Capítulo 26: Tenemos un baile pendiente, ¿no?

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En Spring Hill adoraban el Halloween, de no ser por ese clima tan inestable, la ciudad luciría adornos espectaculares, habría concursos y un montón de niños pidiendo dulces por doquier.

Es por eso que la fiesta de la escuela Ericksen se convirtió en uno de los más esperados, no sólo irían los alumnos, toda la ciudad estaba invitada a disfrutarla.

El gimnasio quedó increíble, tenía esqueletos y telarañas colgando de las paredes, al otro lado, un DJ se encargaba de armonizar el ambiente desde un escenario improvisado.

A los bocadillos y postres los acomodaron en unas largas mesas a las orillas y el centro sería ocupado por los alumnos que bailarían toda la noche.

Lily miró orgullosa su obra, otro evento por el que recibiría halagos como muchos otros.

Contenta veía aparecer a sus compañeros en sus extravagantes disfraces.

—¿Quién eres?—le preguntó Susan que, al igual que muchas otras chicas, llevaba un atuendo muy sexy.

Se suponía que era un gato, lo único que le daba ese aspecto era la cola que le sobresalía de su corta falda y la diadema con orejitas en su cabello.

—Soy Dorothy—respondió Lily.

Su amiga no entendió.

—Del Mago de Oz.

Lily amaba los libros del Mago de Oz y ni que decir de la película, era su favorita, siempre quiso usar el vestido, las trenzas y las zapatillas que Judy Garland convirtió en un ícono.

—Al menos súbete la falda—le recomendó su amiga.

Hubo de todo, personajes de películas, monstruos, seres de otros mundos y muchas chicas con atuendo muy reveladores en la pista, siguiendo el ritmo.

Lily se quedó cerca de la puerta, cada vez que se abría la miraba con emoción esperando que entrara Liam.

—¿Buscas a alguien? —le preguntó Marshall, sosteniendo un par de vasos con ponche.

—No, es sólo que... reviso que todo vaya bien, es todo.

Tomó la bebida que le ofreció su compañero y casi se la acabó de golpe.

—Iré por otra.

Se acercó a la mesa de las bebidas que era atendida por el profesor Charles.

—Definitivamente ya no está en Kansas señorita Bloom.

Ella sonrió.

El profesor usaba un atuendo verde con un arco y un par de flechas.

—¿Peter Pan?—preguntó Lily.

—Eres la quinta persona que me dice eso esta noche—respondió—. Soy Robin Hood.

Señaló las armas que llevaba.

—Oh, lo siento.

Liam salió de su casa con la apariencia de un pirata con una larga gabardina del Siglo XVI, con todo y un ancho sombrero y un sable curveado que se ajustó en la cintura, según su hermana le faltaba un parche, pero resultó muy incómodo a la hora de usarlo.

Aunque los últimos días la lluvia no cesó, esa tarde decidió tomar un descanso, se puso algo triste por pensar que Samantha no estaría.

Se metió a su auto y recibió un gran susto cuando escuchó:

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