— ¿Celo, dices? —mordisqueó ligeramente la punta del cigarrillo.
— Hm —asintió Yuji. Shoko resopló y se sacó el cigarro de la boca ante la ansiedad que le provocaba no poder encenderlo.
— ¿Estuviste tomando las pastillas que te di? Los supresores.
Yuji levantó la vista y pensó durante unos segundos, haciendo memoria. Había estado tomando aquellas pastillas en el almuerzo, siempre a la misma hora como le habían indicado. Sin embargo, ya que últimamente no almorzaba en casa y se iba directamente de la clase a lo de Gojo-sensei, no lograba recordar cuándo fue la última vez que las tomó.
— Bueno, en realidad últimamente creo que, quizás.. las haya olvidado... tomar... —su voz se hizo cada vez más lejana, sintiendo un regaño venir. Shoko solo se cruzó de brazos y se recostó sobre el respaldo de la silla.
— Entonces fue eso —dijo sin mucho estrés. Quizás el omega se estaba acostumbrando demasiado a la violencia de Nobara porque casi extrañó el golpe que nunca llegó—. Verás, las pastillas tienen un ciclo. Su funcionamiento se basa en regular el nivel de hormonas en tu cuerpo para que lleve un período constante, una vez que se acaban el ciclo se renueva. Por eso, si dejas de tomarlas el cuerpo creerá que el ciclo ha acabado y tendrás un subidón de hormonas, provocando un celo adelantado.
— Hmm... Entonces, mientras no deje de tomarlas nuevamente no tendría que volver a pasar ¿verdad?
— Básicamente —Yuji asintió con atención—. Ahora, no puedes seguir tomando del blister que ya cortaste. El nivel de hormonas de cada pastilla es distinto dependiendo de en qué día del ciclo te encuentres, así que es necesario que ahora que ya tuviste tu celo empieces otra nueva caja ¿bien? —se gira y saca de un cajón una pequeña cajita de color blanco y celeste, entregándosela— Es importante que no vuelvas a olvidar tomarlas.
— No lo haré —sonrió brevemente, de verdad no quería volver a pasar por eso—. ¡Gracias, Shoko-san!
— Sí, sí —meneó la mano, restándole importancia. Yuji saludó alegremente con la mano y se fue de la enfermería. Shoko pensó durante unos segundos en el joven antes de encender por fin el cigarrillo.
— ¿Shrek o ... —Yuji pasó la mirada al otro cd— Kung Fu Panda? —miró uno y el otro, indeciso. A su espalda Gojo lo miraba desde el pie de las escaleras.
— ¡Kung Fu panda!
— Okey~ —sonrió el pelirrosa y dejó Shrek sobre el mueble. Puso la película en el reproductor y una vez comenzó a leer el CD caminó hacia el sofá. Gojo se acercó lentamente.
— Antes de empezar quisiera volver a preguntarte si estas seguro-
— Sensei —interrumpió, sentándose en la esquina izquierda como siempre solía hacer—, no quiero volver a pasar por lo de ayer. Ahora mismo lo único que me interesa es aprender a controlar este "nuevo cuerpo". Además —giró a él y sonrió suavemente—, está bien si es Gojo-sensei.
Antes de partir a la casa del mayor con el fin de retomar el entrenamiento Gojo le había explicado que, debido a los recientes sucesos y que la fecha del evento se acercaba, lo mejor era seguir con la segunda etapa del entrenamiento. Esta consistía en que el alfa liberaría pequeñas cantidades de feromonas para incentivar el flujo de hormonas en él y Yuji debía reprimirlo.
Gojo se sintió más tranquilo con su respuesta, con el final aún resonando en su cabeza: «está bien si es Gojo-sensei». Se acomodó en la esquina opuesta del sofá y se cruzó de piernas— Okey, empecemos entonces. El primer paso será que visualices el flujo de energía maldita en tu cuerpo como una capa protectora que recubre todos los poros de tu piel —indicó con un dedo alzado—. Comenzaré a liberar feromonas en un nivel muy bajo, pero iré aumentando poco a poco con el correr de los días, ¿sí?
ESTÁS LEYENDO
𝐌𝐄𝐍𝐓𝐀 𝐘 𝐌𝐈𝐄𝐋 - 𝐎𝐌𝐄𝐆𝐀𝐕𝐄𝐑𝐒𝐄 ||𝐆𝐎𝐘𝐔𝐔 - 𝐌𝐄𝐆𝐔𝐊𝐈||
FanficA una temprana edad, Itadori Yuji ya había aceptado vivir con la muerte a los hombros. No le importaba abandonar su vida, su hogar o su ciudad, porque no había nadie más allí por quien quedarse. Sumergiéndose en un mundo de maldiciones y hechicería...