Capítulo 10 Era Como Muchos Tipos.

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Por un tiempo, Liam prefirió ignorar la situación con Samantha, pensó que todo se trataba de un simple malentendido que no tenía sentido seguir.

Por otro lado, sabía que se comportó muy mal con su mejor amiga y debía remediarlo.

Por ese motivo, Lily se sorprendió cuando vio a Liam entrar a la florería con una caja de fresas y una mirada apenada.

Cuando una chica trabaja en una florería, debes variar un poco tus regalos.

—Lo siento mucho, Lily—se disculpó.

Ella no quiso liberar una sonrisa, aunque el gesto era muy dulce como para evitarlo. Liam no era muy detallista, ni siquiera con las chicas que salía, pero con su mejor amiga era todo un caballero y por eso Lily no pudo mantener el enojo por más tiempo.

—Hola Liam—le saludó la señora Bloom.

—¿Te puedo invitar a salir esta tarde?—le preguntó.

Eso era nuevo, jamás pensó que Liam le haría tal propuesta, es decir, si habían salido en muchas ocasiones, pero era una salida en plan de amigos y siempre llegaban más personas o por lo general, era ella quien sacaba las ideas.

Apenas iba a rechazarlo diciendo que tenía que ayudar en la tienda, cuando la señora Bloom se adelantó:

—Anda, ve. Aquí está todo tranquilo.

Lily se alegró por dentro y partió al lado de Liam por toda la ciudad, aunque el cielo seguía gris, sentía que era un bonito día.

Decidieron arreglar las cosas en el cine, aunque, como castigo, Lily lo obligó a ver la cinta más cursi y romántica que encontró en la cartelera, no se podía quejar, ¿Cuántas veces ella sufrió de persecuciones y disparos en escenas sólo por estar a su lado?

—Oye y... esa tal Samantha—Lily aprovechó que buscaban asientos en la sala para hablar.

Liam esperaba que no se tratara el tema, por eso le compró las palomitas más grandes de la dulcería.

—¿Te gusta?—siguió.

Por suerte, las luces se apagaron y el proyector dio vida a las imágenes que por unas horas los harían estar en silencio.

Liam no supo cómo responder, si le explicaba sus verdaderos motivos, lo más probable es que su amiga lo consideraría un demente, esperó que cuando Chris Evans terminara de conquistar a Shailene Woodley, el asunto quedara olvidado.

No fue así.

Salieron con la multitud de parejas que abandonaban el recinto, Liam seguía comiéndose las palomitas que quedaron en el fondo del bote.

—¿Y bien?

Era obvio que la discusión saldría a flote cada cierto tiempo, por lo cual trató de pensar en una respuesta.

—Sí, creo que me llamaba la atención, pero... fue algo sin importancia.

—¿Un placer culpable?—se burló Lily.

—Sí lo quieres ver así—respondió.

—No sé qué le viste—continuó—. No parece ser tu tipo.

—¿Ah sí? ¿Cuál es mi tipo?

—Chicas bobas e ingenuas—respondió con una sonrisilla.

—Tal vez necesite buscar a una de esas—contestó.

—Abundan muchas por aquí—indicó Lily.

Las cosas volvieron a ser como antes, las pláticas, las risas, los buenos momentos entre ambos, Lily estaba más contenta de lo que podía mostrar su rostro.

Por la hora, Liam decidió acompañarla hasta su casa.

—Te veo mañana en clases—le dijo.

—Claro.

—Y quiero que sepas que no importa las mujeres que haya en mi vida, tú siempre serás mi mejor amiga.

La única frase que jamás esperó escuchar, eso rompió un poco su sensación, Liam era muy especial y aun así parecía que nunca la vería de la misma forma; fue a su habitación, recostada en la cama revivió cada segundo del día, ¿por qué no podían ser una pareja real?

—¿Cómo te fue?—la señora Bloom llegó del trabajo horas más tarde.

—Bien.

Pero como toda buena madre, presentía cuando las palabras de sus hijos no iban acordes a lo que expresaba.

—¿Segura?

La puso al tanto de su salida y entendió perfectamente el desagrado de su hija. Prepararon la cena juntas, unas papas al horno con especias que para nada afectaba su dieta vegetariana.

Lily preparó la mesa y su madre sirvió la comida.

—Los chicos son tan complicados—reclamó la muchacha.

—Bueno, tal vez Liam no sea el indicado para ti, linda—trató de explicar la madre.

Lily sólo soltó un gesto de molestia.

—Deberías buscar a un chico que sepa verte y valorarte por quién eres—continuó la señora Bloom.

—Son unos tontos, no creo que sepan lo que quieren

—¿Y qué hace diferente a Liam?

Lily prefirió llevarse la cena a la boca, quizá para evitar responder.

—¿Cómo era papá contigo?

El tema acerca del padre de Lily era una especie de secreto a voces, sabía muy bien que su madre salió embarazada muy joven y las dejó incluso antes de nacer, sin embargo, debía de existir una historia previa a esa.

—Era como muchos tipos—dijo simplemente la señora Bloom.

De vez en cuando saltaba la curiosidad de la niña y recibía alguna respuesta. Supo que se conocieron en unas vacaciones de verano, que era un poco mayor a su madre y que jamás regresó al saber la noticia de su hija.

En el fondo, Lily sabía que su madre no quería que cometiera el mismo error que le costó mucho en el pasado, pero cada vez que veía a su hija todo había valido la pena.

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