💐 *:･ﾟ 𝓞𝓶𝓮𝓰𝓪 𝓢𝓸𝓫𝓻𝓮𝓹𝓻𝓸𝓽𝓮𝓬𝓽𝓸𝓻 ﾟ･:* 💐 YoonMin

🌸 𝓒𝓪𝓹𝓲𝓽𝓾𝓵𝓸 𝓓𝓲𝓮𝓬𝓲𝓼𝓲𝓮𝓽𝓮 🌸

— Bien.

— Está bien.

— Aquí estamos. No podemos echarnos para atrás.

YoonGi asintió, tímido abrazó la caja de pastelillos contra su pecho de forma suave mientras JungKook intentaba retomar su color original, no verse tan estúpido y mostrarse seguro, pero estando fuera de la casa y a unos cuantos metros de ese intimidante Alfa de nombre JimDae, como que no ayudaba mucho.

Ay, no.

Tragando pesado bajó la cabeza para ver la caja de chocolates que le había comprado a TaeHyung e, incluso más nervioso, se fijó que faltaban solo dos minutos para que dieran las seis de la tarde con treinta.

No es que estuviera inseguro de su relación con TaeHyung, estaba más bien inseguro de salir con un ojo morado o algo por el estilo, pues se estaba hablando de Park JimDae.

El Alfa Park JimDae, dueño y director del hospital más prestigioso de todo Seúl, a parte de que era más alto que un poste, tenía más músculos que él de buenas calificaciones y su cara enojada no ayudaba en lo absoluto.

Santa madre de Dios.

— JungKook-Ah, todo será peor si lo sigues pensando mucho. Yo conozco a JimDae-Hyung y es tan tierno — YoonGi aseguró — No es como su hermano, YajaTzael-Hyung tiene cara de malo, es malo y sí golpea.

— ¿Lo dice la voz de la experiencia?

— La otra vez me dejó en el piso con el golpe que me dio... dolió.

Él observó el pasto como con una crisis existencial potente, como si estuviera teniendo algún debate con su mente que estaba perdiendo.

— ¡Ya son las seis y treinta!

JungKook lo tomó de la mano, más pálido que él lo hizo correr hacia la puerta, en donde sin pensarlo tocó tres veces el timbre y después le acomodó el cabello porque se había desordenado con el viento.

— Quien sea que me escuche, protégeme de todo mal. Amén.

— ¿Ah?

— ¡JungKookie!

TaeHyung abrió la puerta y con una gran sonrisa se le lanzó encima para darle la bonita bienvenida con un abrazo y un beso en la mejilla mientras JiMin hacía lo mismo con YoonGi, solo que a él lo metió porque ahí afuera hacía mucho frío y no quería que se resfriara.

— ¡Vamos, vamos! ¡Debes saludar a mi papá!

— ¿Qué? ¿Ya? Ah, sí, sí... vamos, vamos.

JungKook empezó a reír de los puros nervios, se dejó llevar por TaeHyung hacia adentro de la casa,  así que verificó todo el lugar en busca de un Alfa alto y musculoso para que no lo tomara de sorpresa.

— Qué divertido todo.

Él seguía riéndose, los nervios lo controlaban por completo. No podía detenerse por más raro que se viera y lo único que logró pararlo fue el chocar con algo tan duro como la consciencia de YajaTzael.

Su risa se atoró, le costó pasar saliva cuando le tocó levantar la cabeza poco a poco y ver a JimDae junto con toda su humanidad, tal cosa lo encogió en su sitio y si no lloró fue porque Satán es muy grande, pero ganas no le faltaban hasta de salir corriendo.

— Papá, tú ya conoces a JungKookie, ¡¿verdad que es lindo?!

JimDae puso su oscura y penetrante mirada sobre su pobre alma, lo escaneó de pies a cabeza en silencio, con seriedad. Al verlo directamente a los ojos, pudo jurar que vio su tumba y lo que la lápida decía, sin exageraciones.