💐 *:･ﾟ 𝓞𝓶𝓮𝓰𝓪 𝓢𝓸𝓫𝓻𝓮𝓹𝓻𝓸𝓽𝓮𝓬𝓽𝓸𝓻 ﾟ･:* 💐 YoonMin

💮 𝓔𝓹𝓲𝓵𝓸𝓰𝓸 💮

— Empezamos en diez minutos.

JimDae acomodó la camilla en medio del quirófano, encendió las luces para verificar que estaba todo en su debido orden y si todo estaba funcionando como se debía. Las enfermeras salieron para cambiarse el uniforme y ayudarlo cuando la operación iniciara.

Miró a JiMin en la camilla, le sonrió al notarlo un poco nervioso. Le tomó la mano y le brindó calor para que no pensara en cosas negativas, pues no era una operación tan larga, tampoco complicada, así que no había nada de qué preocuparse.

— ¿Estás listo, bebé?

— Gracias por apoyarme en esto papá. Te amo.

— Si tu decisión es esta, yo tengo que apoyarte porque soy tu papá, ¿está bien? — Sonrió — ¿Necesitas algo antes? Empezamos en menos diez minutos.

— YoonGi está afuera, ¿cierto?

— Sí. Te estará esperando junto a YajaTzaelly y TaeHyungie.

— ¿Puedes decirle a YoonGi que entre, por favor? Necesito hablar con él antes.

— Claro que sí, bebé.

Con esa misma sonrisa le plantó un beso en la frente a JiMin, quien pensativo se sentó en la camilla y se acomodó la gabacha mientras veía cómo él salía del quirófano para llamar a YoonGi así como se lo había pedido anteriormente.

No es que JiMin estuviera dudando de su decisión, es solo que necesitaba ver a YoonGi antes, de abrazarlo antes de entrar a la operación que cambiaría su vida. Por fin había llegado el día, el momento que por tantos años deseó, desde los catorce años para ser específicos, cuando supo que era Omega.

Sabía que en sus planes no estaba un hijo y conforme el tiempo mantuvo esa decisión por lo alto. Ése era su sueño, no tener hijos, no ser fértil porque los accidentes ocurrían, solo quería ser feliz y esa felicidad era con YoonGi, sin hablar de temas de niños en un futuro.

— JiMinie.

YoonGi entró, sonriéndole bonito se dirigió hacia él y enseguida lo tomó de las manos, como si supiera que necesitaba tenerlo cerca antes de cumplir su sueño por completo. Ese Alfita dejó un besito en su frente y un susurro de cuánto lo amaba, de cuan orgulloso estaba de él.

— Yo sé que me lo has repetido muchas veces, pero justo ahora necesito escuchar que me amas.

— Ay, JiMinie, si yo te amo mucho, mucho.

Sus mejillas fueron acunadas de forma suave, habían ciertas caricias en ellas gracias a los dedos pulgares de YoonGi, quien le dejó un beso en los labios, tal vez dos o tres, pero fueron los suficientes como para hacerle saber que compartían ahora los mismos sueños y que no debía sentirse mal por ello.

— Estoy orgulloso de ti, JiMinie, se me es un honor tenerte a mi lado y todavía me parece increíble que te hayas fijado en este Alfa simple y sin chiste — Sonrió — Te amo, por favor, nunca lo dudes. Puedes dudar de todo, menos de cuánto te amo y de cuánto necesito tenerte conmigo.

JiMin sujetó sus muñecas, cerró los ojos tras el segundo beso que le dejó en la frente. Después se abrazaron y debido a que estaba sentado, él podía sentirse grande y envolverlo muy bien entre sus escuálidos brazos color papel.

A veces deseaba ser del tamaño de YajaTzael, pero luego recordaba las incontables veces que ese Alfa choca la cabeza contra el marco de las puertas y como que ese deseo se esfumaba.

— Solo necesito saber una última vez que no estoy siendo egoísta.

— Minie, a veces es necesario ser egoístas para obtener nuestra propia felicidad y eso no está mal — Aclaró — Eres alguien que solo está cumpliendo sus sueños. ¿A caso crees que eso está mal?

— Pero estoy dejando de lado los tuyos.

— Sí, pero...

— Y quiero saber si estás dispuesto a pasar el resto de tu vida en una gran casa mientras tu esposo trabaja todo el día.

— Mira...

— En una gran casa solitaria porque no habrían niños que estén gritando.

— Es que...

— ¿Estás dispuesto a vivir esa vida?

— Yo...

— Responde.

— Pero es que ni siquiera me dejas hablar.

— Es que estoy nervioso, me siento asustado.

JiMin era muy poco para dejarse abrazar, mimar o tocar, era bastante reacio a recibir muestras de afecto o apoyo cuando prefería mejor darlos, pero siempre habían excepciones. La primera fue YajaTzael y ahora lo era YoonGi, se dejó abrazar por ese Alfita y se dejó consentir con las tantas caricias en su cabello porque en ese momento las necesitaba.

— Estoy dispuesto a pasar el resto de mi vida en una gran casa mientras mi hermoso esposo trabaja todo el día, porque mientras él esté trabajando, yo le estaré preparando la cena — Respondió YoonGi — Estoy dispuesto a vivir en una gran casa solitaria para hacer todo lo que me gusta sin que nadie me moleste. Sí, estoy dispuesto a vivir esa vida.

— Pero...

— ¿Y sabes por qué? Porque sé que al final del día va a llegar a esa casa grande y solitaria la persona que es la luz de mis ojos — Sonrió — Porque al final del día te tendré a ti y eso es lo único que realmente me importa, nada más que eso.

JiMin suspiró en su pecho, se mostró inseguro por primera vez, asustado de perderlo si es que a caso algún día se aburre de pasar su vida con algo tan simple como una casa y dos personas. Tenía miedo porque lo amaba, porque no quería ser egoísta y amarrarlo a sus metas.

— ¿Me amas tanto como para dejar tus sueños por los míos?

— Un sueño deja de ser un sueño si ya no sientes que quieres tenerlo. Yo solo quiero formar una familia contigo.

— Yo sé, pero...

— Una familia formada por ti, por mí y por la vida.

YoonGi le regaló un besito en la nariz, seguía tomando sus manos y darle ese calor, ese apoyo que necesitaba en esos momentos. Buscó darle seguridad en cada una de sus palabras y deseó que dejara de sentirse tan asustado.

— Mi sueño ahora es estar contigo porque, JiMinie, entonces no necesito nada más que tú para tener todo lo que quiero — Murmuró — Mi sueño ahora eres tú, mi vida ahora está anclada a la tuya. Solo eso debe importarte, ¿sí?

— Lamento interrumpir, pero ya es hora.

Él le asintió a JimDae cuando éste entró al quirófano con las enfermeras. Ayudó a JiMin a que se acostara en la camilla y le brindó una cálida sonrisa con un beso más en la frente como buena suerte, porque todo saldría bien.

— Te amo de aquí a un lugar que no existe.

— Yo también te amo. Por favor, nunca lo olvides.

Nunca lo olvidaría.