🌸 𝓒𝓪𝓹𝓲𝓽𝓾𝓵𝓸 𝓓𝓲𝓮𝓬𝓲𝓷𝓾𝓮𝓿𝓮 🌸

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Caray.

— JimSi se siente perdido, JimSi está perdido, JimSi se perdió.

— Dime en dónde estás.

JimSi sollozó, abrazando fuerte a su perrita miró a todos lados. Se encontraba solito porque se había perdido entre tanta gente y ahora no encontraba a su papá. No recordaba las calles de Seúl cuando la última vez que había estado ahí fue a los cinco años, ahora no sabía si irse y buscar una salida o quedarse y esperar a que su papá lo encontrara.

— Creo que-que es un parque y-y está vacío, so-solo hay...

Ay, Dios.

Él tragó pesado, llegó a congelarse en su sitio mientras sudaba frío cuando algo le respiró en la nuca. Bueno, no tan así, pero sí, por lo que más pálido que el casi novio de su primo que más bien parecía su gemelo, se dio la vuelta mientras abrazaba a Bolita de arroz, quien aunque no tenía tamaño, empezó a gruñirle al enemigo para protegerlo.

Ella comenzó a ladrar, trató de bajarse de sus brazos para lanzarse sobre ese gran perro negro de raza Doberman que medía aproximadamente setenta o setenta y un centímetros y se veía tan grande, tan pesado y más enojado porque Bolita de arroz le estaba ladrando.

Bien.

Muy bien.

Tal vez si no se movía entonces esa bestia no lo atacaría, pero su perrita como que no ayudaba mucho con eso de que le estaba ladrando con aparente rabia. Ahora él estaba tan asustado porque ese perro lo podría atacar o lanzarse encima para comérselo, matarlo o arrancarle la cabeza.

— Bolita de arroz, cállate, cállate, bebita — Susurró — Deja de ladrar que lo estás enojando más.

Bolita de arroz no hizo caso ni por molestar, el perro ése empezó a pelar sus grandes dientes entre gruñidos, como si en cualquier momento se le lanzaría. Él quiso callar a su perrita, pero ella ladraba cada vez más fuerte mientras se removía entre sus brazos para bajarse.

Hubo un momento en el que tomó la decisión de retroceder muy lentamente, dar un paso hacia atrás cada cinco segundos, en busca de alejarse del perro, pero llegó un tiempo en el que tropezó con una piedra y cayó al piso, fue ahí en donde su perrita logró soltarse y él gritó cuando ese perro se le lanzó.

— ¡Ranger!

Asustado se hizo bolita ahí en el piso, apretó los ojos y esperó a que el perro lo mordiera o algo, pero cuando luego de varios segundos eso no ocurrió, abrió suavemente los ojos y observó a un chico sujetando a ese bestia mediante la correa, así no podría hacerle daño.

Ahora ya no sabía ni a quién tenerle más miedo, si al perro o al chico que tenía pinta de pandillero con esos tatuajes, perforaciones, vestimenta y una cara tan seria que lo llegó a intimidar más de lo que ya había estado con el perro.

— Alex lamenta mucho que su cachorro te haya asustado. ¡Hola, él es Alex!

El chico sonrió, mostró sus muelas bonitamente filosas mientras se selañaba así mismo para que se diera cuenta de que hablaba en tercera persona debido a un trastorno. Tal cosa lo hizo sonreír también porque, al parecer, compartían ese trastorno.

— Uh, él es JimSi.

— ¡Woah! Ven aquí, Jim-Jim. Deja que Alex te ayude un poco.

El mayor le tomó ambas manitas, así pudo ayudarlo a ponerse de pie y él tuvo miedo porque había soltado al perro, pero ese can ya estaba jugando con su Bolita de arroz, eso lo hizo soltar una risita de ternura, pues parecía que, como el mayor, solo tenía la pinta de malo.

💐 *:・゚ 𝓞𝓶𝓮𝓰𝓪 𝓢𝓸𝓫𝓻𝓮𝓹𝓻𝓸𝓽𝓮𝓬𝓽𝓸𝓻  ゚・:* 💐 YoonMinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora