HECHIZO

Capítulo 21 Sólo Te Diré Que Debes Tener Mucho Cuidado con los Extraños.

La puerta de la florería se abrió y a la señora Bloom no le pareció muy inusual ver a Liam entrar al negocio.

—Lo siento, Lily sigue en la escuela, está en una junta para la fiesta—respondió.

—Sí, lo sé, hoy vengo como cliente—respondió.

—Pensé que tu mamá cumplía años hasta noviembre—mencionó la mujer.

—No, es... es por otra cosa.

Cerca del mostrador, lucían los bellos ramos de rosas que resplandecían como verdaderas joyas.

Nunca antes había regalado flores a una chica, sus relaciones no solían importarle tanto como para ponerse detallista.

—¿Buscas algo en especial?—le preguntó la señora Bloom.

—La verdad, me gustaría regalarle algo a una chica, algo lindo y especial.

La mujer sonrió.

—¿Qué me recomienda?

—Bueno, siempre he dicho que una flor debe ser una extensión de nuestros sentimientos—acarició los pétalos de las rosas con la suave yema de sus dedos— . Que digan lo que a veces, nuestras palabras no nos permiten.

—Sí, eso quiero—mencionó Liam.

—Por ejemplo, a Lily le gustan los lirios, eso podría ayudarte.

Liam lo dudó.

—Debe ser algo como...

Miró al fondo unas flores que le parecieron muy lindas que atrajeron su atención, su aroma era delicioso.

—¿Jazmines?—dijo la señora Bloom.

Lucían muy bien, se veían elegantes y finos, tenían cierto encanto.

—Me parecen bien—mencionó Liam, emocionado.

Notó que el precio del ramo superaba por mucho lo que tenía en su bolsillo, por lo cual sólo pidió una sola flor.

—¿Puedo saber quién es la afortunada?—preguntó la señora Bloom.

—La nueva chica, Samantha—respondió.

A la señora Bloom no le hizo mucha gracia.

—Vaya, Lily no me lo mencionó—dijo mientras le preparaba la flor.

La tomó y la envolvió en papel celofán.

—La verdad es que últimamente no he hablado con Lily—contestó con cierto pesar.

—Es una lástima, ustedes son tan buenos amigos.

—Lo sé, y no puedo negar que la extraño, es una gran amiga.

—Pues, entonces ve y búscala—insistió la madre—, tal vez eso les haga bien a ambos.

Le entregó el jazmín a su cliente y le cobró. Entonces, tomó la mano del muchacho bajo la suya.

—Sólo te diré que debes tener mucho cuidado con los extraños.

Liam frunció el entrecejo, confundido, la señora Bloom lo apreciaba mucho, era como una tía, siempre se comportaba maternal con él, aunque jamás de esa forma.

—Claro—dijo sólo para que lo dejara en paz.

Liam se fue, no quiso darle más importancia al asunto.