Lo hubiera pensado

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Narrador Omnisciente

—Hola, idiotas.

—¿Quién eres tú?

—Te respondería —Comenzó a caminar hacia la caja—, pero creo que deberías estar preocupado por lo que le pueda pasar con tu cara en los próximos minutos.

Uno de ellos se rió y dio un paso adelante.

—Tienes razón, no interesa saber a quién destruiré.

—Sí, claro.

Sin que nadie la pudiera ver, agarró un plato sucio y se lo lanzó al chico que la estaba retando, ocasionando que callera al piso inconsciente. 

—¿Alguien más?

Algunas personas al escuchar platos rompiéndose y muchos golpes, decidieron quitarse la venda que tenían en los ojos y pudieron ver a una nueva persona que estaba ahí para salvarlos. 

Al ver lo peculiar de esa escena, al quitarse la venda, sacaron sus teléfono y comenzaron a grabar a la chica golpeando a unos ladrones comunes de Swellview.

Por el momento había dejado en el piso inconsciente a cuatro personas, las demás estaban intentando enfrentarse con ella, pero siempre encontraba la manera de pelear con uno a la vez así no la pudieran vencer tan fácil.

—Muy bien, quédate ahí —le pidió a su quinto desmayado mientras que lo dejaba al costado de los demás.

Se volteó para ver a los dos chicos más que le faltaba que estaban cerca suyo esperándola con dos bates en cada uno de sus manos. 

—No es justo —comentó ella—, ¿por qué ustedes tienen armas y yo no? ¿Por qué yo no las necesito y ustedes sí? 

Ambos no pudieron notar su sonrisa, pero sí que se estaba acercando a ellos. Solo la atacaron intentando dejarla como ella había dejado a sus acompañantes, mas seguía siendo en vano.

Las personas se quedaron confundidas y preocupadas al perder a la chica de su vista. Lo que no sabían es que había decidió entrar a la cocina que estaba detrás de la caja. Sus amigos nuevos la siguieron, junto como ella quería.

Al entrar los dos, golpeó al último en entrar con la sartén en la parte trasera de su cabeza dejándolo como sus otros compañeros. El único que quedaba se volteó a verla y parecía estar enojado.

Este soltó sus bates y agarro un cuchillo muy grande y filudo. 

—Estoy cansado de ti, niña. ¿Crees que puedes venir acá a desafiarnos, acaso no sabes a quién servimos?

La chica soltó la sartén y se arreglo su cabello.

—De hecho, no tengo idea para quién trabajas, pero tampoco me interesa.

—Estás muerta.

—Eso veremos.

Ambos se acercaron y comenzaron con la fase final de la pelea.

Las personas que estaban inconscientes fueron despertando poco a poco, la mayoría de ellos salieron del lugar asustado y se quedaron a las afuera para poder seguir viendo lo que estaba pasando. 

Aquellos que habían estado grabando desde un inicio, fueron saliendo cuando se dieron cuenta que la pelea había pasado a estar en la cocina.

Al llegar al exterior se dieron cuenta que estaban algunos periodistas cubriendo la nota. Varios comenzaron a entrevistar a las victimas, mientras que los camarógrafos y algunas personas que estaban afuera intentaban grabar lo que estaba pasando en la cocina, 

¿𝗝𝘂𝗻𝘁𝗼𝘀? || 𝗛𝗲𝗻𝗿𝘆 𝗗𝗮𝗻𝗴𝗲𝗿Donde viven las historias. Descúbrelo ahora