáles existían en la ciudad.

Su amiga se ofreció a buscarla y a ir juntas, por más de que este separada de Fausto, no lo iba a dejar solo; y como las direcciones que le había pasado eran bastante lejos como para ir caminando, no se negó a la idea de que le buscara.

Llegaron justo a tiempo, cuando ambos se estaban despidiendo de sus familias, bueno, Mateo solo de Pedro, nadie mas se había enterado de lo que estaba pasando.

La cara del chico cuando la vió acercarse fue la que le confirmó a Nicole que había hecho muy bien en ir, ambos se sonrieron y se abrazaron al tenerse cerca, y claramente soltaron bastantes lágrimas mientras se apretaban bien fuerte con sus brazos.




- te amo - soltó Mateo sin separarse

- te amo - respondió sin poder hacerse la dura - gracias por hacer esto

- espero que valga la pena

- si, obvio - separándose para mirarlo - no te rindas, si? - acariciando su mejilla - y tómatelo con calma, yo te voy a estar esperando acá mismo cuando salgas

- perdóname - fue lo único que pudo decir, aunque casi ni eso, las lagrimas no lo dejaron




Nicki chistó la lengua volviendo a llorar ella también, y volviendo a abrazarlo, al fin y al cabo perdonó a tantas personas de mierda en su vida, que valía la pena perdonar a alguien tan especial; además, nunca en su vida vió a alguien tan arrepentido como a el en ese momento.




- ya tenes que entrar Teo - interrumpió Pedro golpeándole la espalda




El chico quizo separarse del abrazo, pero la inmobilidad de Nicole no se lo permitió, así que volvió a abrazarla sin dudarlo un segundo.

Aunque querían, ese abrazo no podía ser eterno, a el ya lo estaban apurando, así que no les quedó otra que separarse, y terminar de despedirse con un leve beso en sus labios.

Con una sonrisa de lado de parte de ambos Mateo se fue alejando, hasta que entró al lugar y ya las miradas no pudieron cruzarse más.




- gracias por venir - habló Pedro - le hizo bien, se notó

- *niega con la cabeza limpiándose las lágrimas* no es nada, gracias a vos, por convencerlo a que haga esto

- el quizo, no lo tuve que convencer de nada

- en serio?

- *asiente con la cabeza* la otra noche cuando Nico lo trajo a casa y me contó lo que pasó, lo cague a pedos, mucho, y él solamente se quedó callado mirando al piso, lo único que dijo después de un rato, es que quería entrar a un centro de rehabilitación




Nicole escuchaba sin poder creerlo, ahora con mas ganas de llorar que antes.




- así que yo te tendría que agradecer a vos, vos lo convenciste

- yo no hice nada - respondió negando con la cabeza, con el ceño fruncido

- si, apareciste




La chica no pudo evitar sonreírle, la habían hecho sentir tan mierda siempre, que pensar que es tan importante en la vida de alguien, la llena.

Se abrazaron y se despidieron, Nicki tenía una charla pendiente con Lara, ya que la pobre estaba sentada en un banco, llorando desconsolada.

Se sentó al lado de ella y la abrazó, la abrazó por un rato largo, hasta que el llanto se fue calmando, con mimos en el pelo y un silencio tan compañero que no hace que no haga falta nada más que eso.




- van a estar bien - soltó la protagonista rompiendo el silencio



Lo dijo con una tranquilidad y con una seguridad que ni ella sabía que sentía.




- si, no? - preguntó su amiga mirándola, limpiándose las lágrimas




Asintió con la cabeza y la volvió a abrazar, no podían estar mal por algo que les iba a hacer bien a los hombres que amaban, el extrañar es lo de menos en esta situación.

Decidieron irse a desayunar, y después cada una a su casa, Nicki estaba muerta, no había pegado un ojo en toda la noche.

~

El dolorcito en el pecho por tenerlo lejos no se me va a ir de un día para el otro, pero yo se que voy a estar bien, vamos a estar bien.

Me quedé pensando mucho en lo que me dijo Pedro, que simplemente con aparecer en la vida de Mateo, yo hice mucho; es muy loco, porque siempre pienso que soy muy poco para el, después de todo lo que hizo por mi, pero al fin y al cabo el hizo lo mismo que yo, aparecer.

Hizo falta una mano del destino para que nos podamos encontrar, e hizo falta una mano de ambos para que podamos mejorarnos el uno al otro.

Pero saben que fue lo que mas hizo falta? Nosotros mismos, para que podamos mejorar nosotros mismos.

Sin voluntad propia, ningún encuentro, ni ningún nada hubiese podido hacer que yo hoy, sea quien soy, y sin voluntad propia, Mateo no iba a entrar a ese lugar, ni porque yo se lo rogara.

Entonces, a que me refiero con esto? Está en ustedes salvarse o hundirse, una buena compañía siempre viene bien, como también lo hace la soledad; pero depende de nosotros mismos, si queremos elegir, vivir muriendo o morir viviendo.

PLEGARIASDonde viven las historias. Descúbrelo ahora