CAPITULO 30

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2 semanas atrás


El chico volvió al departamento de la protagonista tras enviarle varios mensajes y no obtener respuesta, se imaginaba los peores escenarios posibles, nada bueno podía salir si Liliana estaba en el medio.




- holaa - saludó un poco confundida la recepcionista del edificio - Nicki se fue - se adelantó a cualquier pregunta

- se fue???

- si, con si mamá, no parecía estar muy feliz, pero se fue con ella





Mateo se quedó medio en shock, enseguida se culpabilizó por hacerle caso y haberla dejado, quizás si el estaba ahí podía pelearla más.





- hace mucho? - pudo preguntar después de haberse quedado tildado

- ay no se, una hora, por ahí




Ahora chistó la lengua y pasó sus manos por la cabeza, lo único que se le podía ocurrir era tomarse un colectivo e ir a buscarla, pero tenía tanta bronca que nisiquiera podía pensar.




- si queres te doy la llave, a lo mejor dejó alguna carta o algo - soltó la recepcionista

- ah dale, gracias





Dudaba mucho encontrarse con alguna carta, pero igual accedió casi por inercia, no iba a lograr nada subiendo al departamento, solo llenarse más de bronca.

Y así fue, al entrar y ver todavía la cama deshecha, visualizó que podría estar ahí acostado con ella, pero simplemente estaba ahí parado sin saber nisiquiera si Nicole estaba bien, si se había ido por decisión propia o si se le había llevado a la fuerza.

Golpeó la pared aguantándose las lagrimas, nisiquiera tenía una forma de saber como ella podía estar, asumió que no tenía el teléfono, sino respondería rápido.

Irla a buscar era un acto muy impulsivo, nisiquiera sabía la dirección de su casa allá en Rosario, y por más que la supiera, no conoce la ciudad, no la encontraría.

Optó por hablarle a los hermanos, a ver si alguno podía hacer algo, pero más que hablarle a Liliana no podían, volverse no era una opción, tenían que trabajar.

Se fue del departamento con la fe de que Nicki iba a hacer algo para comunicarse o para volver, no le quedaba otra que esperarla, no podía hacer mucho más que eso.

Volviéndose para su casa se cruzó con Fausto, estaba con gente, no los mismos de siempre, eran unos viejos amigos, con los cuales todo el mundo pensaba que no tenía más relación.





- ey - dijo a las espaldas de su amigo para llamar la atención




Mateo estaba con las manos en los bolsillos del buso, y la capucha puesta.





- Mateo - respondió un poco perseguido al darse vuelta - que haces acá?

- *alza los hombros* estas en el barrio, sería raro no cruzarme

- si no? - soltó en una carcajada

- estás bien? - preguntó con el ceño fruncido

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