El último robo | Beatriz Pinzón x Daniel Valencia

Capítulo 30

Con las manos temblando como gelatina, Beatriz se aproximó al escritorio y observó cómo Roberto le señalaba la bolsa. Sin más preámbulos, la abrió para encontrarse con una gran cantidad de dólares, pero un pequeño papel llamó su atención entre los billetes. Con cuidado, extrajo una carta que llevaba las iniciales "D.V.", y mientras la desplegaba, sacó su contenido. Leyendo el papel con la caligrafía de Daniel que decía:

"Los planes que uno puede crear, es lo maravilloso de un carterista, un ladrón o un policía. Porque esos planes, son una guía para lo que cualquier persona está dispuesta a realizar. ¿Quiere saber cuál fue el mío, Beatriz? Por mucho tiempo, permití que ese hombre hiciera lo que le diera la gana con mi vida, y todas esas cicatrices que vio en mí, son las señales de que mi día llegaría.

Mis hermanas me odian, sé que sí, porque les vendí lo último que les quedaba de mis papás. Intenté recuperarlo, jamás me importó la plata, pero Juanma logró salirse con la suya. Él llamó a la policía, y por su cuenta se metió a la cárcel, lo perdió todo, pero cuando salió, yo fui su juguete para el estrés. Desde ese momento, le pedí a Roberto que me ayudara y compramos ese teatro donde me encuentro ahora, lo planeamos todo desde el inicio.

Nuestra idea principal, fue robarle la plata a Juan Manuel y largarnos de este país, pero llegó usted, Beatriz. Llegó su sonrisa a mi vida, me entregó la llave de mi libertad, y por primera vez sentí lo que es estar vivo, no sabía que estaba tan aferrado a mi pasado, hasta que usted me lo mostró. Pero de un momento a otro, el destino me recordó que yo ya excedí mi límite, ¿sabe algo? Creí que me casaría con usted, que formaría una familia, pero eso significaría arriesgarla a entregarle mi futuro. Y créeme, Beatriz, nadie quiere correr ese riesgo.

Debo confesar que la utilice, necesitaba conseguir el puesto de Inés, porque era parte del plan. Todo fue mi idea, fue mi idea sacar a Wilson de la cárcel para que le ofreciera la llave, envíe a los policías junto a usted, y desde ahí todo fue a la perfección. Ahora necesito contarle algo, ¿se acuerda del día que cruzó la zona prohibida? Eso no estaba planeado, y me vi en la obligación de resolver ese problema.

Y lo hice, sabía que si la echaba de mi apartamento, se iría corriendo a llorarle a su amigo el indigente, y él vendría para intentar vengarse de mí. Beatriz, cuando me contó que estaba embarazada, me sentí tan deprimido que me tomó dos largas horas levantarme de ese suelo. ¿Sabe lo importante que fue la noticia para mí? Fue lo mejor, más que cualquier regalo.

Ese día me reuní con Roberto, le conté la nueva idea y entonces lo llevamos a cabo. Ese lugar no sólo es un teatro, Beatriz, es una bomba de tiempo. Detrás de las paredes hay toneladas de bombas, todas y cada una de ellas en perfecta posición, pero había un problema con ellas. No se podían activar desde afuera, lastimosamente eran completamente baratas para ese trabajo.

Le pedí a Armando que se reuniera conmigo, le conté toda la idea y a pesar de odiarlo, sabía que él sería capaz de quemar todas las maderas sobrantes. Le indiqué paso a paso todas las reglas, y justo en este momento, debe estar encerrandonos desde afuera para que nadie salga o entre. Pero antes le pedí a Roberto que te llamara, debías llevarte la plata que le robe a ese idiota, así que el resto ya lo sabrá. Pronto el fuego llegará hasta las bombas, y para cuando eso pase, yo no tendré tiempo de salir. Sé que Juan Manuel escuchará a la policía acercarse, y posiblemente, me golpeará por traidor. "

—¿Tan chistosito usted?, desgraciado —dijo Juanma, apuntando el arma a su cabeza—. ¿Sus últimas palabras?

—Payaso... —respondió, riéndose en su cara al saber lo que le esperaba. Pero a pesar de eso, el disparo se oyó por todo el teatro, mientras Daniel se desplomaba al suelo.